1200 millones de dólares: el costo de la megasequía en Chile central, según estudio
Un desafiante estudio de economistas ambientales recopiló, analizó y sistematizó los datos de distintos sectores productivos que dependen del agua para calcular el costo de la megasequía en la zona central de Chile. Junto con llegar a la cifra de más de 1.200 millones de dólares, los investigadores desarrollaron un marco analítico para evaluar el costo económico de las sequías prolongadas. Revisa este artículo del Centro en Ecología Aplicada y Sustentabilidad de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
El cambio climático está intensificando y prolongando las sequías en distintos puntos del planeta, particularmente en lugares de clima mediterráneo, como California, Sudáfrica y Chile central. Las sequías, normalmente, corresponden a períodos en que se registran precipitaciones por debajo del promedio de varios años (más de 30) durante meses o años. En la zona central de nuestro país, el fenómeno de la sequía ha durado más de una década, y es por esto que se ha considerado como una megasequía, fenómeno que presenta dinámicas naturales y humanas más complejas que las sequías de corta duración.
Un equipo de investigadores encabezados por Francisco Fernández (Universidad San Sebastián), con la participación de Felipe Vásquez y Roberto Ponce (ambos de la Universidad del Desarrollo), todos integrantes del Centro CAPES en Ecología Aplicada y Sustentabilidad, publicó en la revista Journal of Environmental Management el artículo «The economics impacts of long-run droughts: Challenges, gaps, and way forward”, estudio que buscó calcular el costo económico de la prolongada sequía chilena y de paso, desarrolló un método de análisis nuevo.
“Si bien al comienzo la principal motivación para realizar esta investigación era poder determinar el impacto económico de la megasequía en la zona central del país desde el 2010 en adelante. A medida que avanzamos, nos fuimos dando cuenta que estábamos frente a un escenario escasamente revisado por la literatura”, señala Francisco Fernández.
Efectos de la megasequía en la economía chilena
La zona central de nuestro país, entre la región de Coquimbo y el Biobío donde viven alrededor de 10 millones de personas (casi el 78% de la población), posee un clima semiárido de tipo Mediterráneo, con estaciones marcadas y precipitaciones entre 100 y 1000 mm por año, concentradas mayormente en invierno. Cada 5 a 10 años se presentan sequías moderadas con déficit de precipitaciones del 10% al 20%, pero a partir del 2010, se han sucedido años secos de manera ininterrumpida, con grandes impactos ambientales, económicos y sociales, lo que ha sido denominado como una megasequía.
Varios sectores económicos dependen del agua para su funcionamiento, como el agrícola, hidroeléctrico, forestal, turismo y por supuesto el suministro de agua potable urbana y rural. “Estos sectores fueron considerados según la importancia en términos de demanda y dependencia del recurso hídrico, como también de la importancia de tales sectores en la economía de la zona central. Sin embargo, a medida que avanzábamos y buscábamos datos e información para realizar nuestras estimaciones, tuvimos que enfocarnos netamente en tres: agricultura, agua potable urbana y agua potable rural. Para cada uno de estos sectores se estimaron los impactos de la megasequía en base a los datos recolectados”, indica Fernández.
A partir de estos datos y aplicando el nuevo marco analítico ¿Cuál ha sido el costo de la megasequía para Chile? “El costo total que estimamos para la megasequía considerando sólo estos tres sectores, no alcanza el 0,5% del PIB del país en el año 2020”, afirma el investigador. En el estudio se menciona que las pérdidas económicas ascendieron a casi 1202 millones de dólares, aunque “si bien se puede considerar una subestimación dada la omisión de otros sectores de la economía, estos 3 sectores representan la mayor parte de la demanda de agua de la zona central, representando aproximadamente el 95% de la misma”.
Nuevo método de análisis para sequías prolongadas
El trabajo para llegar a esos números fue arduo. Para cada sector económico se construyó un método de evaluación específico, que incorporó la mayor cantidad de datos disponibles. Por ejemplo, para el análisis del sector agrícola se utilizaron estadísticas nacionales sobre superficie cultivada, precios, rendimientos y costos de producción de 20 actividades agrícolas por región y comuna del centro de Chile, para modelar matemáticamente todos los años entre 2010 y 2020. Las pérdidas de ingresos acumuladas por parte de los agricultores y el costo de la respuesta a emergencias agrícolas por parte de los sectores público y privado, se estimó en 196,45 millones de dólares.
Para el sector del agua potable urbana, se contó con los datos de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios de Chile (ANDESS). ANDESS recopiló y entregó los gastos de capital y operativos realizados por las empresas para enfrentar la sequía, entre 2010 y 2020. La suma de estos gastos llegó a la cifra de 815 millones de dólares. En el caso del sector de agua potable rural, en que los gobiernos han destinado recursos para hacer frente a la escasez de agua a través del suministro mediante camiones cisterna, se calcularon 191 millones de dólares gastados durante el período.
Adaptándonos a la escasez de agua
El análisis realizado por los investigadores muestra que las instituciones en Chile han logrado una adaptabilidad y solidez económica significativas para hacer frente a la megasequía actual. Esto se refleja en que durante los primeros años de la sequía los costos económicos fueron menores ya que la cantidad de agua almacenada en acuíferos y embalses estaba casi a su capacidad total.
Sin embargo, a medida que la sequía continuó, las reservas comenzaron a agotarse y los costos económicos aumentaron. Dado esto, “es necesario identificar el punto de inflexión (tipping-point) donde la escasez hídrica llegará a ser tal que los costos se dispararían”, advierte el economista ambiental. Calcular este momento es complejo y depende de la capacidad de infraestructura, la cantidad de agua almacenada y las estrategias de adaptación, “desafortunadamente, debido a la falta de información hidrológica”, señala Fernández, “no podemos situar ese punto de inflexión de manera adecuada en el futuro. Esta brecha debería ser una prioridad para futuras investigaciones interdisciplinarias.
Determinar el costo económico de las sequías ayuda a evaluar las futuras estrategias ante la escasez de agua para mejorar la planificación, gestión e implementación de medidas para mitigar sus efectos. En general, los estudios económicos se han centrado en sequías que duran entre 1 y 3 años, pero la megasequía de la zona central de Chile, fue la oportunidad para evaluar este fenómeno cuyo período de duración tan prolongado no tenía registros.
Las variables que influyen en la evaluación de las sequías prolongadas tienen que ver con características relacionadas con la resiliencia de la región y la adaptabilidad de los usuarios del agua, que comúnmente no se han considerado en estudios económicos de sequías cuyos períodos de duración no son tan extensos. El estudio identificó cuatro factores como los principales impulsores de los impactos económicos de las sequías prolongadas: i) capacidad de infraestructura, ii) cantidad de agua almacenada y iii) respuestas de adaptación a corto y largo plazo. La buena gestión y manejo de estos factores puede hacer la diferencia para que la zona central de Chile pueda ser resiliente y adaptable ante la falta de agua.