Ya a muy poco de cumplirse 100 años en que viejos y avezados sacerdotes, ingenieros y exploradores desafiaron el Andinismo en su peor versión, me refiero al clima Patagónico y sus montañas. Hasta el día de hoy existen grandes cumbres, las cuales en muy pocas ocasiones han sido visitadas por expediciones chilenas y extranjeras que han intentado conquistar sus cumbres y glaciares, bajo uno de los peores climas del planeta. Si, imagino que ya te diste cuenta, segunda vez que nombro “el clima patagónico” y por algo será. Esta zona de la Patagonia Austral es azotada constantemente por feroces tormentas que viajan desde el Océano Pacífico hasta visitar el Campo de Hielo Sur y seguir su curso hacia el Este de este confín del planeta.

El clima en esta región tiene ciertas variantes en su zona Oriental como la Occidental, así como la más Meridional y la Septentrional, sin embargo hay un común denominador, un rudo clima.

He tenido la gran oportunidad de recorrer en diferentes zonas la Patagonia Chilena y Argentina, sin embargo es primera vez que realizaré un cruce de Oeste a Este por la región y en su versión invernal. Por trabajo, “área del turismo” una de mis funciones es vender la Patagonia, y eso me ha llevado a tener que estudiarla, recorrerla, vivirla y entenderla, lo que me ha enseñado a tomar mejores decisiones respecto a fechas y lugares por visitar.

©Francisco Sánchez
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En este viaje visité el Parque Nacional Torres del Paine, ubicado en la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena y el poblado de El Chaltén, en la Provincia de Santa Cruz, Argentina. Y si, en pleno invierno. A pesar de ser una zona muy helada y ventosa, bajo mi punto de vista es la mejor época para recorrerla profundamente, ¿por qué? Lo primero, aquí llueve muy poco, me refiero que llueve menos que en Santiago de Chile en un año normal, y si precipita lo hará en forma sólida de nieve, lo que nos permite seguir nuestras actividades y no terminar 100% mojados.

©Francisco Sánchez
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Segundo, no hay nadie, y esto se traduce en varias cosas, tales como pasajes más baratos, alojamiento más barato, parques desolados y solos para uno, comida barata y buena onda con los pocos avezados que saben de esto. Tercero, gran oportunidad de avistamientos de fauna local, tales como Huemules, Carpinteros, Zorros, Pumas, etc… y me refiero a encuentros muy naturales y no forzados. Cuarto y lo más importante, el viento no es un común visitante como lo es el resto de las estaciones en esta zona, algo no menor, ya que los vientos por ahí suelen botar desde un bus de turismo con pasajeros adentro, hasta uno que otro Huanaco desconcentrado o concentrado en no ser atacado por un Puma.

©Francisco Sánchez
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Como verán, para mí este es uno de los secretos mejor guardados, y es nuestro, por lo que es nuestra responsabilidad cuidar, preservar y no impactar estos lugares que dejan hasta al más experimentado explorador con la boca abierta.

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