Las carreras de galgos y la lucha por su prohibición
Son uno de los animales más rápidos del mundo y eso, lamentablemente, se ha transformado en su peor condena. Delgados, finos, elegantes y espléndidos, los galgos en nuestro país han sido víctimas durante décadas de una explotación que se mantiene amparada por la legalidad y que aumenta con la llegada de Fiestas Patrias: las carreras de galgos. “Son un perro para usar y tirar, ya que no existe un vínculo afectivo con el perro, sino, un vínculo lucrativo, lo cual lo cosifica y no lo reconoce como ser vivo sintiente”, añade Pamela Órdenes, representante de Galgos Chile. ¿Qué son las carreras de galgo? ¿Cuál es su situación legal en Chile? A continuación, te lo contamos.
Llegaron las Fiestas Patrias, y todo chile se llena de celebraciones. Comienzan las fondas y las ramadas, el ambiente se tiñe de olor a asado y los adornos tricolores abundan en todas las esquinas. Sin embargo, esta fecha también esta marcada por el surgimiento o el aumento de actividades que, bajo el concepto de “tradición”, utilizan animales para entretener a las personas. Este es el caso de las carreras de perros galgos, una actividad que se realiza hace alrededor de 20 años en la zona centro-sur de nuestro país, pero que a nivel mundial tiene una historia de varias décadas.
Es una práctica adquirida en Chile, que con el tiempo llegó a ser considerada parte de la cultura campesina y criolla, al igual que el rodeo y las jinetadas. Sin embargo, esta práctica está más cerca de ser un maltrato que deporte, debido a los intensos entrenamientos a los que se ven sometidos los canes.
Como indica Mauricio Serrano, Senior Director para Latinoamérica de Veganuary y Fundador de Animal Libre: “Más que nada gira entorna en torno a las apuestas. Eso es lo que mueve esta iniciativa y lleva a que personas busquen entrenar animales que tienen una fisionomía que les permite justamente tener un «desempeño ideal», pero que no es su naturaleza estar compitiendo en este tipo de iniciativas, o sea, no nacen para competir en esta práctica, como buscan normalizar quienes la realizan”.
Cabe destacar que los galgos son una raza que pertenece al grupo de los lebreles, un tipo de perro muy veloz, que en sus orígenes ayudaba en labores de caza. Sin embargo, su cualidad más característica paso a transformarse en su peor condena, ya que, si bien hay quienes aseguran que les encanta correr, la forma en que son “entrenados” para las carreras involucra distintos tipos de abuso y explotaciones. “Son un perro para usar y tirar, ya que no existe un vínculo afectivo con el perro, sino, un vínculo lucrativo, lo cual lo cosifica y no lo reconoce como ser vivo sintiente”, agrega Pamela Órdenes, representante de la Fundación Galgos Chile (FUGA), la cúal se dedica a rescatar y rehabilitar a galgos o mestizos de galgos en situación de abandono o calle en Chile.
Vale decir que los galgos para competir son entrenados intensamente desde cachorros; donde son amarrados a una moto o camioneta y obligados a correr. “Desde cachorros son separados de su mamá y encerrados en cajas cerradas completas con solo dos agujeros para respirar, esto para causarles estrés. Además, al galgo se le suministran ciertas drogas, como anabólicos, broncodilatadores, energizantes, miorrelajantes, diuréticos, cardiotónicos, cafeína, cocaína, analgésicos, etc. Esto para mejorar el rendimiento o que corran desgarrados”, puntualiza Pamela. Por otro lado, un galgo puede alcanzar una velocidad de hasta 70 kilómetros por hora, por lo cual, al chocar con otro can o contra cualquier obstáculo en la carrera, puede provocarle fracturas, heridas, traumas e incluso la muerte.
Daños en las caderas, dentaduras quebradas, heridas en el cuerpo y con diversas fracturas son una constante en los galgos que rescatan. Además, cuando uno de estos perros ya no sirve para las carreras, simplemente los abandonan, los entregan para la caza o los sacrifican. Por otro lado, tambíen son sometidos a uso de drogas y grandes niveles de estrés, lo que provocar daños irreversibles, e incluso, muerte súbita por sobredosis o paros cardiorrespiratorios.
“La edad útil de un perro de carreras es de 3 a 4 años aproximadamente. Luego el perro muere por ingesta de drogas, muere asesinado es abandonado en algún lugar. Esas son los tres medios de descarte de ellos. Lo más común es ver asesinatos o que mueran solos en la carrera por el tema de las drogas. Mientras corren les dan paros cardiorrespiratorios y el perro cae tendido en el piso”, señala Daniel Pacheco, vocero de Galgo Libre Chile, movimiento internacional que desde 2003 lucha por prohibir el maltrato y las carreras de galgos en Chile, Uruguay, Argentina y Brasil.
Pero ¿En qué consisten las carreras de galgos?
