Pía Vergara recuerda con cariño esos días de primavera en el Santiago Paperchase, rodeada de naturaleza, caballos, perros y gatos. Con eso nació, con eso creció y con eso convive hasta hoy. Comenzó a practicar equitación a los cinco años. Estudió enfermería en La Cruza Roja y trabajó en distintos hospitales. Se casó y tuvo 4 hijos, a los que se dedicó 100%. Pero las vueltas de la vida y una separación de por medio, la llevaron a buscar un trabajo que le permitiera tener independencia y horarios flexibles. Así descubrió su gran pasión: la fotografía.

Sin mayores conocimientos, un día se le ocurrió hacer fotos de equitación. Fotografiaba a los jinetes saltando y después las imprimía en el lugar y se las vendía. Aunque para llegar a eso, practicó mucho antes. “No sabía ni siquiera prender un computador, por lo que me pasaba las noches enteras abriendo y cerrando ventanillas de windows, probando programas, navegando para aprender. También fui a Nikon y les conté lo que quería hacer, increíblemente me auspiciaron dándome mejores precios en los equipos”, cuenta.

©Pía Vergara
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Comenzó con cámaras pequeñas y de a poco las fue cambiando hasta llegar a las profesionales. Paso a paso, se empezó a hacer más conocida en el mundo de la fotografía y le pedían imágenes para diferentes revistas. Pero el impulso oficial, fue una vez que la llamaron de la revista Caras para hacer un reportaje de viajes. Entonces se lanzó.

“Trabajé 9 años para ellos, haciendo todo tipo de fotos, más que nada viajes y entrevistas. Tuve varias portadas. En paralelo me hice un estudio móvil, que era una van acondicionada como laboratorio con ruedas. Me auspició Nikon y Epson, tenía un plotter y computador e imprimía en el lugar a muy buena calidad”, dice.

©Pía Vergara
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Este último lo usaba en los concursos de equitación por todo Chile y también en campeonatos de Golf. Eran las mismas empresas las que la contrataban y entregaban sus fotos impresas a los ganadores. Además, hizo giras por todo Chile en su camión. “Fue una etapa muy linda en la que aprendí mucho”, recuerda.

Y como la experiencia hace al maestro y el talento se lleva en la sangre, Pía llegó a dirigir nada más y nada menos que la “Nikon School” durante varios años. Definitivamente había mucho que aprender de ella.

©Pía Vergara
©Pía Vergara

Actualmente trabaja como independiente. Se dedica a hacer libros, fotografía de naturaleza, viajes fotográficos con clientes (donde les enseña fotografía en terreno y su mirada de la naturaleza) y catálogos de caballos.  Tiene clientes muy diversos. “Pese a que es difícil vivir de la fotografía, me encanta y me apasiona lo que hago. La perseverancia es la clave”, afirma.

Fotografía libre de sellos

Zorro chilla en Torres del Paine ©Pía Vergara
Zorro chilla en Torres del Paine ©Pía Vergara

Aunque quienes vemos desde afuera el trabajo de Pía, podríamos evidenciar que tiene un sello único, ella asegura que no se trata de eso. “Mis fotografías son de guata, es sentir, las imágenes vienen a mí todo el tiempo, me vuelo. Quizás si tuviera un sello podría ser que busco la naturalidad, es decir que se vea lo más parecido a lo que yo estoy viendo, la naturaleza tal cual yo la veo y la siento, eso es lo que me gusta transmitir”, dice.

Todo esto tiene que ver con su amor por la naturaleza. Para ella, esta es perfecta y no es necesario manipularla. En ese sentido, la fotografía ha sido su mejor oportunidad para acercar la naturaleza a la gente. “Creo que lo que quisiera comunicar principalmente es que los seres humanos somos parte de la naturaleza, una especie más, parte de un ciclo y una cadena en la cual dependemos unos de otros para mantener un equilibrio y armonía, muy lejos de lo que pasa en el mundo actual en el que nos hemos apoderado de todo y explotado todo a nuestro antojo. Me interesa mucho el poder crear conciencia de esto, el respeto a nuestro planeta y demás especies”, explica.

Mujeres y fotografía

©Pía Vergara
©Pía Vergara

Sin duda el mundo está cambiando con respecto a las mujeres y Pía es consciente de esto, pero no se considera feminista en lo absoluto. “Creo que el hombre y la mujer tienen roles muy diferentes en la vida y no hay que competir, sino complementarse y potenciarse. Nuevamente la naturaleza es la mejor guía y ejemplo en todo, como base fundamental para nuestra vida”, asegura.

En el ámbito de la fotografía, no siente que haya una competencia entre hombres y mujeres, tampoco diferencias, cree que en el arte ambos géneros están equiparados.

Lo que sí le parece injusto son las condiciones laborales en todo tipo de profesión. “Me parece injusto que las mujeres ganemos menos que los hombres y hayan tantas diferencias en ese sentido, pero la forma de demostrar que las cosas pueden cambiar es dando el ejemplo, perseverando y demostrando que somos tan (y más) capaces que los hombres, en muchos sentidos”, asegura.

¿Te ha hecho difícil tu trabajo el ser mujer/mamá?

No. Pese a que soy divorciada, cuando mis hijos eran más chicos si yo viajaba se quedaban con el papá y nunca eran viajes muy largos, por lo que no era un gran problema. Incluso, muchas veces me acompañaban en mis viajes. Ahora ya son todos grandes, por lo que tampoco es tema. A mis hijos les encanta lo que hago y siempre me han apoyado en un 100%.

©Pía Vergara
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¿Y en terreno, te has sentido vulnerable alguna vez?

La verdad es que muchas veces te toca andar en lugares con climas en los que hay que aperrar, los equipos complican más por el peso y el cuidado que hay que tener, pero creo que es parte de la adrenalina que busco y que me alimenta. Desde chica que me ha gustado hacer ese tipo de cosas y me siento muy cómoda en terreno, es mi hábitat.

Son experiencias que nutren mucho. En ese sentido, para mí no es una desventaja en absoluto ser mujer. Y cuando me siento vulnerable, cierro los ojos y me concentro en pensar que todo va a estar bien, confiar.

¿Qué mensaje te gustaría entregar al mundo a través de tus fotos?

Volver a lo simple, ver la naturaleza, observarla, ser humildes, sentirla y dejar que nos enseñe todo lo que necesitamos. ¿Cómo? Observando, observando, no destruyendo, respetando. Ahí están todas las respuestas. Creo que el gran mal que hay hoy en la sociedad en general es lo lejos que estamos de nuestro origen, cada vez más apartados de la esencia humana y la poca conciencia que hay de eso. ¡Hay que abrir los ojos!

©Pía Vergara
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