Santuario de la Naturaleza Horcón de Piedra: Tesoro que sobrevive cerca de Santiago
El Santuario forma parte de Altos de Cantillana, cordón montañoso ratificado en 2015 como sitio prioritario número uno para la conservación de la biodiversidad en la Región Metropolitana, esto en el contexto de la Estrategia Regional para la Conservación de la biodiversidad. Son 1.968 hectáreas que, a pesar de la sequía y múltiples amenazas, posee un reservorio de bosque esclerófilo con una importante riqueza de especies y alto grado de endemismo. Acá, junto a nuestros colaboradores de la Red de Santuarios de la Naturaleza de la Región Metropolitana, te contamos mas sobre este importante lugar, su historia y las distintas labores de conservación que realizan en el sector.
El Fundo Rinconada de Chocalán era una tierra de nadie. No había nada cercado. La gente entraba, acampaba o, sencillamente, caminaba cortando flores “tan bonitas” para adornar la casa. “¿No saben que las flores son los órganos sexuales de las plantas? Sin ellas las plantas no se reproducen y desaparecen para siempre”, les decía uno de los nuevos propietarios a finales de los ’90. Se quedaban impávidos. Ahora, gracias a una ardua labor, la luz del sol ilumina una de las poblaciones de Belloto del Norte más grandes y mejor conservadas que habitan en la Región Metropolitana, esto en el Santuario de la Naturaleza Horcón de Piedra.
Luego de una caminata cruzando bosques mixtos con peumos y quillayes, se encuentra uno de los lugares preferidos del Lagarto gruñidor y hogar de cientos de especies. Horcón de Piedra se ubica en la comuna de Melipilla, región Metropolitana, a unos 70 km de Santiago aproximadamente. Son 1.968 hectáreas que, a pesar de la sequía y múltiples amenazas, posee un reservorio de bosque esclerófilo con una importante riqueza de especies y alto grado de endemismo.
Impensado para algunos, aquí el Belloto del Norte toma protagonismo. Esta es una de las especies de árboles declarada monumento natural y que actualmente se encuentra en estado vulnerable, de hecho, existen individuos de más de 700 años de edad asociados a las quebradas El Cepillo y El Árbol. También son parte del rico ecosistema especies nativas como el gato colo colo y aves rapaces nocturnas como tucúqueres y concones.
Si bien en 2011 fue declarado como Santuario por parte del Ministerio del Medio Ambiente, su historia se remonta muchos años atrás. En la zona existía, y perdura hasta hoy, una fuerte vocación ganadera que implicó el ramoneo de la vegetación en los cerros. Además, los valles encajonados proporcionaron rutas coloniales para peatones y jinetes, que unían la cuenca de Aculeo y la provincia de Maipo, e incluso Calera de Tango. Era un rincón misterioso del mundo. Se corrían rumores de que sus quebradas y bosques fueron refugio de maleantes, incluyendo asesinos, y que el Cajón de Aculeo tenía vibras extrañas, que había magnetismo, como ahora se cree existen en el valle de Elqui.
Desde hace 30 años se ha evitado la extracción de recursos en el Santuario y se inició un arduo trabajo de conservación por parte de los propietarios. Dicha labor se ha visto beneficiada por la influencia climática costera en la zona, lo que implica que la mayor superficie del Santuario sea bosque esclerófilo. El bosque húmedo también está presente con bellas poblaciones de lingues, pataguas, canelos y bellotos que sobreviven a pesar del cambio climático. Es tal el grado de su conservación que se han podido conseguir semillas de dichas especies para su reproducción.
El Santuario pertenece a la Reserva Natural Altos de Cantillana, una iniciativa de conservación voluntaria administrada por la corporación que lleva el mismo nombre y que ha implementado programas de trabajo pensando en la protección a largo plazo de más de 10 mil hectáreas. Uno de ellos es el programa de educación ambiental que se hace en las escuelas de Rangue y Pintué con el objetivo de concientizar sobre el valor ambiental de Horcón de Piedra.
Para asegurar un modelo de conservación que sea sostenible y sustentable en el tiempo, el equipo de la Reserva desarrolló un plan de manejo para el periodo 2022-2026 junto a la consultora Huella Natureza. A lo largo de la investigación se identificaron varios elementos representativos de la biodiversidad como el bosque esclerófilo nativo y el bosque del patagual. No obstante, los objetos biológicos de conservación que más destacan en el Santuario Horcón de Piedra son el Lagarto gruñidor, el Belloto del Norte y, geográficamente, la red hídrica, dado a que la quebrada El Cepillo y su estero son parte del sistema de agua más grande que tiene la Reserva.
