¡Revive el video! “Agricultura del Futuro: el cultivo sostenible”, el quinto conversatorio del ciclo webinar “¿Y después qué? construyendo un planeta resiliente”
Con importantes reflexiones e ideas sobre cómo afrontar los desafíos del futuro de la agricultura y con ello una seguridad alimentaria, finalizó el quinto conversatorio del ciclo webinar “¿Y después qué? construyendo un planeta resiliente”, organizado por Chile California Council y Ladera Sur. En esta instancia, destacados expositores ahondaron desde sus perspectivas en el futuro de la producción de alimentos desde una mirada sostenible y ecológica; conversaron sobre la importancia de la regeneración de los suelos y la necesidad de valorizar más el trabajo campesino y la pequeña agricultura, así como la menor dependencia de otros países para la obtención de alimentos básicos, especialmente en un contexto de cambio climático y latente ausencia de resiliencia alimentaria. ¿Cómo podemos construir una agricultura resiliente y sostenible a pequeña y gran escala? Te invitamos a ver el video y resumen escrito de esta actividad ¡No te lo pierdas!
El miércoles 2 de septiembre se realizó el quinto conversatorio del ciclo de webinar “Y después qué? Construyendo un planeta resiliente”, organizado por Chile California Council y Ladera Sur. En esta oportunidad, el tema fue “Agricultura del futuro: el cultivo sostenible” en que distintos expertos discutieron sobre los impactos de la agricultura y las soluciones para tener una producción de alimentos en el futuro, de una manera sostenible y ecológica.
Generar una agricultura ecológica es uno de los principales desafíos para los próximos años en nuestro país y el mundo. En este conversatorio, los expertos Mary Anne Müller, de Escuela Agroecológica de Pirque y Fundadora y Directora Ejecutiva de la Fundación Orígen; Miguel A. Altieri, Profesor Emérito Universidad de California, Berkeley, Co-Director del Centro Latinoamericano de Investigaciones Agroecológicas; y Cristian Sjögren, Co-Fundador y CEO de Agrourbana y Consejero y Vicepresidente del Directorio del Chile California Council, reflexionaron desde sobre asuntos tan relevantes como el cuidado del suelo, agricultura urbana, educación, agricultura local y regulación necesaria para seguridad alimentaria de la población, en el contexto de las distintas crisis que manifiestan la urgencia de avanzar en estos temas.
La agricultura del mañana en comunidad
El llamado a repensar la agricultura y convertirla en una práctica sustentable fue el mensaje en común de todos los invitados. Tanto Chile como California son territorios amenazados por la desertificación y degradación del suelo, por lo que se han tenido que innovar y desarrollar tecnologías para poder enfrentar los desafíos y mantener sus estándares de producción. El problema ahora es cómo hacer que esto sea sostenible en el tiempo sin generar daños irreversibles al medio ambiente.
Mary Anne Müller, quien trabaja con agricultura ecológica, propone un paradigma que proteja la biodiversidad y potencie a las comunidades locales. “Todos nosotros podemos producir alimentos”, señala Müller, destacando los múltiples beneficios que ofrecen estas prácticas más sostenibles que promueven salud física y mental y fomentan lo que ella llama la restauración social. En otras palabras, un proceso en que las personas se encuentren y trabajen de forma colaborativa a través de huertos y plantación de frutales. Müller propone estas soluciones a la dependencia de otros países para la obtención de alimentos básicos como las legumbres que genera más contaminación y no garantiza la seguridad alimentaria. “Depender de otros países para alimentar a nuestra población nos vuelve absolutamente vulnerables”, agrega la directora de la Fundación Origen.
“La agricultura familiar y urbana tiene que ser una prioridad país en cuanto a programas e inversión”, agrega Müller. Miguel Altieri comparte esta visión, señalando que los sistemas globales alimentarios no están funcionando y que deberemos transitar a sistemas de producción local. En ese marco, la agricultura campesina toma un papel primordial que debiese ser apoyado por instituciones gubernamentales para potenciar la interacciones entre pequeños agricultores y consumidores. “Si nosotros apoyamos a los pequeños agricultores, apoyamos proyectos de vida a través de la creación de territorios agroecológicos que crean resiliencia alimentaria y sustentabilidad local”, señala Altieri.
