Un nuevo parque para la comunidad y los polinizadores: tras años de abandono, la Estación de Trenes de Puerto Varas se llenará de flores
Durante más de 20 años la Estación de Ferrocarriles de Puerto Varas se encontró abandonada a su suerte, esto tras la cancelación del tren en la región en 1997. Sólo quedaban vestigios de los rieles que alguna vez definieron el crecimiento de la ciudad al conectarla con el resto del país. En poco tiempo, aquellas líneas férreas en desuso serán adornadas por cientos de flores, para acompañar al nuevo parque urbano que emerge de los restos de la estación de tren. En Ladera Sur te contamos la historia de cómo la olvidada Estación de Puerto Varas se convirtió en un parque que busca conectar la actividad cultural, con la patrimonial y el medio ambiente, todo en un solo lugar.
A tan solo tres minutos caminando desde la Plaza de Armas de Puerto Varas se encuentra el Parque Estación, de cinco años de vida, un proyecto con una ubicación privilegiada donde se realizan distintas actividades desde deportes hasta ciclos de cine, pasando por mercados urbanos, festivales gastronómicos, culturales, autocine, entre muchos más. Todo esto en lo que alguna vez fue la Estación de Trenes de la ciudad, lugar que conectó a Puerto Varas con el resto de Chile y que funcionó como centro cívico para los habitantes del sector, tanto así, que “la ciudad misma creció alrededor de la Estación de Trenes” y que funcionó como “eje para el desarrollo” de Puerto Varas durante más de 80 años, según explicó Rodrigo Eterovic, presidente de la Fundación Parque Sur.
Actualmente, la fundación que administra el parque ha podido limpiar el terreno de casi dos hectáreas, tener una cafetería al interior, remodelar el andén de la estación y el galpón, pero lo principal ha sido la participación ciudadana, aclaró Andrea Riquelme, encargada del paisajismo del Parque Estación. “Cívicamente, se han hecho muchas cosas, porque se hacen todo el rato eventos (…) es como un centro más de participación en la ciudad”, afirmó la paisajista.
A partir de fondos propios y públicos, el parque poco a poco se va acercando al plan maestro que maneja la fundación, que incluye habilitar todo el espacio para su uso cívico, arreglar la tornamesa de la estación, que en el pasado sirvió para invertir el sentido de los trenes, etc. Ahora, tras terminar la restauración de las estructuras, están comenzando con el arreglo del parque, dando inicio durante abril al proyecto estrella de esta etapa, hacer florecer la estación.
Flores entre líneas
En las casi dos hectáreas de parque, se extienden las antiguas líneas ferroviarias, entre ellas un espacio de dos metros de ancho y todo el parque de largo. Es en este espacio sin uso, es donde nació la idea de hacer una línea floral para embellecer el parque, con el fin de atraer polinizadores a la ciudad. En un inicio, se intentó hacer crecer vegetación en el lugar, pero no contaban con asesoramiento profesional, entonces las flores crecieron y murieron tras una temporada, esto antes de la llegada de Riquelme al proyecto.
Pero el intento funcionó como prototipo y con la incorporación de la actual paisajista se planificó una nueva versión tomando en cuenta las condiciones del terreno. Debido al valor que significaba construir esta línea de polinizantes de la manera correcta, pensaron en construir una primera franja de 45 metros de largo, entre la bodega y el andén. “Son puras flores perennes, anuales y bianuales, con el fin de atraer polinizadores a la ciudad”, según explica la paisajista y también pareja de Eterovic.
Sin embargo, el cordón floral de 90 metros cuadrados, no sería posible sin la aparición de una alianza con la empresa Patagua, que se dedica a la gestión integrada del agua y el territorio. Esta cooperación surgió porque el año pasado, la empresa ganó un fondo de Ciencia Pública, del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile. El fondo está destinado a la realización del Corredor VerdeAzul, un drenaje urbano sostenible que atraviesa Puerto Varas y la antigua estación, por esto último, la empresa invirtió en la primera etapa de la línea de polinizadores.