La red hídrica alberga una alta biodiversidad y se relaciona directamente con la existencia de microclimas. Antiguamente con las lluvias de invierno, porque sí, a veces, en tiempos pretéritos, llovía en primavera o verano, el camino quedaba cortado por uno o dos meses. El estero parecía un río del sur listo para rafting, y por la quebrada de La Leona bajaban hasta tres metros cúbicos por segundo, con hermosas cascadas. La más linda era la que no se veía desde abajo, porque caía rodeada de árboles, lianas y una variedad increíble de añañucas y otras flores.
A lo largo de los años la sequía ha modificado el panorama en Horcón de Piedra, pero igualmente, gracias a la laborcientífica se ha identificado fauna asociada a la fuente de agua. De hecho, se pueden ver peces como el bagrecito, declarado especie vulnerable para la Región Metropolitana. Otro grupo de gran relevancia son los anfibios, uno de los más amenazados y con alto grado de endemismo. La existencia de la rana chilena y el sapo arriero en la Reserva depende de la presencia del recurso hídrico. Por lo mismo, el Santuario es un tesoro vivo para investigadores que desean conocer y divulgar el valor ecológico de estos ecosistemas poco explorados.
Un Santuario ante la adversidad
Tanta riqueza biológica no ha sido fácil de conservar. Hay varios factores que atentan con la biodiversidad del Santuario. El camino que atraviesa el Santuario ha tenido múltiples impactos, entre ellos, atropellos y cambios en los patrones reproductivos de la fauna nativa. El aumento de tránsito de vehículos, específicamente en la cuesta El Cepillo, permitió la ocurrencia de otras amenazas como ingresos ilegales y cacería. El problema con los cazadores de conejos fue tema en su momento. Llegaban a las doce de la noche y cazaban los fines de semana hasta las tres de la mañana con focos potentes. Los disparos alertaban a los vecinos y no dejaban dormir. Se juntaban cuatro o cinco camionetas, unos veinte o más cazadores. Hacían unas fogatas inmensas, asaban y bebían sin moderación, inconscientes sin del valor ecológico donde se encontraban.
También estuvo el conflicto con los perros domésticos de vida libre, que con dueños o sin ellos, tienen la posibilidad de ingresar a la Reserva. Estas jaurías son tremendamente perjudiciales para la fauna silvestre, especialmente para los carnívoros nativos, que se ven afectados por la competencia de recursos y por la posibilidad de contraer enfermedades.
Por último, y no menos importante, la minería sigue siendo una amenaza latente dado a las concesiones existentes al interior del Santuario. Su inminente inicio de actividades podría transformar el área silvestre saludable en un área industrial con graves consecuencias para los ecosistemas y las personas debido al deterioro de los suelos, el agua y el aire.
La labor de conservación
Ya que el Santuario de la Naturaleza Horcón de Piedra es un área de preservación, la Corporación Altos de Cantillana ha implementado medidas de control y vigilancia para reducir las amenazas y permitir el bienestar de la biodiversidad. El Santuario no está abierto al público, excepto para investigación científica de instituciones acreditadas, tales como Departamentos de Ecología, Biodiversidad perteneciente a Universidades.
Frente a este panorama y con el objetivo de seguir mejorando la gestión y manejo de los ecosistemas, el Santuario Horcón de Piedra es parte de la Red de Santuarios de la Naturaleza de la Región Metropolitana. Dicha instancia agrupa al Consejo de Monumentos Nacionales, a la SEREMI de Medio Ambiente y al Gobierno Regional Metropolitano. Además, la Reserva también integra ASI Conserva Chile A.G., asociación que ha permitido generar encuentros enfocados en la conservación de áreas naturales a nivel nacional.
Es importante generar un espacio colaborativo de reflexión donde las personas puedan aprender sobre nuestros ecosistemas, su vegetación y los valiosos beneficios directos e indirectos que reciben. El cambio de los paisajes que rodean el Santuario es evidente, por lo que tomar medidas de conservación en conjunto y con la comunidad se vuelve fundamental, considerando que Horcón de Piedra se encuentra en una de las regiones con mayor concentración de población y contaminación del país.
Los invitamos a ser parte del cuidado y preservación de nuestros entornos naturales, y a ampliar las investigaciones asociadas a los Santuarios de la Naturaleza. Es necesario investigar nuestra biodiversidad con el objeto de aumentar el conocimiento y el valor ecológico del hábitat de miles de especies amenazadas. La conservación es tarea de todos y todas.
Cabe destacar que el Santuario Horcón de Piedra es un área de preservación por lo que no está abierto a público. No obstante, es posible visitar otras áreas, rutas y cumbres de la Reserva. El acceso se realiza por la comuna de Paine, cuenca de Aculeo, y para coordinar visitas o consultas está disponible el correo de la Reserva Altos de Cantillana info@altosdecantillana.org.