Un gran día para la cultura de montaña en Chile: el mítico Club Alemán Andino cumple 100 años
Este 7 de agosto, el Club Alemán Andino cumple su primer siglo. Un Club de Montaña fundado en Chile por miembros de la colonia alemana residente, que no sólo ha dejado importantes conquistas, sino que también, un notable legado. Su principal objetivo es fomentar la realización de todo tipo de actividades de montaña y excursionismo, de forma segura y con el mínimo impacto al medio ambiente.
Este 7 de agosto, el Club Alemán Andino @dav_chile (DAV por sus siglas en alemán, Deutscher Andenverein) cumple su primer siglo. Se trata de un club de montaña fundado en Chile por miembros de la colonia alemana residente, que no sólo ha dejado importantes conquistas, sino que también, un notable legado marcado por una forma de hacer montaña con investigación, documentación, difusión y discusión.
El 22 de julio de 1924 se publicó en el “Deutsche Zeitung für Chile” la siguiente noticia: “Se ha planeado la fundación de un Club Alemán de Excursionismo en Santiago”. Dos días después se realizó una reunión a la que asistieron 12 personas, la mayoría antiguos socios de DAV Valparaíso. Como insignia se eligió el cactus, especie característica de la precordillera de Santiago.
Entre sus hitos, está la primera ascensión al Cerro Marmolejo en 1928, la inauguración del refugio de Lo Valdés en 1932 y la escalada de la pared sur del cerro San Francisco en 1945, lo cual significó un gran cambio en el andinismo nacional. Además, elaboraron la mítica revista Andina en 1919, realizaron diaporamas desde 1916 y los primeros cursos de esquí de Chile, entre otras cosas.
“Yo conozco, de hecho, la belleza de los Alpes –la meta de todo montañero—; pero amo, no menos, a esta cordillera. La inmensidad y el colorido de sus grandes cumbres –testigos de una riqueza mineral inagotable– reciben, en diáfana atmósfera, al amante de la naturaleza con un hechizo difícil de describir” (Sebastian Krückel, 1928).
«Nos tomamos juntos el jugo de la lata de duraznos, las frutas mismas estaban congeladas. Mi amigo sigue ascendiendo lentamente y desaparece en la curva del portezuelo que se encuentra entre el Plomo y el Bismarck. Él busca, de la forma más directa posible, de avanzar hacia la cumbre, pero haciendo eso llega a tramos tan abruptos que necesita tallar escalones lo que lo debilita de tal forma que desiste de continuar con esta ruta» (F. Fickenscher, 1929). Testimonios como estos son posibles de leer en dav.cl.
Hoy en día, el club cuenta con más de 300 socios (activos, filiales y vitalicios). Es una institución sin fines de lucro, cuyo principal objetivo es fomentar la realización, de forma segura y con el mínimo impacto al medio ambiente, de todo tipo de actividades de montaña y excursionismo. El compartir con la comunidad, todo lo aprendido y vivido, es de sus pilares fundamentales.
«Este es un homenaje a estas verdaderas leyendas de los Andes: Kruckel, Sattler, Maass, Fickensher, Pheninger, Von Platte, Meier, Krahl, Förster, Kunstmann, Delgado, Buracchio, Montes, Alvarado…», nos relatan desde el DAV, «¡Larga vida al DAV Chile!».
