Chilenos logran Récord mundial de highline en el volcán más alto del mundo
Un grupo de chilenos logró instalar una cinta de equilibrio en la cumbre más alta de Chile, el volcán Ojos del Salado, el día del solsticio de verano. Este hito, que se realizó a los 6880 msnm, pasó a ser el highline a mayor altitud del planeta y se convirtió en el nuevo récord mundial de esta disciplina de equilibrio en altura. Este suceso, ocurrido en lo profundo de la región de Atacama, se podrá disfrutar en el documental llamado «Ojos de la Tierra», que se encuentra en preparación. En esta galería de Bernardita Lira y Matías Grez, nos adentramos al mundo del highline en altura y en la belleza de lograr el equilibrio perfecto en medio de la inmensidad de la montaña.
Cuando la pasión de la montaña, el equilibrio y el amor por la naturaleza se complementó en la pareja de aventureros Bernardita Lira y Matías Grez, iniciaron el proyecto más desafiante de sus vidas hasta el momento.
Fue en junio de 2022, en la Caleta Chañaral de Aceituno, cuando ambos comenzaron a diseñar la travesía que buscaba subir a las altas cumbres de los volcanes de Chile para instalar una delgada cinta por la cual caminarían haciendo equilibrio. Esta disciplina del equilibrio por primera vez llegaría a estos lugares sagrados de las culturas ancestrales. El hecho de que las altas cumbres fueran lugares de adoración y conexión con lo divino para los antiguos pueblos originarios andinos fue una inspiración para esta pareja. Fue entonces que Matías y Bernardita se fueron a vivir unos meses a San Pedro de Atacama con el propósito de aclimatarse en los volcanes del sector, que van de los 5000 a 6000 metros de altura sobre el nivel del mar.
Su entrenamiento consistía en hacer rutas en bicicleta, que iban de los 2500 msnm a los 4000 msnm, por la ruta fronteriza Paso Jama. Además, instalaron 3 highlines en quebradas ubicadas a 3500 msnm. Esto implicó adaptarse a la ignimbrita, que es un tipo de roca frágil y porosa, lo que dificultaba aún más buscar puntos de anclaje que fueran seguros para la realización de esta disciplina del equilibrio en altura. Esto se complementaba con ejercicios diarios de entrenamiento funcional, una alimentación saludable y ejercicios de respiración consciente.
Ambos comenzaron la peregrinación del equilibrio en el volcán activo Lascar junto a Diego Troncoso y Moisés Castro. Luego de 3 diferentes ascensiones se logró instalar una cinta de 110 metros de largo en su cráter a los 5500 msnm.
Continuando su peregrinación pasaron al más emblemático volcán del sector, el Apu Licancabur, que significa la «montaña del pueblo» para la cultura likanantai y que fue un importante centro adoratorio Inca. La pareja cuenta que esto fue una gran prueba, ya que tuvieron que ascenderlo 4 veces por el lado chileno, por su cara norte, donde no hay sendero y es más empinado. Cabe destacar que cada uno de estos ascensos a su cumbre fue cargando el equipo que les permitiría hacer el montaje final.
En su tercera subida tuvieron la primera experiencia de pasar una noche a los 5916 msnm durmiendo en su cima. Despertaron ese 11 de noviembre y los fuertes vientos no cesaron, por lo que el factor del clima, no les permitió realizar la misión. El haber estado expuestos una noche a esa altitud fue muy determinante para aclimatarse. Fue en el cuarto intento cuando el clima les favoreció y excepcionalmente no había viento, condiciones ideales para hacer el montaje.
La madrugada del 17 de noviembre pudieron caminar la cinta, junto a un tercer integrante, Rodrigo Flores, quien los acompañó. Pasaron la gran prueba del Apu Licancabur y siguieron rumbo al volcán más alto del mundo, llegando a uno de los lugares más inhóspitos del planeta. Aquí fue un mes de trabajo en terreno, junto al equipo que ahora se conformaba por 5 integrantes. Contaban con la presencia del guía de montaña Claudio Echegaray conocido como «Buen Tipo», quien fue clave en la primera etapa del Ojos del Salado. Además, volvió a participar Rodrigo y se sumó a la expedición René García.
Fue el 9 de diciembre donde el equipo se enfrentó al gran gigante Ojos del Salado. En este primer intento, la pareja logró acceder a la parte más difícil que vendría siendo la cumbre argentina, ya que la roca estaba muy segmentada y los puntos de anclaje eran muy limitados, sin embargo, lograron conseguir un buen anclaje desde ese lado. Luego descendieron, y por el factor clima y logística, sólo tuvieron un día de descanso, para así el 11 de diciembre a las 2 de la madrugada, la pareja y «Buen Tipo» volvían rumbo a la cumbre del Ojos. Esta vez porteando el equipo que necesitarían dejar oculto en su cumbre chilena.
Este segundo ascenso fue muy determinante ya que se logró instalar anclajes del lado chileno justo antes de que se desatara un frente de mal tiempo. Luego de 10 días de espera a que mejorará el clima, el equipo se preparó para hacer el ascenso que les llevaría a cumplir este gran sueño. El equipo conformado está vez por Matías, Bernardita, Rodrigo y René, empezaba a subir nuevamente, saliendo desde el campamento Atacama que se encuentra a los 5200 msnm, y llegaron caminando bastante cargados al campamento Tejos que está a los 5830 msnm.
Al día siguiente, luego de una noche donde apenas pudieron dormir por la altura, comenzaron el ascenso al cráter del Salado. Pese al gran esfuerzo, lograron llegar al cráter para así montar un campamento sobre los 6700 msnm. Esa noche cayó algo de nieve y fue difícil conciliar el sueño. A la mañana siguiente los 4 integrantes del equipo dieron marcha para subir a ambas cumbres.
Experimentaron fríos extremos llegando casi al congelamiento de pies y manos. El equipo se dividió, Matías tomó una ruta diferente para subir a la cumbre argentina У los otros 3, subieron al anclaje de la cumbre chilena. Una vez ya estando en ambos anclajes, dieron inicio al montaje de mayor altitud de sus vidas. Era una cinta de 33 metros de largo que se encontraba a los 6880 msnm. Cuando ya estaba todo asegurado, Matías cruzó caminando la cinta desde el lado argentino al chileno, logrando un nuevo récord mundial: caminar la cinta completa a mayor altura y sin caer.
Luego Bernardita fue quien subió a la cinta y con mucho valor, caminó al igual que René y Rodrigo. Una vez que ya todos habían subido al highline dieron inicio al desmontaje para así comenzar a descender con carga extra, ya que en los dos ascensos previos habían dejado equipo en su cumbre. Tras mucho esfuerzo, el equipo logró un descenso sin novedad, pasando una noche en Tejos. Luego bajaron a pie hasta el campamento Atacama.
Matías y Bernardita nos relatan que fue la experiencia más dura en cuanto a la realización de proyectos de highline, lo cual también les deja gran fortaleza para seguir en la búsqueda de este tipo de proyectos a lo largo de todo Chile.
Ambos artistas, además, grabaron todo el proceso, por lo que esto concluirá en un documental llamado Ojos de la Tierra. En instagram se les puede encontrar como @losojosdelatierra. Asimismo, la pareja mostró mucho agradecimiento al gobierno regional de Atacama, a los equipos de logística SurAtacama y Andes de Atacama, al auspicio de Gopro, Andesgear, Wildfoods, Emporio Tanti y Cinta Floja y en especial a Rafael Ide.