Detrás de la Colaborativa Las Palmas: un ejemplo comunitario en tiempos de inseguridad alimentaria

El aumento vertiginoso de los costos de alimentos e insumos, combinado con eventos climáticos extremos, escenarios políticos inestables, conflictos bélicos y la complejidad logística global, ha generado incertidumbre en el suministro de recursos productivos a nivel mundial . A esto se le suma lo informado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre que un tercio de los alimentos se desperdicia anualmente a nivel mundial, y la malnutrición ha experimentado un aumento del 30%. Por otra parte, el mundo no es el mismo después del Covid-19, haciendo latente la pregunta sobre qué sistema de producción y distribución de alimentos necesitamos para garantizar la alimentación en un escenario post pandemia y de crisis medioambiental.

En medio de este desafío, comunidades de todo el mundo están adoptando estrategias innovadoras para enfrentar la inseguridad alimentaria. En nuestro país, existe un ejemplo inspirador para otras comunidades rurales. Se trata de la Colaborativa Las Palmas.

Ubicada entre el Parque Nacional La Campana y el Cerro El Roble, en la comuna de Olmué, este grupo de familias ha abrazado un estilo de vida en armonía con la naturaleza y ha priorizado la alimentación saludable y la agricultura ecológica. Nacida antes de la pandemia, la Colaborativa se organizó para asegurar su acceso a alimentos y productos provenientes de agricultura y producción ecológica, en una zona rural mediante la valorización de la producción local de huertos familiares.

La agroecología, los circuitos cortos de comercialización y la promoción de la producción local son algunas de las tácticas adaptadas para hacer frente a la inseguridad alimentaria, construyendo sistemas más resilientes y sostenibles. Juan Larraín, uno de los integrantes de la iniciativa, destaca: «La pandemia actuó como catalizador, llevando a la Colaborativa a organizarse y producir alimentos de manera sostenible. Nos enfocamos en el abastecimiento local, promoviendo la relación directa entre consumidores y productores, fortaleciendo así la economía local, fomentando la agricultura ecológica y contribuyendo a la identidad territorial».

En este escenario, la Colaborativa Las Palmas se destaca como un faro de éxito. A través de una relación directa entre productores y consumidores de la Colaborativa, se logra promover la agricultura sostenible al mismo tiempo que se fortalece la economía del sector y la soberanía alimentaria. Juan explica que “la adopción de circuitos cortos de comercialización permite una conexión más directa entre productores y consumidores, mejorando la eficiencia y reduciendo la dependencia de largas cadenas de suministro que se utiliza en el consumo masivo. La promoción de la producción local contribuye a la autonomía alimentaria, disminuyendo la vulnerabilidad ante factores externos. Por otra parte, a través de la agroecología, se promueve el cuidado y respeto por la naturaleza, en una zona rica en biodiversidad, endemismo y considerada como reserva mundial de la biósfera”. Estas medidas tomadas reflejan un esfuerzo colectivo para abordar el acceso a alimentos ecológicos y construir sistemas más resilientes y sostenibles, abriendo la posibilidad de democratizar los sistemas agroalimentarios para ponerlos al servicio del bien común.

En 2021, la Colaborativa Las Palmas fue beneficiada por el programa Fondo Común 2021 de Fundación Lepe, lo que le ha permitido fortalecer su modelo de gestión, ampliar el número de productores y difundir la agroecología en su zona como un medio sostenible para la producción y comercialización de alimentos. Además, la Colaborativa va más allá de ser un referente en la producción local. Sus ferias libres, mingas y talleres abiertos a todo público no solo son eventos comunitarios, sino también motores económicos que impulsan el desarrollo local y generan nuevos conocimientos en torno a la alimentación
saludable.

Comprometidos en fomentar un espacio de intercambio, la Colaborativa Las Palmas compuesta por 45 familias y 70 productores, no solo beneficia a la comunidad con actividades propuestas, sino que también crea oportunidades concretas para prosperar económicamente. Uniendo fuerzas y promoviendo el desarrollo armónico, la Colaborativa Las Palmas sigue siendo un catalizador para el florecimiento tanto individual como colectivo. Es un ejemplo vivo de cómo las comunidades pueden enfrentar la forma de acceder a los alimentos y generar cambios positivos para ellos y el medio ambiente.