Nicolás Anguita
Cuando pequeño, mi participación en un grupo scout me llevó a recorrer distintos valles en largas caminatas, acampar en zonas precordilleranas, conocer algunos parques nacionales y a subir cerros. En las primeras cumbres me enamoré de la altura de mira y cambio de perspectiva que se logra en cada paso, el sonido del viento que jugaba con las huinchas que golpeaban mi mochila, y de la meditación que se logra al caminar.
La pasión por la montaña me condujo a estudiar Geología, con la cual entendí la estrecha relación entre las fuerzas que moldean la tierra y el paisaje. La vista del entorno natural paso de ser algo estático, a ser el resultado de una serie de procesos que pasaron y que continúan actuando hoy.
La fotografía fue la perfecta herramienta para contar esta historia. El aprendizaje técnico de la captura de la luz tomo como principal objeto el paisaje, pasando de los pequeños detalles a las aves. Este gusto reciente por los seres vivos me llevó a entender sus hábitats como ecosistemas, los que mezclan la geomorfología y geografía en lo que llamamos paisaje.