La semana pasada un frente de mal tiempo sorprendió a la zona norte de Chile, desde Arica a Copiapó, y principalmente a la región de Antofagasta donde en sólo 15 horas llovió lo esperado para los próximos 12 años en la región, registrándose un total de 22 mm de agua caídos en la ciudad –lo normal para 12 meses en la región son 1,7 mm–. Luego vino la nevazón, que cubrió de blanco al desierto más árido del mundo: el desierto de Atacama.

Y si bien estos fenómenos climáticos trajeron una serie de complicaciones para las ciudades y sus habitantes, también trajeron consigo una buena noticia: este 2017 podríamos presenciar nuevamente el espectáculo del Desierto Florido.

Por el camino costero entre Caldera y Huasco, 2010. ©Fernando Ruiz Altamirano/Flickr
Por el camino costero entre Caldera y Huasco, 2010. ©Fernando Ruiz Altamirano/Flickr

La última vez que en Chile se pudo apreciar este fenómeno natural fue en 2015, cuando la floración fue excepcional –hubo dos floraciones y fueron las más frondosas en años–. Este 2017, según señaló el doctor en Biología, Carlos Guerra, las condiciones serían propicias para que se desarrolle el proceso de crecimiento de las flores tal como ocurrió en mayo de 2015 después las intensas lluvias que hubo en marzo de ese año. Conaf ha respaldado esta información e incluso ha señalado que hay un 50% de probabilidades de que este año se repitan las intensas floraciones de 2015.

«Por la gran humedad que hemos tenido y que va a seguir habiendo, vamos a tener desierto florido este año«, aseguró Guerra, sin embargo según señaló el académico, será más cerca de la primavera cuando podremos ver «bastante vegetación». Por estos días ya se han podido ver los primeros brotes.

Ex- estación Chehueque, Desierto de Atacama 2015 ©Guillermo Andre/Flickr
Ex- estación Chehueque, Desierto de Atacama 2015 ©Guillermo Andre/Flickr

¿Dónde verlo?

Se espera que para los meses de agosto y septiembre se podrán apreciar las más de 200 especies de flores –la mayoría endémicas– que crecen para este fenómeno, principalmente en la III región de Atacama, en especial el polígono entre Huasco-Vallenar-Copiapó-Caldera, donde se encuentra también el Parque Nacional Llanos del Challe, o en las quebradas costeras como La Chimba, en la región de Antofagasta, entre otras zonas.

Además, según lo que han indicado los meteorólogos, podría haber más lluvias en el territorio nortino, lo que podría significar el crecimiento de una mayor cantidad de flores.

Oreja de Zorro (Aristolochia chilensis) Desierto Florido 2004, Atacama. ©Noemi G./Flickr
Oreja de Zorro (Aristolochia chilensis) Desierto Florido 2004, Atacama. ©Noemi G./Flickr

En cuanto a las futuras heladas que pueda haber en el área durante este invierno, Guerra señaló que en ningún caso podrían impedir la germinación de las semillas, sino que sólo retrasar el proceso: «Las heladas retardan un poco más el desarrollo, pero si se gatillaron con la humedad que hubo, es un proceso que será más lento pero a fin de cuentas va a ser igual el resultado«.

Para conocer más acerca de este fenómeno natural, te invitamos a leer el artículo: «La magia detrás del desierto florido«. 

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