El 23 de enero de 1913 Alberto de Agostini zarpaba desde la ciudad de Punta Arenas para internarse en las profundidades de los fiordos de aquel territorio desconocido que era la isla de Tierra del Fuego. Su objetivo era alcanzar la cima del Monte Sarmiento,  imponente macizo que ha observado silencioso, durante siglos, el paso de embarcaciones y expedicionarios que han intentado conquistar la naturaleza indómita del extremo austral del planeta.

Acompañado por alpinistas italianos, equipos fotográficos y de montaña que hoy sólo vemos en museos, aquel viaje fue el inicio de una exploración sistemática y apasionada que llevó a De Agostini a recorrer durante más de treinta años los rincones más remotos del archipiélago fueguino, construyendo de paso uno de los archivos fotográficos más importantes de la Patagonia.

De Agostini ©Archivo Museo Salesiano Maggiorino Borgatello
De Agostini ©Archivo Museo Salesiano Maggiorino Borgatello

100 años después nosotros nos propusimos iniciar un viaje que nos llevase a los mismos lugares para fotografiarlos y ver con nuestros propios ojos cómo el paisaje se había transformado a lo largo del último siglo. Corría el año 2016 cuando le propuse a Cristian Donoso, connotado explorador chileno y gran conocedor de los intrincados fiordos patagónicos, hacer un viaje a las profundidades de Tierra del Fuego para fotografiar los paisajes que este sacerdote y explorador había capturado hace más de 100 años. Pusimos nuestro ojo en aquellas fotos con que De Agostini había congelado para la eternidad los glaciares que hoy se derriten velozmente. Queríamos ver cómo habían retrocedido haciendo el ejercicio de tomar las mismas fotografías con un lapsus de 100 años de por medio. El resultado fue sorprendente.

©Archivo Museo Salesiano Maggiorino Borgatello
©Archivo Museo Salesiano Maggiorino Borgatello

Gracias al financiamiento del FONDART Nacional de Fotografía, pudimos dar inicio a lo que iba a ser uno de los grandes viajes de nuestras vidas. Junto a Cristian primero revisamos miles de fotografías del archivo que resguarda el Museo Salesiano Maggiorino Borgatello en Punta Arenas, para seleccionar aquellas que inmortalizaban grandes glaciares y luego geolocalizarlos para planificar nuestro viaje. Debíamos tener certeza de los lugares exactos en los que había sido capturada cada fotografía, ya que deberíamos trasladarnos en barco y  con largas caminatas, a través de terrenos de difícil acceso. No podríamos tener margen de error, pero teníamos a nuestro favor los largos días del verano austral.

Tras un año de investigación y planificación llegó aquel día tan esperado. El 15 de enero del 2018 zarpábamos desde Bahía Mansa, al sur de Punta Arenas, rumbo a la mítica y cautivante Tierra del Fuego. Nos propusimos llegar al fiordo Negri, al fiordo Marinelli y al fiordo Parry, todo dentro del Parque Nacional Alberto D´Agostini. Era un viaje al pasado que nos permitiría asomarnos a un futuro de grandes deshielos.

©Proyecto Postales de Hielo
©Proyecto Postales de Hielo

La tripulación la componíamos Cristian y yo, autores del proyecto, junto a Guy Wenborne (experimentado fotógrafo de naturaleza), Rodrigo Méndez (co-director del documental que relata nuestro viaje), Sebastián Ballek (camarógrafo del documental), Paula López Wood (escritora y periodista de Revista El Domingo), junto al capitán René y el tripulante Oscar Jaures. Durante 12 días navegamos a bordo del velero Monte Real, asombrándonos con la majestuosa y solemne belleza de los fiordos fueguinos. Nuestra primera parada era el fiordo Negri, un lugar muy poco frecuentado del cual no logramos encontrar registros más allá de las fotografías capturadas por De Agostini.

Montereal ©Proyecto Postales de Hielo
Montereal ©Proyecto Postales de Hielo

Navegamos todo un día para llegar hasta esta pequeña lengua de mar. Tras pasar la noche resguardados en nuestro hogar, el barco, emprendimos una larga caminata por bosques, turba y ríos, para llegar a un sitio con una vista panorámica impresionante que mostraba unas pequeñas lagunas y montañas de roca expuesta, mostrando la inclemencia del clima en estos parajes.