El deporte surgió en los Estados Unidos durante los años 1920 y posteriormente fue introducido en Gran Bretaña, donde tuvo mucho éxito. En Chile, las carreras de perros se popularizaron desde 1989, sin embargo, existen rumores de que las carreras vienen desde mucho antes. Definida como una actividad parte de la cultura campesina y criolla de Chile, los organizadores y concursantes de carreras de perros definieron la práctica como un “deporte”, que se desarrolla principalmente en zonas rurales de la Región Metropolitana, Valparaíso, O’Higgins y Maule.
Sin embargo, las carreras de perros no son consideradas un deporte por el Instituto Nacional del Deporte, por lo que no existe una regulación oficial y la organización de este tipo de eventos recae en la ilegalidad. Así lo relata Daniel Pacheco: “Lamentablemente es una práctica que se instauró dentro de la cultura campesina y la hacen llamar tradición, lo cual no es. De hecho, las carreras de perros galgos no están registradas en Chile como un deporte, por lo cual no pueden ser reguladas. Son actividades completamente clandestinas”.
Estas carreras se realizan en canódromos, una pista ovalada de 200, 280 o 320 metros de largo, donde varios perros galgos deben perseguir una carnada artificial, una liebre, a la que nunca pueden dar alcance, por lo tanto, el primero que llega a la meta es el ganador. Existen varias modalidades, pero finalmente, los reglamentos son escogidos por los dueños de la pista y los dueños de los perros.
Las carreras de perros se realizan casi todos los findes de semana, preferentemente los domingos, ya que se concibe como un lugar de encuentro familiar donde se apuesta, bebe y se hacen asados. Por ello, son aún más comunes en épocas festivas como Fiestas Patrias. “Se calcula que existían alrededor de 250 canódromo hace unos dos años, sin embargo, no existe un conteo nacional o un estudio. Muchas veces abren solo por algún fin de semana o piden permisos provisorios municipales. También van cambiando de lugar o abriendo en otros lados”, agrega la representante de FUGA.
La realidad legal de las carreras de perros en Chile
En la actualidad, las carreras de galgos son legales en Chile o, mejor dicho, no existe una legislación en nuestro Código Penal que tipifique esta actividad como un delito. Sin embargo, como señala Fernanda Cerda, abogada de la Clínica Jurídica del Centro de Capacitación de Derecho Animal y Asesora del Observatorio Legislativo Animal: “Actualmente contamos con normativa suficiente para denunciar y acabar con las carreras de perros, una práctica a nuestro parecer sin fundamento y fuera de época”.
Según señala la experta, este mal llamado “deporte” sería una infracción a la Ley de Tenencia Responsable de Mascotas y Animales de Compañía y también un ilícito contemplado en el artículo 291 BIS sobre maltrato animal. “Podemos ver a simple vista que las carreras de perros son una forma de sufrimiento injustificado y reiterado, y, por ende, son acciones que tarde o temprano coinciden con la figura de maltrato animal. Esta actividad no debe ser regulada, debe ser prohibida. La vida de un can no debe basarse en la explotación para el beneficio lucrativo de la persona que lo retiene a este estilo de vida. Incluso, es altamente probable que quien realice esta acción esté infringiendo en más de algún punto a Ley 21.020 de Tenencia Responsable”, agrega la abogada.
Por su parte, Mauricio Serrano, puntualiza que estas prácticas se pueden denunciar siempre y cuando exista maltrato evidente a los animales ya que “eso es lo que hay en estos lugares, tanto por que se les exige correr como por las posibles condicionantes que lleven a un perjuicio físico y psicológico del animal. Hay muchos accidentes que se generan tras esta práctica, pero también atrás hay todo un proceso de maltrato evidente que la gente si lo registra, puede denunciarlo como un acto maltrato animal. Por ejemplo, cuando se les hace correr en los entrenamientos a través de vehículos. Se les amarra al vehículo y se le insta a estar corriendo. Y la idea es que la gente denuncie porque es útil. Cada vez que podamos denunciar es un respaldo justamente para poder avanzar hacia la prohibición de esta práctica”.
Vale señalar, que en 2019 se presentó un proyecto de ley en la Cámara de Diputados para prohibir las carreras de galgos. No obstante, este fue rechazado. Sin embargo, actualmente las organizaciones de la sociedad civil buscan reactivar el proyecto de legislación para “prohibir y no regular” estas actividades y así seguir los modelos de protección de perros galgos que ya se han instalado en Argentina, Portugal, Uruguay, Panamá y Estados Unidos, entre otros países.
Mientras tanto, estás practicas pueden ser denunciadas directamente en el portal de Fiscalía en Línea, rellenando un formulario descargable, siempre y cuando se evidencien actos que generen sufrimiento innecesario a un animal. Si necesitas ayuda, puedes contar con la asesoría gratuita de la Clínica Jurídica de la Fundación APLA.
Por otro lado, si estás interesado en obtener más información sobre el respeto y consideración hacia los animales, puedes visitar animallibre.org, donde encontraras todo lo necesario para poder generar cambios positivos a favor de los animales. Así mismo, quien quiera firmar la petición de Galgo Libre Chile y Fundación APLA Abogados Por Los Animales, y apoyar el proyecto de ley para la prohibición de las carreras de galgos, que será presentado por el Diputado Tomás Hirsch.