Tarántula Goliat: Descubriendo a la araña más grande del mundo, habitante de Sudamérica
La tarántula Goliat (Theraphosa blondi) es conocida por ser la araña más grande del mundo, ya que existen registros de ejemplares que llegaron a medir cerca de 30 centímetros. Asimismo, esta especie también se destaca por su longevidad, debido a que las hembras pueden vivir hasta 25 años en cautiverio, así como por ser unas excelentes cazadoras, asesinando a sus presas con su veneno, el que es inyectado por unos “colmillos” de casi tres centímetros. Sin embargo, son inofensivas para el ser humano, siendo objeto de deseo por algunas personas que las buscan para tenerlas de mascotas, lo que ha impulsado su comercio ilegal. En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber acerca de esta maravillosa especie que habita los húmedos bosques de América del Sur.
Goliat era un enorme guerrero filisteo, el cual fue inesperadamente derrotado por un joven llamado David, quien era mucho más pequeño y débil en comparación, dando así origen a la famosa historia que todo el mundo conoce en la actualidad. Es así como, este personaje bíblico conocido por su gran envergadura, sirvió de inspiración para nombrar a otro gigante, solo que este es habitante de los bosques húmedos y cálidos de América del Sur.
Se trata de la tarántula Goliat o pajarera (Theraphosa blondi), especie de arácnido que fue reconocida por los Guinness World Records como la araña más grande del mundo. El ejemplar en cuestión era un macho de 28 centímetros, el que fue capturado por miembros de la expedición Pablo San Martín en Río Cavro, Venezuela, en abril de 1965. Dos años más tarde, otra tarántula Goliat alcanzó esa misma envergadura, solo que esta fue criada por una persona, en lugar de ser descubierta en la naturaleza.
«La tarántula Goliat es muy conocida mundialmente, principalmente por su tamaño. Se dice que es la araña más grande en cuanto a peso que existe, que es como 175 gramos lo que pesó la más grande y 30 centímetros se dice medía con las patas estiradas», comenta Eduardo Faúndez, Doctor en Entomología y científico del departamento de Entomología de la Escuela de Ciencias en Recursos Naturales de la Universidad del Estado de Dakota del Norte, del Instituto de la Patagonia de la Universidad de Magallanes, y del Centro Internacional Cabo de Hornos (Chic).
En este sentido, esta especie pertenece al suborden Migalomorphae y es parte de la familia de las Theraphosidaes, de donde deriva su nomenclatura. Asimismo, su hábitat se encuentra en las selvas costeras entre Brasil, Guyana y Surinam.
En general, se caracteriza por su gran tamaño y longevidad, ya que las hembras pueden llegar a vivir cerca de 25 años en cautiverio y pesar alrededor de 150 gramos. Sin embargo, pese a lo anterior, estas arañas son inofensivas para los seres humanos. Por lo mismo, en los últimos años se han vuelto bastante populares como mascotas, siendo víctimas de este comercio ilegal.
«Los terafósidos en general son arañas que son duraderas. Hay arañas pollito que pueden a llegar a durar 15 a 20 años en cautiverio, porque de esa forma tienen las condiciones adecuadas y se encuentran libres de cualquier peligro externo, por lo que son muy queridas como mascotas. En cambio, en el caso de una araña grande como la Goliat, yo pensaría que podría durar más. Yo tendería a pensar que lo mínimo, para arañas de ese tamaño, es 10 a 15 años, y de ahí en adelante fácilmente podría llegar a vivir hasta 20 y 30 años», señala Rodrigo Barahona, Dr. en Ciencias Silvoagropecuarias y Veterinarias, académico del Departamento de Ciencias Biológicas y Biodiversidad de la Universidad de los Lagos.
«Cuando estuve en Colombia, recuerdo que me comentaron que los aborígenes encontraban los nidos de estas arañas a una distancia mínima de 5 metros de alto en los árboles, por lo que, cuando alguien quería una de estas arañas de mascota, debían escalar y buscarlas. A veces encontraban y otras no, y es por eso que las comercializan a un precio relativamente alto», agrega.
Conociendo a la gran tarántula Goliat
Estas arañas son de color marrón anaranjado, lo que les permite pasar desapercibidas frente a sus presas, siendo su estrategia principal de caza el acecho y sigilo. Esto se debe a que, como otras tarántulas, las Goliat no construyen redes, sino que merodean por el suelo del bosque. Del mismo modo, pese a poseer ocho ojos, su visión no es muy buena, por lo que solo son capaces de percibir ciertos cambios de luminosidad, siendo imposible para esta especie identificar con claridad los objetos de su entorno.
Como una forma de contrarrestar esa deficiencia, están equipadas son pelos sensoriales, los que les permiten detectar vibraciones en el suelo y en el aire, logrando así localizar a sus presas. Estos pelos también sirven como método de defensa contra depredadores, ya que cuando se sienten atacadas los lanzan a sus agresores, provocándoles una sensación irritante.
«Tienen un color más o menos marrón y tienen un pelito bien fino y, como casi todos los terafósidos, normalmente suelen ser urticantes. Entonces, lo usan como mecanismo defensivo, en este caso, para poder contrarrestar a un posible o potencial depredador», afirma Barahona.
«Eso sí que ya es un poco más complejo, sobre todo para los humanos, porque a veces si alguien manipula la araña, estos pelitos pueden quedarse en las manos, y al tocarse la cara después pueden causar irritación y casos de alergia», señala Faúndez por su parte.
Asimismo, en ese proceso, en el que se sienten amenazadas, las hembras emiten un silbido, el que recibe el nombre de estridulación, siendo similar al de insectos como los grillos y las cigarras.
