Santuario de la Naturaleza Cascada de las Ánimas, una iniciativa de conservación familiar en el corazón del Cajón del Maipo
El Santuario de la Naturaleza Cascada de las Ánimas está ubicado a orillas del río Maipo, entre montañas y bosque esclerófilo. Presenta una superficie de 3.600 hectáreas de mesetas, vertientes y cascadas, que le dan el nombre al lugar, siendo un rincón característico precordillera de Chile central, resguardado por la familia Astorga Moreno. Acá, junto a la RED de Santuarios de la Naturaleza de la Región Metropolitana, te contamos mas sobre este importante lugar, su historia y algunas amenazas que lo aquejan. También hacemos un pequeño recorrido por los proyectos de conservación del Santuario, desarrollados en base a la colaboración y con un enfoque socioecológico e interdisciplinario. Todo un trabajo para proteger esta zona de la cuenca del Maipo.
Cuando los primeros arrieros del Cajón de Maipo comenzaron a utilizar los pasos cordilleranos, pasaban siempre a medio día por uno de los esteros, para esquivar el calor al resguardo de la sombra de ñipas, lunes y quillayes. Pero un día, pasaron en la hora del crepúsculo, y para su sorpresa se encontraron con hermosas mujeres casi transparentes jugando y bañándose en una de las cascadas. Estos espíritus al darse cuenta de que habían llegado los arrieros escaparon flotando en espiral por el agua que caía. Desde ese momento ese rincón y todo lo que les rodea se llamó Cascada de las Ánimas.
Este lugar situado a las orillas del río Maipo, entre montañas y bosques esclerófilos, cordillera, mesetas, vertientes y cascadas parece un bosque encantado, y en cierto sentido lo es; es el Santuario de la Naturaleza Cascada de las Ánimas, con 3.600 hectáreas de bosque característico del Chile central precordillerano.
El Santuario es resguardado por la familia Astorga Moreno, cuya llegada a estas tierras se remonta a más de 100 años atrás. Son unos pioneros del ecoturismo en Chile, ya que desde los años ochenta buscan crear y fomentar espacios de interacción entre las personas y la naturaleza, enseñando de cuidado y respeto. Con este objetivo y para proteger esta área de la amenaza del gasoducto hacia Argentina, el año 1995 la familia decidió declarar la zona Santuario de la Naturaleza.
El Santuario se ubica en la zona precordillerana andina, donde el paisaje se caracteriza por sus quebradas de abruptas laderas que sirven de cauce natural para el escurrimiento del sistema hidrográfico de la zona y altas cumbres, los cuales dan lugar a parajes de gran belleza escénica. Mientras más se sube por la montaña, más mágico y único se va volviendo el entorno. La vista desde el cerro Punta Horizonte da una perspectiva del río Maipo y el Volcán San José en una de sus caras icónicas.
Tras trece años consecutivos de sequía, la disponibilidad de agua ha cambiado totalmente; se está viviendo un proceso de desertificación muy violento. El ecosistema mediterráneo de precordillera está adaptándose con resiliencia, pero ha habido una alta mortalidad, especialmente de los quillayes de mayor edad. A esto se le suma la amenaza de Alto Maipo, un megaproyecto hidroeléctrico que podría impedir la adaptación vegetal y animal a estos cambios, por su gran impacto sobre toda la cuenca alta del Maipo.
Otra amenaza latente son los incendios y las especies exóticas invasoras, como las truchas que han colonizado los esteros del Santuario y afectan gravemente a las especies autóctonas. Es un área con prohibición de caza, está dentro de los sitios prioritarios de la Estrategia de Conservación de la Biodiversidad, y se inserta en medio de bosques mediterráneos de altura. Sumado a la presión directa asociada al urbanismo y sistemas productivos, hoy existe una emergente amenaza por el cambio climático y la erosión.
