En la ruta es posible encontrar varios viajeros. Yo soy uno de ellos. Oriundo de la ciudad de Osorno en la Región de Los Lagos y cicloviajero, he realizado distintas rutas entre la ciudad de La Serena en la Región de Coquimbo hasta el glaciar Cayuqueo a los pies del monte San Lorenzo de 3.706 msnm en la Región de Aysén con mi compañera la bicicleta. Hace tiempo tenía el deseo de recorrer la ruta más emblemática de la Región de Los Ríos: la cuenca del río Calle – Calle, que va desde su desembocadura en el mar en el pueblo de Niebla, pasando por verdes prados en la ciudad de Los Lagos y hacia el conjunto de lagos que alimentan dicho río. Es la ruta de los siete lagos en la precordillera con 285 kilómetros de recorrido. Acompáñenme en este pequeño relato que resume los 5 días de viaje que hice en bicicleta.

Día 1: La costa

Niebla, desembocadura del río Valdivia ©Juan Pablo Delgado
Niebla, desembocadura del río Valdivia ©Juan Pablo Delgado

Era ya medio día, algo tarde para mi gusto para comenzar un pedaleo, pero la ruta desde Valdivia a Niebla tiene sólo 14 kilómetros. Es bastante expedita y se va acompañando en casi todo momento al río Valdivia que es la unión del río Calle – Calle con el río Cruces. Eso sí, se debe tener cuidado por los vehículos ya que la berma es inexistente.

En el camino existen humedales donde es posible avistar una buena cantidad de aves, entre ellas distintas especies de gaviotas, cormoranes y, la más reconocida del sector, los cisnes de cuello negro (Cygnus melancoryphus); además de campos, las nunca bien recibidas plantaciones de eucaliptos, y parches de la selva valdiviana.

Niebla destaca por las fortificaciones del sistema de fuertes de Valdivia que se construyó en el siglo XVII en el estuario del río Valdivia. Este fuerte fue erigido a mediados de ese siglo por la armada del Virrey del Perú enviada con el fin de refundar la ciudad de Valdivia y levantar un complejo defensivo en su costa, como en la isla Mancera, Corral y Amargos.

Día 2: Remontando el río

Río San Pedro ©Juan Pablo Delgado
Río San Pedro ©Juan Pablo Delgado

Ya de vuelta en Valdivia y después de compartir con mis amistades de la universidad, continuaría con mi viaje hacia el origen del río Calle – Calle.  Para ello me dirigiría a Antilhue, un pequeño pueblo ferroviario que hace mucho tiempo tuvo su época dorada por la extracción de la madera, pero que en los últimos años ha tenido un resurgimiento debido al turismo y al tren de vapor que hace la ruta Valdivia – Antilhue y donde se suman los puestos de comida local. Posteriormente seguiría con mi viaje hacia la ciudad de Los Lagos: en este tramo hay una variedad de miradores que permiten ver el cauce del río y su paso por los verdes campos.

Al pasar brevemente por la ciudad de Los Lagos ya se podía ver el impacto de la fuerza del río, ahora llamado río San Pedro, en la cuesta Malihue, lugar donde el camino cruza al río San Pedro permitiendo una maravillosa vista del cañón que ha forjado el agua con el paso del tiempo.

Día 3: Llegando a los Siete Lagos

Llegando al lago Calafquen ©Juan Pablo Delgado
Llegando al lago Calafquen ©Juan Pablo Delgado

El tercer día de viaje comenzó con buen ánimo: llegaría a los lagos que alimentan el río Calle – Calle. El primer lago a visitar fue el Riñihue conocido por el llamado “riñihuaso”, una enorme catástrofe que se evadió a pulso de pala y picota. En 1960, con el terremoto de Valdivia, hubo un deslizamiento de tierra que embalsó al lago amenazando con arrasar todo el poblado río abajo una vez que el embalse se rompiera.

El segundo lago a visitar, fue el lago Pullinque, un pequeño lago del circuito donde los cerros que lo flanquean están cortados a pique por efectos glaciales. En el valle se alzan extraños montículos de piedra y arcilla, depositados en los ríos que corrían bajo los glaciares.