La paisajista tiene la esperanza que una vez que la ciudadanía conozca el corredor de flores en primavera, se interesarán en el proyecto y empezarán a llegar los fondos para completarla, teniendo en cuenta que, el corredor en construcción representa un 20% del proyecto final. La vegetación del parque irá de la mano con un plan de educación ambiental, porque “no sacamos nada poniendo este corredor, si a la semana va a pasar la gente caminando (…) obviamente tiene que ser de la mano con una educación, que va a partir con unos cercos chiquititos con harta infografía”, esto para proteger a las futuras flores.
La franja estará compuesta por especies como ajos chilotes, azulillos, achileas, melisa, curry, dedalitos de oro, entre muchas más. Siendo 30% de especies nativas y 70% de vegetación introducida, pero con el tiempo la cantidad de plantas nativas y endémicas irán en aumento, pero primero es necesario preparar el terreno.
Del abandono a la vuelta del tren
El proyecto de rescatar este espacio industriales en desuso y dirigirlo hacia la comunidad local ha sido visto en América del Norte o el continente europeo pero no en Chile, afirma presidente de la Fundación Parque Sur, quien explica que la idea surgió por una necesidad ciudadana.
El año 2015, Puerto Varas presenció la llegada de nuevos habitantes y con ellos, llegaron nuevos proyectos inmobiliarios de edificios de departamentos. Esto creó una opinión colectiva de preocupación por la densidad de la población , que incluyó la falta de áreas verdes en la ciudad, “faltaban áreas verdes y sobraban edificios”, resume el también arquitecto.
Fue ahí cuando Eterovic junto con otros arquitectos residentes de Puerto Varas trabajaban desde el co-work La Casona 879, ahí surgió la idea de concursar para un fondo de público, hasta que alguien mencionó que podría optar por algo más local. Revisando las problemáticas y necesidades de su ciudad concluyeron que falta un parque y había un espacio perfecto para ello, la estación abandonada de trenes.
Tras dar inicio a la fundación el 2017, junto con sus colegas presentaron el proyecto a la Empresa de los Ferrocarriles del Estado (EFE), a quienes les gustó la idea de arrendarles el espacio mientras lo restauraban. Finalmente, el 2019 firmaron el contrato de arriendo con la empresa y de inmediato comenzaron las operaciones, primero la limpieza del sector que “se había convertido casi en un basural, (…) EFE no lo administraba pero la Municipalidad no podía meterse, era como tierra de nadie, lleno de basura, un lugar super inseguro, todo grafiteado”. En paralelo, empezó la restauración del galpón y comenzaron los eventos y actividades, luego siguieron con los arreglos de la estación y el anden.
El parque existe gracias a la financiación de este, que se basa principalmente en ingresos como el arriendo de sus espacios, la bodega como centro de eventos, estacionamientos para una empresa vecina, etc. Eso se suma a la donación de privados, “tuvimos que ir a tocarle la puerta literalmente a empresas” explicó Eterovic. Además, en un inicio para comenzar las operaciones tuvieron que pedir préstamos “casi como persona natural», agregó.
De esta manera el parque comenzó a funcionar como lo hace actualmente. Para el arquitecto, el proyecto puede ser un piloto para todas las estaciones y terrenos abandonados que tiene la EFE, porque al restaurar y transformar la estación en un parque urbano, incentiva el regreso del tren. “Al estar gestionadas las estaciones (…) es mucho más fácil para la EFE operar”, indicó Eterovic.
Finalmente, el 16 de enero del 2024, el tiempo les dio la razón, cuando se reinauguró la Estación de Trenes de Puerto Varas, con un recorrido de prueba que promete regresar el tren Puerto Varas-Llanquihue a finales de este año. Independientemente del regreso del recorrido ferroviario, para el fundador del parque se trata de un proyecto infinito, entre la mantención y “las nuevas necesidades que se van requiriendo a medida que la sociedad avanza”, el parque nunca va a estar terminado, siempre existirán cosas que hacer.