Desde el 2021 el ecólogo Cristián Correa viene trabajando en el Humedata, en colaboración con el Centro de Humedales Río Cruces de la Universidad Austral (CEHUM) y Leufulab, un barril de cerveza que mide la calidad del medio ambiente aéreo y acuático como temperatura, conductividad, pH, etc. Es autónomo, puede cargar sus baterías con paneles solares y transmite los datos remotamente con una antena de radiofrecuencia.

Cristián Correa y el Humedata.
Cristián Correa y el Humedata.

“Necesitaba trabajar con alguna materialidad que estuviese disponible en todas las regiones de Chile, que fuese segura, que tuviese larga vida y que no dejara basura», dice Cristián. Así se le ocurrió el tema del barril conversando con dos amigos cerveceros: “Al contarles el problema, pensamos que sería interesante incorporar alguno de los materiales usados en la industria cervecera, necesitaba un ambiente confinado en que uno pudiese instalar los sensores y bueno, el barril cervecero resultó ser una excelente opción”.

El dispositivo está actualmente ubicado en la desembocadura del río Valdivia, donde tiene la influencia del río Cruces y también del río Calle Calle, justo donde está ubicado el proyecto de habitabilidad sostenible Isla San Francisco. Cristián forma parte del equipo científico del Centro de Humedales Río Cruces de la Universidad Austral que está presente en la isla, y desarrolla varias investigaciones ambientales para poder tomar medidas de mitigación frente a cambios en la temperatura del agua, contaminación, disminución de especies o cualquier tipo de alteración que pudiera afectar los distintos ecosistemas de la isla.

Humedata río Valdivia.
Humedata río Valdivia.

Para Cristian el escenario ideal sería tener estos aparatos instalados en todo el humedal río Cruces, especialmente porque es el humedal más importante y más amenazado en la región del Ríos: “Para nosotros es muy importante sensibilizar a las personas sobre el humedal y poder sentir el pulso de su metabolismo día y noche, poder así advertir cuando hay cambios muy extraordinarios”. 

Explica que si hubiesen varios Humedatas, incluyendo algunos desde la parte alta de la cuenca, antes de los insumos industriales, podríamos tener un punto de comparación con los parámetros que se están capturando abajo. “Uno podría ver cuándo los parámetros río abajo cambian sustancialmente y advertir que algo ocurrió. Entonces, como este sistema funciona en tiempo real, eso podría gatillar una alarma y alertarnos para salir a muestrear, ver cuáles son los contaminantes, qué es lo que ocurrió, y si vemos que hubo un derrame específico, podríamos identificar cuál es la fuente y tratar de atacar la causa”, dice.

Cristián Correa- Humedata
Cristián Correa- Humedata

Actualmente se monitorea muy poco la zona. “Nos llegan los llamados telefónicos cuando los cines están agonizantes, no nos llega ni un llamado telefónico cuando cambió el pH del agua fija o cuando hubo una fluctuación importante en la concentración de oxígeno y eso es lo que queremos proponer”. 

A nivel mundial los países desarrollados tienen sus humedales completamente traqueados con productos similares a Humedata que vienen de paquete funcionando, pero están todos producidos en el hemisferio norte o en Asia y no hay servicio para estos productos en Chile. Frente a cualquier falla hay que ir a buscar el servicio afuera o mandar los productos, lo que es muy costoso, además de su precio, alrededor de 20 mil dólares. En su laboratorio Cristián esta fabricando un aparato 20 veces más barato, de fuente abierta y que cualquiera persona con un poquito de conocimiento o de perseverancia, puede cambiar, añadir y adaptar a sus propias necesidades. “Si hay un fallo en un sensor, son fáciles de adquirir a bajo costo o de reparar. Es por eso que queremos motivar a las ONG’s, a los particulares, a la empresa privada, a los servidores públicos y poder sensibilizar mucho más”, explica.

Esta herramienta también se puede usar en el ámbito de la educación para entender cuáles son las respuestas de un ecosistema frente a eventos antropogénicos o naturales. Además puede ser usado como trabajo, armando todo el ecosistema electrónico de comunicación e informática que tiene. “Tu puedes tomar una Humedata y transformarlo en una estación meteorológica, en una estación de monitoreo de calidad de aguas servidas, en un artefacto para mejorar tu producción agrícola, es un Lego con amplias posibilidades que deberían tener los colegios e universidades”, explica el ecólogo.

El Humedata está fabricado para que cualquier persona pueda interpretar sus datos. “Tenemos zonas verdes que implican que estamos bien, zonas amarillas que es cuando hay que empezar a fijarse y zonas rojas que ya es como: guau ¿qué está pasando?», dice.

Hoy el monitoreo de los humedales y del agua dulce lo hace la DGA y la industria acuícola, pero es absolutamente insuficiente, hay muy pocas estaciones de observación y seguimiento de la calidad de agua por cuenca hidrográfica. “Nuestro sueño es tener la red de monitoreo más grande de Chile, y para eso estamos tratando de empoderar a actores que tienen que ver con economías locales o con humedales particulares delicados como el río Cruces, un santuario de diversidad biológica súper importante que debemos vigilar”, finaliza Cristián. 

Cristián Correa- Humedata
Cristián Correa- Humedata
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