Luego llegaríamos a uno de los lagos principales de los Siete Lagos: el Calafquén. Aquí es posible ver el volcán Villarrica y Lanín desde el camino, ya que la ruta tiene cuestas y se va intercalando entre ripio y asfalto. La zona del lago Calafquén y sus poblados es un importante centro turístico con una amplia oferta de cabañas y servicios como la «Ruta de la Salud» que se caracteriza por tener la mayor concentración de aguas termales del país. Esa noche acamparía a orillas de un tranquilo río entre el campo y los bosques del sector, una buena noche la verdad.

Día 4: La etapa de montaña

Comenzando la etapa de montaña del día ©Juan Pablo Delgado
Comenzando la etapa de montaña del día ©Juan Pablo Delgado

Era el día más esperado en toda la ruta. Tocaba subir los cerros y pasar por angostos caminos montañosos entre Coñaripe y Neltume. La moral estaba al máximo. La ruta comenzaría inmediatamente subiendo la Cuesta Los Añiques que no tiene nada que envidiarle a la Cuesta Queulat de la carretera austral en la Región de Aysén. Al descender dicha cuesta es posible ver el cuarto lago de la ruta:  el lago Pellaifa.

Éste está rodeado por cordones precordilleranos con abundante vegetación de bosque nativo y se caracteriza por los numerosos y evidentes restos de árboles hundidos que quedaron una vez que subió el nivel del lago tras el terremoto de 1960. Posteriormente se llega al pequeño pueblo de Linoico, donde se toma la desviación hacia el sur para así pasar por un camino angosto y zigzagueante, siempre rodeado del bosque y pequeñas cascadas.  Por aquí se debe continuar con cierta precaución ya que se bordea en su mayor parte riscos donde en el fondo hay humedales y grandes bosques. El quinto lago a visitar es otro pequeño lago, el Neltume, donde es posible encontrar un gran número de campings.

Entre la selva valdiviana hacia Neltume ©Juan Pablo Delgado
Entre la selva valdiviana hacia Neltume ©Juan Pablo Delgado

Aquí nos encontraríamos nuevamente con el asfalto, pero tendríamos 14 kilómetros de ascenso hacia el lago Pirihueico, el sexto. Lo bueno es que en su mayor parte hay una pendiente y una excelente ciclovía que te lleva al lago mismo. A mitad de camino se encuentra el pueblo de Neltume, de tradición maderera, que hoy se está reconvirtiendo al turismo, lo que ha ayudado a la revalorización del bosque nativo en la zona. En ese mismo pueblo funciona en el verano la feria costumbrista donde es posible degustar ricos paltos locales y jugos naturales. Después del pueblo quedan los últimos kilómetros de ascenso ¡una larga recta la verdad!, pero que termina con un ligero descenso hacia el lago Pirihueico, el punto más alto del viaje (662 msnm).  (Lo cierto es que la cuenca del río Calle – Calle continúa más allá hacia Argentina, hasta el lago Lacar, lugar donde nace la cuenca).

Día 5: El descenso y el regreso a casa

El último día de viaje me esperaba un buen descenso hacia el lago Panguipulli, pero antes visitaría la Reserva Biológica Huilo Huilo. Ubicada a 3 km de Neltume, este lugar cuenta con varios senderos donde se destaca el Salto del Huilo Huilo, perteneciente al fuerte y caudaloso río Fuy. Este río es el desagüe del lago Pirihueico y deposita sus aguas en el Panguipulli, el séptimo lago del camino.  Este lago, al igual que todos, es de origen glaciar y lo demuestra su angosta y larga geografía. En ella es posible tener hermosas panorámicas del bosque, las montañas y los verdes campos que existen.

Finalmente llegaría a la ciudad de Panguipulli, concluyendo así esta hermosa ruta desde el mar a la montaña y muy contento de haber cumplido este sueño que tenía desde hace bastante tiempo.

Para mayor información y otros detalles de esta ruta como lugares para acampar, fotos y videos los invito a visitar mi página “Poroto el cicloviajero”.  ¡Nos vemos en la ruta y que las ruedas sigan rodando!

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