Chiloé es sin duda un lugar mágico. Sus historias de brujos y mitología, sus iglesias nombradas como Patrimonio de la Humanidad, sus comidas y su gente lo hacen un destino al que hay que ir por lo menos una vez en la vida. Si no está de acuerdo conmigo, espero que con estas fotos y videos me crea y lo ponga en su agenda de lugares por conocer este 2016.

Perteneciente a la Región de los Lagos, es un archipiélago formado por más de treinta islas, pero su base de operaciones es la Isla Grande, que tiene una longitud de 180 kilómetros de norte a sur y desde la cual es posible recorrer por tierra o agua varias de sus atracciones. Luego de embarcarse en Pargua y atravesar el Canal de Chacao, se llega a la isla principal. Desde ese punto hay que viajar una hora aproximadamente en auto para llegar a la ciudad de Castro. Una de las alternativas hoteleras que existe en el sector, y que es digna de recomendarse si se quiere pasar una noche en un entorno clásico de Chiloé, es el Hotel Boutique Palafito del Mar.

©Gonzalo Zúñiga
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El palafito de color amarillo que se ve en la foto (arriba) fue transformado en hotel, pero conservando la tradición y patrimonio de la isla. Al momento de decidir si construir o recuperar, sus dueños optaron por esta última opción y luego de un año de arduo trabajo con artesanos lograron crear un lugar acogedor tanto en los espacios comunes como en las habitaciones. Así, todos quienes  se hospedan ahí pueden experimentar lo que es vivir, aunque sea por pocos días, sobre el mar. Una experiencia única, así que si planea visitar la isla, ya sabe.

Algunos lugares vistos desde el aire, que recomiendo visitar:

©Gonzalo Zúñiga
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Esta es la Plaza de Armas de la ciudad de Castro (arriba). Aunque se ve, respira y vive apaciblemente, tiene una historia bastante movida. Fue fundada el 12 de febrero de 1567 por el Mariscal Martín Ruiz de Gamboa y luego de un arduo trabajo de limpieza de vegetación nativa fue usada como centro y punto de referencia para construir una de las plantas urbanas más simétricas de Chile con sus cuadras de 125 metros. En 1575 fue destruída por un terremoto y en 1600 fue quemada por el corsario holandés Baltazar de Cordes. Desde esa época y hasta comienzos del siglo XX la ciudad ha sido afectada por terremotos e incendios que la han llevado de la destrucción a la reconstrucción, pero a pesar de todo, la Plaza de Armas sigue siendo el núcleo urbano de la cuidad.

©Gonzalo Zúñiga
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Las Cascadas de Tocoihue (arriba) se ubican 20 kilómetros de la ciudad de Dalcahue, en la Isla Grande de Chiloé. Se forman del río del mismo nombre y en su caída generan una pequeña laguna redonda donde la mitología dice que se bautizan a los brujos de la isla.

©Gonzalo Zúñiga
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La Iglesia de Nuestra Señora del Patrocinio o mejor conocida como Iglesia de Tenaún (arriba) es parte de las 16 iglesias de madera de Chiloé que son Monumento Nacional y Patrimonio de la Humanidad UNESCO. Está ubicada en la comuna de Dalcahue.

©Gonzalo Zúñiga
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La Iglesia San Juan Bautista (arriba) se ubica también en la comuna de Dalcahue y destaca por su cercanía al mar. Su construcción data de 1887 y fue fuertemente afectada por el terremoto y maremoto de 1960, perdiendo su cementerio. Todos los 24 de junio celebra a su Santo Patrono, por lo que es un oportunidad única de verla engalanada de fiesta.

©Gonzalo Zúñiga
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En los cementerios estamos acostumbrados a ver tumbas de cemento y mármol, pero en algunos poblados chilotes aún se mantienen los entierros a la usanza mapuche. Pequeñas y coloridas casitas de madera se construyen para proteger el eterno descanso del difunto de lluvias, sol y  el viento. Es el caso del cementerio de Cailín (en la foto de arriba) y el de otras localidades como Huillinco, Cucao, Vilupulli, Quilquico y Teupa.

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