Frente a nosotros estaba el remanente de aquel glaciar que en la fotografía tomada por De Agostini lucía majestuoso, pero que hoy apenas nos saludaba. En su libro “Treinta años en Tierra del Fuego”, De Agostini describía así sus peripecias en este lugar: “Reconocimos un buen trecho de su lado occidental y repechamos la ladera del monte casi desnudo de vegetación y surcado por numerosos torrentes, y nos paramos a descansar sobre un ameno rellano teniendo ante nuestros ojos un hermosísimo y vasto panorama del lago y del glaciar Negri, del cual saqué una interesante vista fotográfica”.

©Archivo Museo Salesiano Maggiorino Borgatello
©Archivo Museo Salesiano Maggiorino Borgatello
Glaciar Negri ©Proyecto Postales de Hielo
Glaciar Negri ©Proyecto Postales de Hielo

La sensación fue extraña, de satisfacción e incredulidad. Después de tanto pensar y soñar el viaje finalmente estábamos ahí, con la cámara sobre el trípode capturando la transformación de este paisaje virgen y salvaje. Llamaba la atención que después de 100 años, estos paisajes siguen estando alejados del ser humano, con una conectividad muy reducida y sin asentamientos, un mundo aparentemente ajeno a nuestras rutinas. Sin embargo, lo que observábamos era innegable: en 100 años el glaciar que cubría prácticamente por completo una laguna hoy en día estaba escondido tras unos monumentales montes de roca.

Tuvimos la suerte de experimentar con todos nuestros sentidos este rincón de naturaleza abundante, caminamos por una playa de arena blanca con pequeñas flores que a pesar de la rudeza del ambiente crecen estoicamente. En nuestro camino de regreso al velero, nos internamos por un bosque que nos sorprendió con sus musgos y líquenes de un verde psicodélico. Estar ahí era como estar en un espacio de tiempo distinto, nuestros mundos citadinos estaban a miles de kilómetros y alrededor nuestro no habían más seres humanos que los que componíamos esta expedición.

Glaciar Negri ©Proyecto Postales de Hielo
Glaciar Negri ©Proyecto Postales de Hielo

Nuestra segunda parada era la bahía Ainsworth en el Seno Almirantazgo, una de las nuevas áreas marinas protegidas que declaró el Estado Chileno a principios de este año. Ahí nos encontraríamos con el glaciar Marinelli, o con lo que va quedando de él. La navegación hasta este lugar nos llevó por el hermoso y angosto Canal Gabriel, desde donde caen decenas de cascadas componiendo un cuadro realmente sobrecogedor. Navegar supone desplazarte lentamente por el territorio que recorres y te permite una experiencia más directa con el entorno que te rodea.

Canal Gabriel ©Proyecto Postales de Hielo
Canal Gabriel ©Proyecto Postales de Hielo

En la bahía Ainsworth, De Agostini había capturado dos fotografías que nos cautivaban especialmente. La primera mostraba en primer plano una pequeña isla con un velero a un costado y de fondo el imponente frente del glaciar Marinelli. La segunda nos mostraba una pequeña laguna con témpanos de hielo flotando a la deriva y una gigantesca extensión de hielo que se internaba en las profundidades de Cordillera Darwin.

Sabíamos que el glaciar Marinelli es uno de los que más ha retrocedido en toda América del Sur, pero verlo ahí con la fotografía de Alberto De Agostini en nuestras manos fue impactante. En ambos casos el glaciar había prácticamente desaparecido, escondiéndose en los recovecos del fiordo. Pero no fue sólo esto lo que nos sorprendió, sino también fue una sorpresa ver aquellos elementos de la naturaleza que permanecían a pesar del paso del tiempo. En especial había un árbol en una de las fotos que pudimos encontrar y su forma era prácticamente idéntica a 100 años atrás. Esto entregó una perspectiva adicional al trabajo que realizábamos, ya que no sólo estábamos fotografiando aquello que había desaparecido o transformado con el paso del tiempo, si no que también aquello que permanece. Finalmente fotografiábamos el diálogo entre aquellos elementos de la naturaleza que ya no están, los que sobreviven y los que nacen en el espacio que deja el glaciar en su retroceso.

