Son originarios de Nueva Zelanda: Detectan por primera vez nido de albatros de frente blanca en Chile
Este 19 de junio se celebra el Día Mundial del Albatros. En este contexto, recientemente se publicó un estudio sobre el primer registro de una nueva especie reproductora de albatros en Chile, específicamente en las lejanas islas Diego Ramírez. Se trata del albatros de frente blanca, cuya colonia más cerca se encuentra a más de 7.000 kilómetros de distancia, en Nueva Zelanda, y el que está catalogado como Casi Amenazado (NT) por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En este artículo te comentamos más sobre este descubrimiento.
Todo comenzó con un nido en la isla Gonzalo y un polluelo más pequeño que los demás. Este tenía una leve diferencia en la coloración del pico y un hermoso plumaje blanco similar al algodón. Solo eso bastó para hacer sospechar a los expertos de que estaban ante algo poco común. Este pequeño, con su nacimiento, llegó para alterar todo lo que se conocía respecto al albatros en Chile y sus colonias en el mundo.
En la actualidad, en la época reproductiva, las islas Diego Ramírez son el lugar predilecto de 55.000 parejas de albatros de ceja negra (Thalassarche melanophrys) y 18.000 parejas de albatros de cabeza gris (Thalassarche chrysostoma).
«Chile es una suerte de reservorio de las poblaciones globales de dos especies de albatros, que son bien comunes. Una que es el albatros de ceja negra y el otro es el albatros de cabeza gris. Resulta que Chile tiene al menos seis colonias distribuidas principalmente en la Región de Magallanes. En su conjunto, las colonias de estas aves marinas que contiene Chile, constituyen sobre el 20% de las poblaciones globales de estas dos especies», comenta Cristián G. Suazo, biólogo marino enfocado en la conservación de especies de aves marinas amenazadas, perteneciente a la Justus Liebig University – Giessen.
Hasta ahora, estas eran las dos únicas especies de las que se tenía registro en la zona, y se esperaba que esta variable no cambiara, debido a que estas aves se caracterizan por su alta filopatría. Esto se traduce en que, sin importar lo que suceda, ellos vuelven al lugar donde nacieron para poner sus huevos.
Sin embargo, un pequeño milagro ocurrió, en el que dos albatros de frente blanca (Thalassarche steadi) fueron protagonistas en Diego Ramírez, a más de 7.000 km de su principal sitio reproductivo en las islas Auckland, Nueva Zelanda. Esta nueva pareja llegó para aportar un pequeño, pero importante, granito de arena en esta diversidad, así como a revolucionar los conocimientos que se tenían respecto a estas aves, y a los albatros en general.
«Estos adultos tomaron la decisión de moverse prácticamente más de 7.000 kilómetros en el océano, solo para poder criar en una isla en Chile. Eso es lo más raro», afirma Cristián.
Este descubrimiento, que fue publicado el 8 de junio en la revista científica Polar Biology, fue desarrollado principalmente por la Justus Liebig University – Giessen, en asociación con Albatross Task Forece de BirdLife International, Cape Horn International Center for Global Change Studies and Biocultural Conservation (CHIC), y ATC Patagonia.
Sin embargo, no habría sido posible de no ser por el trabajo de aquellos profesionales que han dedicado todos sus esfuerzos al monitoreo de este pequeño ecosistema, con el apoyo de la tercera Zona Naval y del Servicio de Señalización Marítima de la Armada.
Conociendo al albatros de frente blanca
Los albatros son aves marinas grandes y longevas con amplias distribuciones migratorias y de alimentación. Por lo general, se reproducen en islas remotas o en áreas continentales de difícil acceso.
Como ya se mencionó, son aves altamente filopátricas, por lo que existen muy pocos relatos publicados en los que se mencione que algún ejemplar haya explorado sitios de reproducción alternativos o intentara reproducirse fuera de su área de distribución conocida.
«Resulta que gracias a esta filopatría que ellos tienen, esta fidelidad, no son muy caracterizados por ir a colonizar otros lugares. Sabemos que ciertas especies están súper restringidas a ciertas aguas, ciertos países. Esto los hace ser vulnerables, porque dependen mucho de esos sitios. Resulta que, si ese lugar está ambientalmente degradado, está impactado por algo, ahí es cuando las poblaciones empiezan justamente a decrecer», explica Cristián.
Los albatros de frente blanca, en particular, se caracterizan por su gran envergadura, de dos metros con 50 centímetros, así como por el color blanco de su frente y su pico de color gris oliváceo, con amarillo marfil en la punta.
