Ubicado a más de 1.000 metros de altura en la comuna de Peñalolén y en plena precordillera de los Andes, la Casa de Adoración Bahá’í ha atraído a cientos de curiosos que desde su inauguración en octubre de 2016, van a conocer el primer templo de la religión Bahá’í de Sudamérica.

Y es que este templo de adoración no sólo llama la atención por lo que simboliza, sino que también por la espectacular obra arquitectónica que da forma a esta construcción.

Un ícono de arquitectura

Vista del interior de la cúpula ©Sebastián Wilson
Vista del interior de la cúpula ©Sebastián Wilson

«La finalización con éxito de un proyecto de tan extraordinaria ambición establece un legado para futuros proyectos en la profesión«, con estas palabras describieron al templo Bahá’í de Sudamérica los tres miembros del jurado de la institución gremial de arquitectos canadienses, la Royal Architectural Institute of Canada (RAIC), que otorgaron al equipo de Hariri Pontarini Architects –quienes diseñaron el templo– el premio Innovation in Architecture 2017. Premio que recibirán oficialmente en una ceremonia a realizarse entre el 14 y 27 de mayo.

Las razones que llevaron a esta obra a ganar el premio de innovación quedan en evidencia una vez que se conocen los detalles detrás del diseño y construcción de ésta. La propuesta del estudio Hariri Pontarini Architects incluye una base de hormigón armado de tres niveles que contiene estacionamientos y cuenta con un sistema antisísmico. Sobre esta base estructural se construyó una superestructura de 30 metros de alto con columnas de acero curvadas y revestidas de mármol, para ello tuvieron que traer más de 400 toneladas de esta piedra desde Portugal en bloques cortados a la medida en donde cada pieza es única y está calculada al milímetro para calzar en la estructura de nervios de acero. Se necesitaron 1.580 piezas de mármol plano y 780 curvas para completar la estructura.

Para el revestimiento exterior se utilizó vidrio fundido transparente, con piezas hechas a medida y luego montadas en marcos de aluminio para trasladarlas a Chile.

©Sebastián Wilson
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La idea tras el diseño de esta obra era en primer lugar respetar las características propias de los templos Bahá’í: Una cúpula central, un entorno rodeado de naturaleza, nueve lados (o caras) y nueves puertas de acceso. Con eso en mente, la idea de los arquitectos fue la de construir una especie de cúpula en forma de flor en donde “las alas (o pétalos) darán la impresión de estar flotando sobre un espejo de agua, el cual permitirá que la luz se filtre a través de ellas durante el día y emita un brillo cálido desde su iluminación interior durante la noche”.

©Sebastián Wilson
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El templo tardó cerca de 14 años en construirse y tuvo un costo de 30 millones de dólares. En su interior hay butacas con una capacidad para 600 personas sentadas. 

Bahá’í :Unidad en la diversidad

©Sebastián Wilson
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El bahaísmo es una religión independiente con 6 millones de seguidores en el mundo, que surgió a mediados del siglo 19 en Irán y que postula que a lo largo de la historia, Dios se ha revelado a la humanidad a través de mensajeros divinos como Moisés, Buddha, Jesús o Muhammad, cada uno de los cuales ha fundado una religión. Según la creencia Bahá’í, el último de estos mensajeros sería Bahá’u’lláh quien señala que existe un solo Dios y que todas las religiones provienen de un mismo creador y que ha llegado el momento de que la humanidad reconozca que pertenece a una misma familia; la religión se basa en el principio de que la unidad de la raza humana no sólo es posible, sino inevitable.

©Sebastián Wilson
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Así, la premisa detrás de los templos Bahá’í es la de servir como un espacio de reflexión, meditación u oración que mantiene sus puertas abiertas a todo aquel que, respetuosamente, quiera visitar este templo sin importar su origen étnico, religión o nacionalidad. Hoy en el mundo existen 8 de ellos dispersos en cada continente, siendo el templo de Chile el primero de Sudamérica.  Los demás templos se encuentran en Ciudad de Panamá, Sídney (Australia), Apia (Samoa), Kampala (Uganda), Wilmette (Estados Unidos), Nueva Delhi (India) y Fráncfort (Alemania) y todas resaltan como íconos de  arquitectura.

Probablemente te estés preguntando ¿por qué Chile? La respuesta es simple: la estabilidad del país y el gran tamaño de la comunidad Bahá’í que aquí habita, que hoy cuenta con 6.000 fieles. La idea de construir este templo en Chile surgió en 1953, pero no fue hasta el 2002 que la Asamblea Espiritual Nacional de los Bahá’ís de Chile lanzó un concurso internacional de arquitectura donde se comenzó a concretar el proyecto.

©Sebastián Wilson
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Te invito a conocer esta espectacular obra arquitectónica que además cuenta con seis hectáreas de jardines abiertos al público que funcionan como miradores a 980 msnm y donde se obtienen espectaculares vistas de Santiago.

Dirección

Diagonal Las Torres 2000, Peñalolén

Horarios

Martes a sábado de 15:00h a 19:00h

Domingo de 9:00h a 19:00h

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