©Archivo Museo Salesiano Maggiorino Borgatello
Bahía Ainsworth y glaciar Marinelli en 1914 ©Archivo Museo Salesiano Maggiorino Borgatello
©Proyecto Postales de Hielo
Bahía Ainsworth y glaciar Marinelli en 2018 ©Proyecto Postales de Hielo

Hubiese sido fascinante quedarnos más días explorando el fiordo Marinelli con el imponente Monte Shipton de fondo, la montaña más alta de Tierra del Fuego. Pero teníamos un tiempo acotado y debíamos seguir avanzando. Nuestro próximo destino era el Fiordo Parry y nuestro objetivo unas fotografías que mostraban unas bellas vistas panorámicas.

©Proyecto Postales de Hielo
©Proyecto Postales de Hielo

Navegar por estos parajes es una experiencia única, la naturaleza simplemente te deja sin palabras. Los bosques se mezclan con glaciares imponentes y montañas colosales. Por más que ya habíamos completado más de la mitad del viaje, nuestro ánimo y energías estaban a tope. Nos ilusionaba poder internarnos por los bosques y subir por las montañas para lograr capturar las últimas dos fotografías que completaban esta serie.

Marinelli ©Proyecto Postales de Hielo
Marinelli ©Proyecto Postales de Hielo

Desembarcamos del Monte Real a eso de las 7 de la mañana para comenzar la que parecía ser la última aventura del viaje. Con el peso de nuestros equipos fotográficos empezamos a subir entre turba, cascadas y un denso bosque.  Tras casi cuatro horas de caminata llegamos al lugar donde suponíamos que De Agostini fotografió el Glaciar Luis de Saboya. El perfil de los cerros parecían alinearse con los de la fotografía que buscábamos replicar, sin embargo aquel lugar no tenía todos los elementos que se disponían en la foto original. Estuvimos más de una hora caminando en círculos hasta dar con el sitio exacto. Para sorpresa nuestra nos dimos cuenta que Alberto de Agostini había capturado desde el mismo punto las dos fotografías que buscábamos. La satisfacción fue total, ya teníamos gran parte del trabajo hecho.

©Proyecto Postales de Hielo
©Proyecto Postales de Hielo

La guinda de la torta fue recorrer el interior del Fiordo Cuevas y el Fiordo Parry, donde los glaciares cuelgan de las montañas y caen al mar de forma esplendorosa. En esta navegación tuvimos la suerte de ver un fenómeno poco común: un glaciar avanzando y arrasando consigo los bosques aledaños. No sabemos si se trata de un glaciar que efectivamente está creciendo (los hay, pero pocos) o bien un glaciar que avanza producto del adelgazamiento de su masa de hielo. Caminar en este ecosistema que combinaba una masa de hielo gigantesca, rodeado de un bosque frondoso y flores que crecen donde un pensaría que sería imposible, nos permitió ser testigos de la naturaleza en su estado más salvaje. Nuestro viaje llegaba prácticamente a su fin. Empezábamos lentamente el regreso a casa.

©Proyecto Postales de Hielo
©Proyecto Postales de Hielo

Más de dos años de trabajo nos llevó producir este proyecto y hoy estamos felices de poder presentarlo a la ciudadanía, compartiendo con ella los rincones más remotos del país y a la vez visibilizando los efectos que el cambio climático está teniendo en estas regiones australes del planeta. El paso del tiempo fotografiado nos muestra un mundo en transformación, a veces impactante, pero nos reafirma que este planeta tiene vida propia y guarda procesos de los cuáles no estamos ajenos. A su vez, nos muestra la vitalidad de la naturaleza, expresada en aquellos rincones que permanecen salvajes, bosques y montañas donde ningún ser humano ha pisado.

Exposición Postales de Hielo

©Proyecto Postales de Hielo
©Proyecto Postales de Hielo

Desde este jueves 5 de julio y hasta el 29 del mismo mes se abren las puertas de la Fundación Cultural de Providencia (Av. Nueva Providencia 1995) para la exposición fotográfica POSTALES DE HIELO, que muestra el viaje a las profundidades de Tierra del Fuego donde los fotógrafos Alfredo Pourailly De La Plaza y Cristian Donoso Christie capturaron el impactante retroceso de los glaciares fueguinos durante este último siglo, a partir de la comparación de fotografías actuales con las tomadas por Alberto de Agostini cien años atrás.

La exposición, producida por Los Olivos y apoyada por la Fundación Cultural de Providencia, Patagonia, Universidad San Sebastián y Ladera Sur, incluye 43 fotografías y un video que da cuenta de la expedición. Parte del contenido está también disponible en el sitio web oficial del proyecto www.postalesdehielo.com.

Comenta esta nota

Comenta esta nota

Responder...