El pasado 23 de noviembre en Ladera Sur realizamos nuestro cuarto conversatorio del cuarto ciclo de charlas Inspirados por la Naturaleza. Con un público de más de 400 personas, destacados expositores como Fabián Jacksic (Premio Nacional de Ciencias Naturales 2018 y director de CAPES UC); Juan Pablo Orrego (Presidente de la ONG Ecosistemas); Flavia Liberona (Directora Ejecutiva Fundación Terram) y Ezio Costa (Director Ejecutivo ONG FIMA), discutieron acerca de por qué la crisis social también es ecológica, cómo incluir al medioambiente dentro de una nueva Constitución y el problema del agua en Chile.

Dentro de las principales ideas que surgieron en la discusión fue la importancia de incluir al medioambiente en una nueva Constitución, partiendo por la consideración de que la crisis social también es una crisis ambiental o ecológica. De hecho, todos concordaron en que se trata de una crisis socioecológica.

En este contexto, Flavia Liberona, Directora Ejecutiva de la Fundación Terram, puntualizó algunos puntos de porqué considera que la crisis también es ecológica: “Yo creo que de alguna manera conocemos los daños del territorio. En distintos lugares y de distintas maneras. En el norte, la minería. En el centro, el sistema productivo de agroindustria. En el sur, las forestales. En la zona austral, las salmoneras. Tenemos una mentalidad extractivista”. Sobre esto, dio un ejemplo específico de cómo esto puede afectar a las personas, enfocándose en la zona de sacrificio de Quintero y Puchuncaví. “La crisis es ecológica porque esa gente sufre al no vivir en el derecho de un medio ambiente libre de contaminación, y cuando no lo tiene, no tiene derecho a la salud, a la educación, a la vida”, afirma Liberona.

Juan Pablo Orrego, Presidente de la ONG Ecosistemas, siguió en la misma línea: “el problema al territorio y a la población es el sistema productivo. El famoso modelo de desarrollo chileno ha sido totalmente insustentable por naturaleza en lo social y en lo ecológico. También en lo político y en lo económico. (…) Los cimientos de este sistema son la minería, las termoeléctricas y la alta demanda de agua. Tenemos alta pesca industrial y las plantaciones de pino y eucalipto. Monocultivos de la agroindustria -la que hay que distinguir con la agricultura- y la salmonicultura”.

Dando un enfoque más ligado a la ecología de por qué la crisis también es ambiental, Fabián Jacksic, Premio Nacional de Ciencias 2018, explicó que el ser humano depende del planeta y no viceversa. “Una sociedad sin planeta es imposible y un ambiente sin sociedad es posible”, dijo a lo que agregó que por esto mismo los factores sociales y ambientales van de la mano: “Los elementos ambientales y sociales por supuesto que son importantes, pero cuando confluyen estos factores tenemos un problema aún más grande que no es aditivo, sino que multiplicativo. Yo quisiera llamar la atención, por ejemplo: ¿No es curioso que estemos en el año 10 de una sequía aquí en Chile? ¿No habrá más casualidad en el hecho de que este movimiento surge en Chile durante una gran sequía? (…) Yo creo que estas cosas sí nos preocupan. Eso nos pesa y esa pesadumbre se expresa en los movimientos sociales. Este asunto hay que tratarlo no como social, sino como socioambiental”.

Ezio Costa, abogado y director ejecutivo de la ONG FIMA, explicó que, de acuerdo a lo que ha visto en cabildos e instancias sociales son tres asuntos los que inquietan más a la ciudadanía dentro de sus demandas: la injusticia, los abusos y las burlas. Aplicando esto a asuntos medioambientales, explica que lo más fácil de ver es la injusticia, particularmente en las zonas de sacrificio: “Son la muestra más patente de injusticia ambienta, personas a las que les exige sacrificarse por un bien común, que en realidad no es bien, ni común”.

Sobre el punto de los abusos, explica que la diferencia con la injusticia es que ésta tiene una cobertura jurídica adecuada. “No es que alguien esté infringiendo la ley per sé, si no que es alguien que está usando su derecho, pero lo está usando de una manera que produce perjuicios para la sociedad. No sólo en el caso de Petorca, sino que en muchos casos. Como el derecho de agua es un derecho perpetuo y casi sin condiciones, entonces las personas que tienen derecho de aguas legítimamente lo usan sin ninguna consideración de qué significa eso para el funcionamiento del ecosistema en el cual se reproduce esa agua”, dice.

Por último, sobre las burlas puntualiza que tiene que ver con la desconexión: Todos somos un poco más culpables, no sólo la autoridad. Con nuestra vida en centros urbanos donde los productos que consumimos no tienen conexión que provocaron para producirse. Hay un problema de empatía y ese problema también pasa porque requiere conexión humana física, que no está.

Constitución

El único elemento al que se refiere la Constitución sobre medio ambiente está dentro del artículo 19, en la que está escrito que se asegura a las personas el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación. Es deber del Estado velar para que este derecho no se vea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza”.

Ante este punto, Juan Pablo Orrego, Presidente de la ONG Ecosistemas aseguró: “No se respeta. El Estado no nos ha garantizado el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación. ¿Cómo se debiese reformular? El derecho a vivir en un medio ambiente íntegro, complejo diverso, sano. De forma propositiva y no retrógrada”. A esto mismo se sumó Liberona, al explicar que hay que buscar un medioambiente sano, sumando que tenemos que pensar “cómo respetamos, dentro de lo que sabemos, conocemos y podemos, los límites de la naturaleza de nuestro país. Eso hay que poner al centro, y no la economía por sobre la naturaleza.

Por su lado, Ezio Costa explicó que uno de los problemas es la percepción que jurídicamente se tiene sobre territorio, el cual es entendido como “un espacio físico en el que ejerce soberanía, no como el territorio como lo entenderían los geógrafos hoy en día que incluye los ecosistemas y las personas, sino simplemente el mapa. Eso es lo primero y más esencial que hay que cambiar”. A esto, Costa agregó cuatro puntos: Estar al servicio de la protección de los ecosistemas; una nueva institución basada en el medio ambiente; en el ámbito de los derechos -ligado a lo que mencionaron los otros expertos- tiene que seguir existiendo el derecho al medio ambiente y cambiar su redacción a medio ambiente sano y ecológicamente equilibrado; y que hay que reconocer los derechos de la naturaleza.

Jacksic puntualizó que hay otras definiciones que hay que cambiar: “Lo que tenemos son sistemas socioecológicos. El ecosistema solo puede funcionar muy bien, pero lo que nos preocupa es el sistema socioecológico (…) ¿Qué es lo que tenemos que asegurar para que el planeta se mantenga y lo entreguemos funcionando? Necesitamos mantener los sistemas ecosistémicos funcionando. En una Constitución, esperaría que reconocieran los ecosistemas con derecho a existir, el asunto del ecocidio puede ser una figura importante”.

Junto a estos temas, los expertos hablaron sobre la responsabilidad de los humanos en el compromiso medio ambiental, más allá de una carta magna. También hablaron de algunas alternativas económicas para sustentar sus ideas de Constitución, así como que los efectos de este cambio constitucional serían a largo plazo. Además hablaron específicamente de los problemas hídricos en Chile y contestaron preguntas del público. Te invitamos a ver el conversatorio completo en el video que te compartimos en esta publicación.

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