Una morilla  –mundialmente conocida como morchella– finamente tallada en madera de ciruelillo brilla en medio de una exposición que deja ver el talento de una generación de jóvenes artistas amantes de la biodiversidad. Ese delicioso hongo que prolifera en los bosques de ñirre y que forma parte del imaginario comestible de Aysén fue creado por Rodrigo Lizama, artista residente en Coyhaique y ganador del Sello de Excelencia de Artesanía 2017. “Después de salir a caminar por las reservas que rodean la ciudad, para observar las especies y estudiar con detalle cada una, lo que hice fue intentar descubrir la forma del hongo y reproducirlo –con su propia textura– en maderas recolectadas”, cuenta Lizama.

Este hongo fue una de las 12 especies elegidas para integrar esta colección que se adentra en las ciencias y en las artes, con un mensaje educativo y ambiental, con técnicas, formatos y miradas, tan diversas como creativas, que fueron enriqueciendo la puesta en escena del Atlas Fungi.

©Catalina Camus
©Catalina Camus

Otra de las especies retratadas es Coprinus Disseminatus. Su nombre científico es casi irrepetible y fue una de las que inspiró especialmente al artista visual Sebastián Peña. “Cada hongo tiene su propia esencia y con este me imaginé de inmediato una multitud, porque cuando empecé a investigarlo, descubrí que crecían todos juntos y quise exagerar esa cualidad, por eso se me ocurrió hacer esta pared de miles de hongos”, relata Peña, quien aportó a esta muestra con obras de gran tamaño que fueron grabadas en xilografía en su taller de Puerto Cisnes.

El equipo realizador también está compuesto por la ilustradora naturalista, Catalina Mekis, quien retrató con maestría y delicadeza, este reino en acuarela. Mientras que el fotógrafo de naturaleza, Felipe Soza, se encargó de registrar los detalles desconocidos y a veces invisibles de los hongos tóxicos y comestibles de estos ecosistemas. Finalmente, quien lideró la colección del proyecto fue la gestora cultural María Jesús Faúndez, quien anteriormente ha producido colecciones locales de anfibios y aves, y próximamente una de líquenes.

©Catalina Camus
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Esta iniciativa nació a partir del interés del equipo interdisciplinar por difundir este conocimiento a través del arte y promover la protección de los hongos ayseninos y el cuidado de sus ecosistemas, por ello también han contado con la colaboración de Fundación Fungi y de un equipo de especialistas en biodiversidad de la Universidad de Magallanes. En ese contexto, y con el propósito de llegar a un público diverso en generaciones y en territorios, la exposición se presentó en el Hospital de Puerto Cisnes. Actualmente se exhibe en el Museo Regional de Aysén de Coyhaique y, posteriormente, seguirá viajando rumbo a Chile Chico, donde podrá verse entre el 7 y el 21 de junio en el Terminal de Buses.

©Catalina Camus
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A distancia, también es posible fascinarse con las obras del proyecto, explorar los procesos creativos de los artistas y conocer sus remotas inspiraciones naturales, a través del hashtag #atlasfungiaysen en Instagram.

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