El microdocumental “La carrera por salvar al Lago Chungará: una historia contada por la ciencia”, realizado por El Viento Estudio para Núcleo Milenio de Salmónidos Invasores (INVASAL)  muestra, desde una perspectiva científica, los impactos ecológicos que produce la trucha arcoíris dentro de este ecosistema particular de la Región de Arica y Parinacota, en Chile, que tiene tan sólo 10.000 años de antigüedad. Junto al video, Beatriz Buttazzoni, directora El Viento Estudio, con la asesoría de Daniela Lazo, bióloga y guionista del documental, perteneciente a INVASAL, nos cuentan más detalles de este proyecto.

Según cifras del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), Chile cuenta con más de 100 especies exóticas invasoras identificadas en todo su territorio. A diferencia de otras especies introducidas desde el extranjero, dichos organismos reciben su denominación porque expanden su área de distribución y su población, con lo cual amenazan y generan gravísimos impactos en los ecosistemas en donde se reproducen. Los casos más dramáticos de convivencia entre invasoras y nuestras especies nativas se dan por la cruza de especies similares, como ciervos y huemules, o por la depredación de especies nativas, donde los invasores no tienen ningún tipo de asociación biológica con su entorno, un concepto que en términos simples se expresa en la forma en que sobreviven las especies, una que es característica de nuestros ecosistemas y donde la manera comunitaria y colaborativa es la estrategia de vida dominante. 

La larga lista de especies invasoras en Chile cuenta entre otros invitados a perros y gatos abandonados, jabalíes, zarzamoras, dydimo, conejos y salmones, especies que para una gran parte de nuestra población -lamentablemente desinformada- son inocuos y para otros, una fuente de ingresos económica segura. 

En cuanto a los salmones, o salmónidos en términos técnicos, no es sorprendente que por el mismo desconocimiento se les atribuya al interior de la opinión pública el ser endémicos. En términos macro, sabemos que cohabitan desde principios del siglo XX de norte a sur en nuestro territorio y fueron traídos a las productivas cuencas de agua chilenas por personas que buscaron, en principio, establecer mayor entretenimiento para la pesca recreativa, los salmónidos lograron avanzar en territorios insospechados. 

Una de las historias más sorprendentes es la que ocurre en Lago Chungará, un lugar hidrogeográfico que funciona como un sistema cerrado de aguas en donde no tributan ríos si no corrientes subterráneas, pero al que igualmente supo llegar un tipo de salmónido conocido como la trucha arcoíris. 

La historia del lago, y la amenaza ecosistémica que pende sobre él es la que relata brevemente el microdocumental “La carrera por salvar al Lago Chungará: una historia contada por la ciencia”, realizado por El Viento Estudio para Núcleo Milenio de Salmónidos Invasores (INVASAL). 

Lanzado el 9 de marzo, esta realización da a conocer, desde una perspectiva científica, los impactos ecológicos que produce la trucha arcoíris dentro de este ecosistema particular, y que tiene 10.000 años de antigüedad. “Cuando decimos particular, estamos haciendo hincapié en su especificidad biológica y endemismo, es decir, las especies que ahí viven solo habitan este ecosistema y han tenido que adaptarse a las extremas condiciones climáticas, geográficas y químicas del lugar”, recalca Daniela Lazo, bióloga y guionista del proyecto. 

Los primeros antecedentes de esta historia, ocurren en los años 80, cuando la joven limnóloga Irma Vila, hoy investigadora senior del Núcleo, caracteriza las especies nativas del entorno. Muchos años después, ella misma fue pionera en visibilizar el problema de la invasión de la trucha arcoíris en ecosistemas del Altiplano, las que incluyen la cuenca del río y lago Chungará. Su visión la llevó a proponer un plan piloto de erradicación de esta especie a la Subsecretaría de Pesca (SUBPESCA) y que contemplaba el trabajo conjunto de científicos, actores del territorio, usuarios y tomadores de decisión del Estado de Chile. 

Paradójicamente, el plan que fue aprobado en 2015 sin contar con financiamiento. Pese a eso, la historia cambiaría su rumbo dos años después, cuando un grupo mayor de investigadores logran su concreción a través de INVASAL. 

Al respecto, Daniel Gómez Uchida, director del Núcleo, recalca que “La administración de salmónidos invasores en Chile debe contemplar componentes regionales y locales dado que nuestro país es extremadamente diverso en su geografía, economía y ecología. Nos gustaría que después de ver el microdocumental, la gente piense que el problema de las especies invasoras nos afecta a todos y todas de alguna u otra manera”. 

Por otro lado, el investigador Claudio Quezada, quien también participa de la investigación, comenta que “el manejo de especies invasoras no es fácil, requiere de un gran esfuerzo y de mucho tiempo”. Dada esta relación de esfuerzo y tiempo, es urgente contar con financiamientos de largo plazo más allá de los periodos de investigación con que actualmente cuentan las investigaciones en Chile y que en el caso de INVASAL sólo asegura hasta este año la longitud de este estudio. 

El documental en torno a la invasión biológica de la trucha arcoíris es sólo un ejemplo de una situación que se repite en todo el país con distintas especies invasoras y que pone énfasis en un factor muy importante y poco mencionado en la conservación de nuestros ecosistemas: la urgencia de ciencia con mirada país y más aún con programas de divulgación que fomenten el conocimiento y acción pública en torno al impacto y erradicación de estas y otras especies invasoras. “Solo si se produce y comparte conocimiento y a partir de ahí se generan políticas públicas basadas en evidencia, podemos acercarnos a vislumbrar un mejor futuro para nuestros ecosistemas nativos”, enfatiza Claudio Quezada, investigador de INVASAL.

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