Quien haya visitado sus paisajes, seguramente quedó ensimismado con sus frondosas montañas, ríos cristalinos y un silencio natural sólo interrumpido por el canto de algún pitío o el crujir de las ramas con el viento. Y es que la cordillera Las Raíces es un imponente cordón montañoso  en el corazón de la araucanía andina con cimas que superan en altura a la cordillera de Los Andes y  cuyas laderas albergan numerosas poblaciones de araucarias. Las mismas que en verano proveen de piñones a las comunidades Pehuenche que habitan en la zona y que por esas fechas se pueden ver recolectando el fruto.

©Romina Bevilacqua
©Romina Bevilacqua

Es esta cordillera la que divide las comunas de Curacautín y Lonquimay y para cruzarla existen dos caminos: seguir la carretera que lleva al famoso túnel Las Raíces, el más largo de Sudamérica con 4.528 m de largo, o el camino antiguo conocido como la cuesta Las Raíces, un recorrido de aproximadamente 35 km de camino de tierra que en invierno se transforma en una ruta intransitable por la nieve que se acumula en la cordillera y que puede llegar a alcanzar 3 metros de altura.

©Juan Curical
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Los pocos que se aventuran por este segundo camino, descubren en él un recorrido escénico difícil de olvidar, con tupidos bosques de araucarias, lengas, coigües, robles y raulíes que forman parte de la Reserva Nacional Malalcahuello-Nalcas y privilegiadas vistas panorámicas al volcán Lonquimay. Sin embargo aún menor es el número de personas que saben de un parque natural que albergan estas cumbres conocido como Huellas Pehuenches.

©Romina Bevilacqua
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Formado hace ya 25 años por Julio Curical, esta ruta turística tiene un sello único: aquí todas las actividades que se pueden realizar, son guiadas por pehuenches. “Mi papá comenzó con la idea de mostrar a los turistas la cultura y raíces pehuenches. Además como el territorio en el que estamos ubicados es tan lindo e impresionante, desde siempre ha sido de interés para turistas chilenos y extranjeros”, nos comenta Juan Elías Curical que junto a su familia, los Curical Ñanko, están a cargo de esta ruta que busca mantener viva su cultura y cosmovisión ancestral enseñando a otros su forma de vida, artesanías, gastronomía, territorio y la flora y fauna con la que conviven.

Huellas Pehuenches cuenta con diferentes circuitos de trekking y de bicicleta, además de otras actividades como cabalgatas por los alrededores y un sector donde acampar. Uno de estos senderos es el circuito Llavanko de 11 km en total y dificultad baja, que comienza en la base del parque y llega hasta el nacimiento del río Cautín. “En el trayecto se pasa por bosques nativos con araucarias milenarias. Tanto la flora y fauna como el paisaje en general son increíbles, en el que de seguro te conectas contigo y nuestros antepasados con esta energía ancestral. Finalmente puedes observar también el volcán Lonquimay y el cráter Navidad”, comenta Juan.

©Juan Curical
©Juan Curical

Pero sin duda uno de los imperdibles es la ruta para bicicletas Kiñe Pehuén. “Este circuito es de los que más le gusta a los turistas debido a que en la Reserva Nacional Malalcahuello, que colinda con nuestra comunidad, no se puede ingresar a los senderos con bicicletas”, dice Juan y agrega que en los últimos años, el turismo de MTB ha aumentado mucho por lo que este tipo de senderos son muy requeridos. “En este sendero se puede subir por la cuesta las raíces haciendo que la pendiente sea menor, hasta llegar a un cruce para luego llegar a un mirador a 1.700 msnm. Aquí se pueden observar los volcanes Lonquimay, Llaima y Tolhuaca. Finalmente, desde ahí comienza un descenso espectacular por bosques milenarios”.

Por ahora el parque está funcionando sólo durante los meses de verano, ya que es durante la época estival cuando la zona goza de mejor clima y por ende permite la realización de todas las actividades al aire libre, siendo los mejores meses para visitarla enero y febrero.

©Juan Curical
©Juan Curical

Juan comenta que si bien llevan 25 años en la zona desarrollando este tipo de turismo rural, es hace poco que comenzaron a tener mayor visibilidad. Esto gracias al apoyo que han obtenido de Valle Corralco Hotel & Spa, quienes les han ayudado a potenciar el parque y promoverlo entre sus propios clientes: “Corralco ha sido una base muy importante para nosotros ya que a través su colaboración y experiencia la cantidad de visitantes que llega a nuestro complejo turístico ha aumentado.  Nos han apoyado mucho con ideas y con su equipo de marketing, que nos ayudó a crear e imprimir el mapa de circuitos turísticos que ya hemos distribuido por diferentes cámaras y puntos de turismo en distintas comunas”.

A quienes quieran ir, Juan Curical dice: “Que vengan a vivir una experiencia nueva en un paisaje impresionante, atendidos por mapuche-pehuenches quienes hemos mantenido esta cultura viva con el fin de mostrarla a los turistas, combinado actividades outdoor con cultura ancestral y naturaleza milenaria”.

Para mayor información, pueden escribir a  juanelias.curical@gmail.com para coordinar una visita.

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