En el último tiempo hemos escuchado sobre diversos estudios que aseguran que estar en contacto con la naturaleza es bueno para nuestra salud mental. Una caminata en un entorno natural nos relaja, reduce nuestros niveles de depresión y de ansiedad. Sin embargo, recientemente un grupo de investigadores de la Universidad de Exeter, en conjunto con el Fondo Británico de Ornitología y la Universidad de Queensland descubrió que además de los árboles y arbustos a nuestro alrededor, las aves también influyen en nuestro bienestar.

La próxima vez que salgas de tu casa a trabajar o llegues por la tarde del trabajo, presta atención a las aves que hay a tu alrededor. Según el estudio realizado por los investigadores del Reino Unido, el número de aves que vive alrededor de nuestros hogares tendría directa relación con nuestros niveles de ansiedad y depresión.

Zorzal ©Rolf Jonas
Zorzal ©Rolf Jonas

Para llegar a estos resultados, entrevistaron a más de 260 personas de distintas edades y orígenes, que respondieron una encuesta con 21 indicadores de depresión y ansiedad. Entre las variables que el equipo de investigadores eligió para medir estaban la cantidad de vegetación, el número de aves y la diversidad de las especies. La diversidad de especies de aves no mostró tener influencia en los indicadores, sólo la cantidad presente en donde mientras más aves hubiese, menores serían los niveles de ansiedad y depresión. Además, se encontró que si todos los participantes vivieran en un área donde más del 20% de la superficie fuera vegetación, los niveles de depresión podrían disminuir hasta en un 11% y los de ansiedad/estrés hasta en un 25%.

Para realizar el estudio, el grupo liderado por el Dr. Daniel Cox eligió tres pequeñas ciudades en el sur de Inglaterra: Milton Keynes, Luton y Bedford, que juntas suman un área de 157 kilómetros cuadrados y una población de 524.000 personas. Las entrevistas se realizaron en mayo de 2014, por ser la primavera una época donde los participantes salen más al aire libre.

Chincol ©Constanza López
Chincol ©Constanza López

En Europa la ansiedad y depresión se han convertido en un problema creciente. Un estudio realizado en 2012 estimó que los costos de estas dos enfermedades suman 187 billones de euros al año sólo en Europa. En Inglaterra, las últimas mediciones en 2007 indicaron que los costos anuales por estos problemas fueron 16,5 billones de libras, sin contar las pérdidas que implican los días de trabajo perdidos. Según varios psicólogos, el aumento de estos problemas se atribuye al estilo de vida urbano, cada vez más sedentario.

En Chile, este también es un problema en aumento. En 2017, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que en el país hay 844.253 personas mayores de 15 años que sufren depresión, mientras que más de un millón de personas tiene síntomas de ansiedad y esto se acrecienta en comunas de menor ingreso. La OMS recomienda 9 metros de áreas verdes por persona para mantener los beneficios de salud que éstas generan. Sin embargo, el último estudio realizado por Fundación Mi Parque señala que en Santiago por ejemplo, hay 3,7 metros por persona y que las dos comunas con menor cantidad de áreas verdes son Puente Alto y El Bosque, con 1,5 y 1,9 metros respectivamente.

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