De esta especie se conocen pocos casos de nidificación en sitios de reproducción alternativos. De acuerdo con Cristián, en esas ocasiones siempre se trató de un ejemplar de frente blanca con otros adultos de especies diferentes. Debido a esto, el caso evidenciado en el estudio vendría a ser el primero en el que efectivamente se llevó a cabo la crianza de un polluelo lejos del sitio natal, entre dos ejemplares de la misma especie, es decir, entre dos albatros de frente blanca.
En esta línea, fue en las islas subantárticas Diego Ramírez, que se encuentran en la sección norte del Pasaje de Drake, aproximadamente a 112 km al suroeste del Cabo de Hornos, donde se logró encontrar a esta inusual pareja con su pequeño y blanco polluelo, el que, a diferencia de sus imponentes padres, se veía más pequeño que el resto de los nacidos, simplemente por el hecho de haber salido del cascarón un poco después.
Respecto a esto, es importante señalar que esta especie es de reproducción bienal y deposita sus huevos desde finales de agosto hasta septiembre. La crianza, a la que se dedican ambos progenitores, empieza en la tercera semana de octubre y los polluelos probablemente empluman a los cuatro meses, entre marzo y abril.
«Cada dos años se reproducen, no es como los otros albatros que nosotros estudiamos. El de ceja negra, por ejemplo, es anual. Todos los años te lo vas a encontrar aquí», señala Cristián.
Se estima que su población es de unas 75.000 parejas reproductoras en todo el mundo. La captura incidental por parte de pesquerías comerciales con palangre y de arrastre son amenazas significativas para la especie, así como la presencia de especies invasoras y roedores en los lugares donde nidifica.
Por estas razones, esta especie fue clasificada como Casi Amenazada (NT) por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Sin embargo, en Chile aún no se considera la especie dentro de ninguna categoría, pero, a partir de este descubrimiento, esta situación podría llegar a cambiar.
El estudio en profundidad
Entre el 25 y el 27 de febrero de 2022 se llevaron a cabo monitoreos de la actividad reproductiva de los albatros en la isla Gonzalo, la segunda más grande del Archipiélago Diego Ramírez, mediante la realización de 14 transectos, cada uno de 20 m de ancho y 6,9 km de largo, así como de la instalación de seis estaciones de cámaras.
Estos estudios se hacen con regularidad para registrar la identidad de las especies de albatros que llegan a la isla en esta etapa de reproducción. Asimismo, también se llevan a cabo distintas mediciones en los polluelos, y se recopila información de referencia sobre las características del hábitat. Todo esto con la finalidad de garantizar la conservación de estas aves.
«Nosotros siempre hemos trabajado monitoreando estas poblaciones, en cuanto a lo más básico de su biología y la ecología, es decir, con quién ellos interactúan. Casi todas las especies de los albatros que están descritas a nivel global están amenazadas con el riesgo de extinción, debido a que en las colonias hay especies invasoras que se comen los huevos y los polluelos», señala Cristián.
Fue así como, entre el 18 de marzo y 20 de mayo de 2022, una de las cámaras trampa que ubicaron en la zona logró registrar dos adultos de una especie bastante característica: el albatros de frente blanca. Posteriormente, notaron que en su nido había un lindo polluelo, el cual tenía aproximadamente 40 días de edad, con un peso corporal de 3.650 kg y una longitud de tarso de 8,11 cm.
Los otros polluelos que estaban junto a él, de albatros de cabeza gris, tenían 5 meses de edad, con un peso promedio de 4.920 kg y una longitud de tarso de 9.22 cm, por lo que la diferencia entre ellos era evidente.
«Fue un día que estábamos monitoreando el número de albatros que habían de las otras especies y vimos el contraste por tamaño y por coloración de este adulto. En ese momento nosotros enviamos a un compañero para que fuera a ver qué es lo que ocurría, porque queríamos documentar un poco el tema. Ahí fue donde Carlos nos pegó un grito para arriba y nos dijo que había un pollito», relata Cristián.
Pese a que por sus características externas era evidente a qué especie pertenecían estos ejemplares, para estar totalmente seguros los expertos realizaron un análisis molecular de una muestra de sangre. Además, mapearon la distribución reproductiva y el rango geográfico del albatros de frente blanca. Todas las pruebas resultaron positivas, transformándose este registro en la marca de una nueva especie reproductora de albatros para esta región del Pacífico sureste.