Por su parte, Cristián Sjögren destaca también la potencialidad de las tecnologías en la pequeña agricultura para llevarla a las urbes y acercarla a la gente, con el fin de fortalecer las interacciones entre productores y consumidores y una economía justa. “No solamente es generar fuentes de trabajo, sino todo un sentido de comunidad que te genera la conexión con este alimento que sabes de dónde viene, que sabes cómo se manejan las plagas. Genera confianza y hace que los consumidores vean dónde está el valor y no solo en el precio”, señala Sjörgren.
Llevar las tecnologías agroecológicas a todas las personas
Otros de los desafíos que se desprende de la transición desde la agricultura industrial hacia la agricultura sostenible, es cómo hacer accesible las innovaciones y tecnologías agroecológicas, como el cultivo vertical desarrollado por Cristian Sjögren, que permite cultivar con menor impacto ambiental sin mermar la productividad. Cristián destaca la importancia de la asociatividad entre pequeños agricultores para poder financiar ciertas innovaciones en conjunto, “la agricultura es de todos los rubros el que tiene menor grado de digitalización, hay una tremenda oportunidad para mejorar las cosas ocupando tecnologías. Hacer que tengamos un cultivo más sustentable, haciendo un uso más eficiente de los recursos”, dice Sjögren, quien recalca la urgencia de esto pues la agricultura hoy en día ocupa el 70% del consumo de agua dulce. Para él los cultivos verticales pueden ser una respuesta ya que se utilizan menos recursos para producir hortalizas, por ejemplo.
Existen muchos problemas asociados al abuso de pesticidas y mal uso del agua, tanto de salud y seguridad alimentaria de las comunidades aledañas, como por la degradación del suelo. Para ello, las prácticas agroecológicas ofrecen muchas experiencias y soluciones, sobre todo, para la pequeña agricultura. Tecnologías de bajo costo que requieren de insumos locales, en un contexto de pandemia y altas cifras de desempleo. A esto se refiere Altieri, quien propone la agricultura a pequeña escala como una herramienta para revitalizar la economía y revertir gran parte del daño que genera la agricultura industria, sobre todo en los sectores de la población más empobrecidos: “La agricultura que se basa en los recursos locales que tengan acceso desgraciadamente a la tecnología de punta no son accesibles para los pobres, y lo que necesitamos es que haya una agricultura para todos” y agrega un ejemplo que ofrece soluciones más simples para estas problemáticas: “por cada porcentaje de materia orgánica que agregamos al suelo, podemos aumentar en 12 litros la capacidad de almacenamiento de agua en el suelo”.
Müller, en la misma línea, recalca la importancia de generar redes entre pequeños agricultores y potenciar la generosidad. “Aquí hay un trabajo maravilloso, que no necesita necesariamente tecnologías: cuidar semillas, intercambiarlas, restaurarlas y compartir conocimientos”, agrega la agricultura y educadora. “Tiene que ser una toma de conciencia de parte de quienes toman decisiones. Tiene que ser una prioridad país”, señala.
Agricultura local como respuesta a problemas ambientales
La agricultura urbana ha ido en incremento los últimos años. Muchos jóvenes actualmente, que también son una fuerza laboral muy grande, están incursionando en la creación de huertos urbanos para autosustentarse, en esta línea, Altieri ve esta como una solución al gran desafío que es alimentar al 87,2% de la población mundial que vive en las ciudades. “En una ciudad de 10 millones de habitantes, se tendrían que 6 mil toneladas diarias de
comida que tiene que viajar 1000 kilómetros para llegar a una mesa, eso es totalmente insostenible. La vulnerabilidad que tiene nuestro sistema globalizado, se ha puesto en manifiesto con la crisis del Covid-19”, señala el docente.
“Estas nuevas generaciones que les ha tocado hacerse cargo del desastre que vive el planeta, están viviendo en carne propia los coletazos de cambio climático, todo lo que hablamos que querer un mundo mejor y tener conciencia, serán los consumidores quienes empiecen a dictar qué es lo que quieren en los productos que comen”, destaca Sjögren. “Toda esta agricultura, ya sea urbana, ya sea rural, o a gran escala, tiene que hacerse cargo de los desafíos medioambientales”, agrega el fundador de Agrourbana.
Uno de estos problemas que aún no tiene solución es el desperdicio de alimentos. Se estima que casi un tercio de la comida que se produce al año termina en la basura. En este sentido, tanto para Sjörgren como para Altieri, son los sistemas de producción locales los más efectivos para reducir las brechas en la distribución de alimentos y así generar menos desperdicios. Según el profesor de la Universidad de California, “cuando se crean los sistemas alimentarios locales, se baja el desperdicio”.
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