– ¡¡Lucas!!¡¡Hay huemules!!

El grito exaltado de su hermano lo emocionó. Lucas Pimentel caminaba 100 metros más abajo y se apresuró para poder ver con sus propios ojos lo que su familiar le anticipaba con las palabras. Pero, así como él se acercó, la pareja de cérvidos se alejó del ruido. Aunque no tuvo la suerte de verlos, este encuentro con su hermano marcó un antes y después: confirmaron que en la Jungla Peumayén, en la zona de humedales altoandinos (mallines), cercana al Santuario de la Naturaleza Los Huemules de Niblinto, había huemules (Hippocamelus bisulcus).

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©Jungla Peumayen

Sin poder creer sobre su encuentro, bajaron a una zona donde encontraron internet y compartieron su hallazgo. Entre sus mensajes a familias y amigos, un mensaje que no podía faltar era el que tenía como destinatario a Carlos Garcés Letelier, técnico extensionista del huemul de la Iniciativa de Conservación de Especies Amenazas del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y GEF, quien hace cerca de tres años lleva impulsando un proyecto para la protección del corredor biológico del huemul en Chile central que incluye a la Jungla Peumayén.

De ahí en adelante, los avances se fueron viendo. Y el paso siguiente fue la añorada instalación de cámaras trampa en la zona.

Por la protección de los huemules en Chile central

El Parque Jungla Peumayén es un lugar que está en la historia de los hermanos Pimentel. Se trata de un terreno familiar de cerca de 3000 hectáreas que está en la Reserva de la Biósfera Corredor Biológico Nevados de Chillán-Laguna del Laja. Un lugar donde, desde el norte hay bosque esclerófilo y del sur bosque templado, lo que hace que marca la presencia de una alta biodiversidad, de acuerdo con lo que explica uno de sus administradores, Lucas Pimentel.

©Jungla Peumayén
©Jungla Peumayén

En el corazón de la Región del Ñuble, estos hermanos enfocaron la zona para la colaboración, educación y el turismo consciente, entendiendo que para lograrlo deberían trabajar colaborativamente junto a los actores de la zona donde estaban emplazados. En medio de eso, recibieron un contacto de la FAO, en el marco de la iniciativa que busca incorporar la conservación y valoración de especies y ecosistemas críticamente amenazados en paisajes productivos de fronteras de desarrollo (o lugares que no están en áreas protegidas del Estado) entre las regiones de Arica y Parinacota y el Biobío.

En Chile central (incorporando las regiones del Maule, Ñuble, Biobío y La Araucanía), el proyecto incorpora al queule, el zorro de Darwin y el huemul. Es este último -catalogado como “En Peligro” según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza-  el que mantiene el foco de trabajo dentro de la reserva de la biósfera donde se encuentra el Parque Peumayén.

Bosque en Jungla Peumayén ©Parque Jungla Peumayén
Bosque en Jungla Peumayén ©Parque Jungla Peumayén

Carlos Garcés Letelier, parque de la iniciativa, relató en un video que “Lo que busca el proyecto es generar coexistencia entre las actividades productivas y la conservación, como en este caso la del huemul. Más de la mitad de los huemules de Chile central (cerca de un 60%) se encuentran fuera de las áreas silvestres protegidas, por lo que es primordial trabajar con propietarios privados. De esta forma podemos conservar hábitat y hacer esta conectividad entre los diferentes grupos de huemules”.

Al respecto, en el Informe Técnico Resultados Preliminares Monitoreo de Huemul en Jungla Peumayén, el profesional afirma que la iniciativa se encuentra trabajando con la “última población de la especie ubicada en Los Nevados de Chillan-Laguna del Laja en la cordillera andina de las regiones de Ñuble y Biobío” y que esta es la que tiene “mayor riesgo de extinción debido al bajo a su tamaño población, fragmentación del hábitat y aislamiento geográfico de más 400 kilómetros de la población más cercana”.

©Parque Jungla Peumayén
©Parque Jungla Peumayén

Pero en la zona no se había realizado una prospección del huemul hace más de 10 años. De ahí que la instalación de cámaras trampas darían datos actualizados sobre la presencia del huemul en la Jungla Peumayén.

Los datos de las cámaras trampa

Entre el 8 y el 10 de enero de 2021 se instalaron las primeras cámaras trampa en la Jungla Peumayén. Eran cuatro, distribuidas en los sectores de Mallín del Caiquén, Mallín del Cóndor y Mallín del Huemul. Los lugares se eligieron en función a los registros de 20 años de huemules en la zona y coincidió con el encuentro relatado al principio de esta nota, además de los primeros mapas de un estadounidense hace 40 años que ya relataban la presencia del Hippocamelus bisulcus en el lugar. Serían en total, unas 400 hectáreas de terreno abarcadas.

©Parque Jungla Peumayén
©Parque Jungla Peumayén

En esa expedición no lograron ver ningún huemul, pero sí sus fecas. Eso ya fue una señal de alegría y esperanza.

A principios de mayo del mismo año, los hermanos Pimentel y Carlos pudieron volver a las cámaras y ver lo que habían captado. La primera, segunda y tercera tarjeta no se pudieron ver en terreno por problemas de formato. Pero casi como una sorpresa, la cuarta, en particular, podía insertarse en el teléfono. Y ahí estaba lo que buscaban. “Eran ocho tomas. Cuatro eran de huemules y distintos ejemplares. Era una explosión de felicidad”, relata Lucas.

Fecas ©Parque Jungla Peumayén
Fecas ©Parque Jungla Peumayén

De acuerdo con los resultados de las cámaras, el informe redactado por Carlos Garcés, dentro de los demás registros de mamíferos y aves, “destacan cuatro registros de huemul en el sector más alto de Jungla Peumayén (Mallin Caiquén; cámara trampa 1). El primer registro de huemul fue a los 53 días luego de la instalación de las cámaras trampa, mientras que el último, ocurrió a los 94 días posterior a la instalación de las cámaras trampa”. Así, según sigue, “estos registros de huemules evidencian la presencia de un grupo familiar en Jungla Peumayén, al menos en la época de verano y otoño, lo cual realza el valor de conservación de Jungla Peumayén considerando que los sitios de reproducción reconocidos se encuentran en la cabecera de los ríos Niblinto y Santa Gertrudis, ambos protegidos”.

Los próximos pasos

– ¿Ahora qué?

Lucas recuerda que fue la primera interrogante que vino a su cabeza y la de sus hermanos al ver los registros de los huemules. Pero la respuesta fue rápida y vino de Carlos. Lo ideal es seguir con más cámaras trampas para entender las dinámicas de la población de la zona y avanzar en su protección.

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©Parque Jungla Peumayén

Pero además hay más tareas pendientes. Entre ellas, continuar su tarea de eliminar el ganado en la zona. Hasta el minuto, gracias a arrieros locales han podido movilizar el 60% del ganado en el parque. Y también superar ciertos desafíos, como de conseguir recursos y aumentar personal, junto con seguir un trabajo colaborativo público privado que hasta el minuto califica como positivo entre la Corporación Nacional Forestal (Conaf), el MMA y municipalidades locales, entre otros.

Así, esperan poder lograr el trabajo de poder lograr la declaración de la zona de los mallines como Santuario de la Naturaleza, asegurando una figura de protección para una zona que es importante no solo para los huemules, sino que para todo el propio valle de San José. Es que, tal como comentó él y Carlos al final del video explicativo del proyecto, de los humedales altoandinos viene la provisión del agua del valle, por lo que, al protegerlos al huemul y los mallines, también se protege todo un ecosistema.

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©Parque Jungla Peumayén
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