Aún con toda esa evidencia, los expertos no lo podían creer, ya que el albatros de cabeza blanca, a diferencia de las otras especies, ha demostrado una mayor dispersión, menor diversidad poblacional y una alta fidelidad a las aguas cercanas a sus colonias establecidas. Sin embargo, los hechos eran innegables.
Esperanzas y amenazas
El 20 de mayo los padres dejaron de volver al nido. Luego de un mes, durante el mediodía del 26 de junio de 2022, el polluelo emprendió el vuelo, abandonando su lugar de nacimiento.
Posteriormente, setenta y nueve días después, otro pequeño milagro ocurrió. El nido estaba ocupado por una pareja de albatros de cabeza gris. Sin embargo, estos fueron desplazados durante cinco visitas de un albatros de frente blanca al mismo nido.
Fue este último ejemplar el que permaneció en el nido hasta la última visita de los expertos el 23 de octubre de 2022. En ese tiempo el macho exhibió signos de comportamiento de cortejo típico. Asimismo, en aquel mismo período de tiempo, también se identificó la presencia de un segundo macho, a aproximadamente 60 m de distancia del primero.
«Pillamos dos adultos también vocalizando y haciendo todo un despliegue conductual, moviendo la cola y emitiendo una especie de cacareo. Esto lo hacen para llamar pareja. En la actualidad, hemos pillado como cuatro nidos, por lo menos, de esta especie», comenta Cristián.
Desde 2019, Diego Ramírez ha sido designada como Área Marina Protegida y refugio de aves marinas, ya que está libre de mamíferos invasores. Por otra parte, las islas Auckland, donde usualmente se reproduce el albatros de frente blanca, se han visto afectadas por ovejas, ratas, conejos, gatos salvajes y cerdos, entre otros animales. Esto ha generado un impacto desmedido en esta especie, principalmente por la destrucción de sus sitios de reproducción.
«En el lugar de donde vienen estos albatros de frente blanca, islas Auckland, se cuenta con la presencia de conejos, que se comen la vegetación, cabras, ovejas, e incluso se ha llegado a detectar cerdos que se asilvestraron y que los documentaron comiéndose a pollos de estos albatros», afirma Cristián.
A esto se suma que al menos 8.000 albatros de frente blanca mueren anualmente en las pesquerías de palangre y arrastre. Debido a lo anterior, el hecho de que esta especie, la cual presenta un grado importante de filantropía, haya podido establecerse en un nuevo sitio de nidificación, es motivo de celebración y se transforma en un hito importante para su conservación.
«Nosotros suponemos que todas estas presiones, bien fuertes que han experimentado algunas especies, están gatillando ciertas respuestas de que tengan mayor dispersión hacia otros lugares», cuenta Cristián.
Sin embargo, Chile tampoco está libre de problemas. A raíz de la pesca de palangre y arrastre, las muertes potenciales anuales de aves marinas tienen un promedio estimado de 66.500 individuos. Dadas estas amenazas, las colonias de albatros chilenos requieren un monitoreo continuo y a largo plazo, de la composición y el estado de las especies, para informar los esfuerzos de conservación de manera efectiva.
«Tenemos un parque marino (las islas Diego Ramírez), que tiene una porción de más de 144.000 kilómetros de protección. Sin embargo, las amenazas como la pesquería ocurren muy lejos, no necesariamente ahí en las aguas frente al parque. Por lo tanto, un plan de manejo necesita lucidez local de lo que ocurre, pero también un poquito más de visión nacional de las políticas de administración pesquera y de conservación, que se ajusten a esta historia natural de los albatros», explica Cristián.
«Se requieren de planes de manejo que tengan la lucidez de lo que ocurre, y esa lucidez yo creo que se obtiene justamente yendo al terreno y viendo las amenazas que operan ahí. Nosotros trabajamos mucho en el tema de la pesca, porque es una de las principales amenazas de los albatros, y resulta que lo que hay que hacer ahí justamente es reforzar el tema de bioseguridad, pero al mismo tiempo el poder reforzar y exigir aún más en lo que respecta a las medidas de mitigación que se utilizan en pesquería», agrega.
Referencia: Suazo, C.G., C. Anguita, C. Garcés Letelier, A. Martínez & P. Quillfeldt (2024) The White-capped Albatross: A new breeding record for the Diego Ramírez Islands, Chile. Polar Biology. https://doi.org/10.1007/s00300-024-03269-2