En esta línea, a lo largo de sus vidas las Goliat tienden a cambiar su alimentación, aunque esto también depende de su tamaño. Usualmente, cuando son pequeñas, comen insectos, como es el caso de cucarachas, escarabajos y saltamontes, cumpliendo con un rol importante dentro de la cadena alimenticia.
«Principalmente, es un depredador y come bastantes artrópodos más pequeños, entonces, es una suerte de “controlador biológico”. En realidad, se come bichos que tienden a ser más plagas. El mismo caso es cuando comen roedores o algunas aves», profundiza Faúndez.
Una vez que crecen pueden cazar lagartijas y pequeños roedores, incluso aves, siendo esta la razón detrás de su apodo (bird-eater), aunque esto no ocurre normalmente, razón por la que algunos expertos asocian el nombre con un grabado del siglo XVIII en el que se ilustra a una tarántula similar devorando a un colibrí.
«En inglés su nombre común es araña come aves o come pájaros, pero en realidad eso viene de algunas ilustraciones antiguas. Principalmente se alimenta de otros artrópodos, es decir, algunos insectos o arácnidos más pequeños. Ocasionalmente, se alimenta de vertebrados, de algunos roedores, reptiles, y anfibios», aclara Faúndez.
Las devoradoras de pájaros habitan en ambientes húmedos, por lo que los troncos caídos, hendiduras de rocas o cualquier lugar oscuro y escondido es ideal para ellas. Por lo mismo, viven en madrigueras, de las que no acostumbran alejarse demasiado. Es más, tienden a cazar cerca de ellas, como forma de evitar movilizarse grandes distancias.
«Es una araña que vive en las alturas, más o menos separadas de lo que es el sotobosque. Vive normalmente en la parte alta de los bosques tropicales de varios países sudamericanos en donde viven. Son zonas de alta temperatura, de alta humedad, por lo tanto, esta especie la vas a encontrar siempre en esas condiciones, lo cual obviamente indica que la araña está muy acondicionada a esas condiciones ambientales», explica Barahona.
«La zona alta en la que vive esta araña está compuesta principalmente por muchas plantas trepadoras y orquídeas, obviamente los árboles son el principal sustento. Esto igual es importante, porque la araña busca refugios y nidos en estos árboles. Por ejemplo, que tengan agujeros, quizás cuevas de pájaros abandonadas o de roedores, y ahí es donde normalmente pueden tener un nido. Es variable la altura a la que uno lo puede encontrar», agrega.
En cuanto a su reproducción, estas arañas solo buscan a otro ejemplar cuando llega el momento de reproducirse. En aquella instancia el macho debe cortejar a la hembra, a través de movimientos y señales químicas. Durante este proceso la hembra siempre es hostil, razón por la que una vez que se produce la cópula, es posible que lleguen a mutilar o asesinar al macho.
Por esa razón es que las hembras pueden llegar a vivir hasta 25 años, mientras que los machos tan solo seis. Luego del acto, se colocan cerca de 100-200 huevos, los que la madre envuelve en un capullo de seda en el interior de la madriguera y cuida hasta por dos meses, en los que sobrevive sin alimentarse.
«Su ciclo de vida generalmente se cree que es bastante largo, pues puede llegar a ser de 15 hasta 25 años en el caso de las hembras principalmente, y estas maduran entre los 3 y 6 años. Entonces, se trata de un animal bastante longevo, sobre todo considerando las otras especies de arañas y otros artrópodos», ahonda Faúndez.
«Pasa que muchas tarántulas después de reproducirse se comen al macho, este es uno de esos casos en los que no ocurre de forma regular, sucede, pero no es tan frecuente. En cuanto a los huevos, por lo general ponen entre 100 a 150, incluso 200 de acuerdo con la literatura. El tiempo que pasa entre que se ponen y eclosionan es de dos meses aproximadamente», agrega.
Otra característica importante de estas arañas es que poseen veneno, aunque este no es mortal para las personas. Sin embargo, sus quelíceros, los que tienen forma de colmillos articulados, pueden medir entre 2 y 3,8 centímetros de largo. Estos son capaces de producir una herida profunda, por lo que el dolor puede durar unas 48 horas y generar nauseas, fiebres, dolor de cabeza y sudoración. En el caso de sus presas, el veneno es capaz de paralizar a sus víctimas y, posteriormente, causarles la muerte.
«Como todas las arañas, el veneno principalmente contiene un poco de enzimas, que es lo que se le llama “digestión externa”. Entonces, es como si nosotros a la comida le tiráramos nuestro jugo gástrico, la procesáramos y después lo chupáramos con una bombilla. Entonces, el efecto que tiene el veneno sobre las presas es el de degradar el tejido más que nada, no es, por ejemplo, como el de las viudas negras, que es neurotóxico», explica Faúndez.
«En humanos es muy poco el efecto que tendría. En literatura se ha comparado más o menos al que tendría una picadura de avispa. Sin embargo, como es una araña bastante grande, mecánicamente duele, pero no pasa mucho más allá», agrega.
De igual forma, su poder de combate no la hace invencible, siendo cazada por otros depredadores, tales como algunos felinos y serpientes, incluso por el mismo ser humano, ya que existen registros de su consumo por parte de algunos pueblos cazadores, como los Yanomami. Pese a lo anterior, en la actualidad la tarántula Goliat no figura en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), por lo que se encuentra libre de peligros asociados con una eventual extinción.
«En algunas partes de Colombia y Venezuela, básicamente todo el lugar donde se distribuye se consume como un platillo bastante común, pero aquello nunca la ha puesto en riesgo. Las poblaciones se mantienen, por lo que el principal problema al que se enfrentan es el comercio descontrolado», comenta Faúndez.