Con el objetivo de establecer estándares para la protección del santuario, se desarrolló un plan de manejo para el periodo 2020-2030 junto a WCS y la Fundación Pulso Ambiental, compuesta por profesionales del área ambiental de la familia. En este proceso, se identificaron varios objetos de conservación característicos de la zona, entre lo que destacan la red hídrica y el ecosistema andino, que incluye los humedales de altura denominados localmente como vegas; éstos son el sustento del agua del Santuario y alimentan al Maipo.
También está considerada la vegetación esclerófila para hacer esfuerzos en su restauración y poder darle un apoyo en su adaptación. En fauna destaca el cóndor y los felinos andinos, como el puma, el gato colo-colo y el gato andino, aprovechando los últimos registros de esta especie en el Santuario y donde se abren muchas oportunidades de investigación. Dentro de los objetos de conservación culturales se incluyeron los sitios históricos y arqueológicos y el sentido de comunidad, con la intención de mejorar la relación comunitaria interna y externa y, en este caso, ampliar los proyectos de educación ambiental que ya se iniciaron hace algunos años con la escuela de San Alfonso.
Con el tiempo, se han impulsado importantes proyectos para la protección del Santuario. Por ejemplo, con el objetivo de ayudar en la propagación del bosque nativo se plantaron más de 30.000 árboles entre especies autóctonas e introducidas en el curso de las últimas cinco décadas para enfrentar la erosión, o la implementación de un Centro de Rehabilitación y Exhibición de fauna silvestre (Refugio Animal Cascada) de la Fundación Acción Fauna y el desarrollo de diversas actividades de divulgación ambiental como el monitoreo de gato andino, el proyecto actual de reintroducción de guanacos para renaturalizar el ecosistema, entre otros.
La forma, que se ha dado de manera natural, de conservación en el Santuario es a partir de redes de colaboración y desarrolladas bajo un enfoque socio-ecológico e interdisciplinario de la conservación. Han sido clave estas conexiones para proteger la naturaleza y han dado frutos, como por ejemplo el tener una estación meteorológica por un convenio con la Universidad Católica o el plan de manejo del Santuario impulsado por el Santiago Andino el año 2011 por la Universidad de Chile. El Santuario es parte de Asi Conserva Chile A.G y de la Red de Santuarios de la Naturaleza de la Región Metropolitana. Su foco de acción para realizar proyectos de conservación ha sido siempre colaborativo, siendo apoyado por las fundaciones Acción Fauna y Pulso Ambiental. Como aliados externos y en especial para el proyecto de reintroducción de guanacos para restablecer la cadena trófica, se encuentra el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y el Centro de Ecología Aplicada y Biodiversidad (CAPES). Además se están iniciando auspiciosas colaboraciones para recaudar fondos con PIC Parks,y Lemu.
A finales del 2021 se comenzó con un proyecto que los llenó de esperanza y se enfoca en la cosecha de agua para la generación de condiciones que permitan la adaptación a la desertificación que afecta la zona central de Chile. Con el apoyo de CONAF y Symbiotica Bosquicultores se han construido aproximadamente 850 Obras de Conservación de Agua y Suelo (OCAS) y se han reforestado 1800 especies nativas con el método de islas nativas densas de Miyawaki. El uso de OCAS ayuda a controlar la erosión y cosechar aguas lluvias, entregando así valiosos servicios de disponibilidad hídrica y mejoramiento de suelo para la vegetación existente. Fomenta la infiltración de agua hacia las napas subterráneas, por lo que podrían tener un efecto a nivel de cuenca. “La experiencia de la cosecha de agua, nos ha dado grandes aprendizajes, nos han reconectado con nuestro territorio y hemos aprovechado las habilidades, conocimientos y labores de todo el equipo” comenta Tomás González uno de los gestores del Santuario. También se está generando un nuevo involucramiento de la 3era generación de la familia en la conservación del Santuario y también de la comunidad aledaña.
La Región Metropolitana, con más de 8 millones de habitantes, posee escasas áreas naturales enfocadas en la divulgación, educación, interpretación ambiental e investigación científica. En este sentido, el Santuario ofrece una oportunidad a los habitantes del gran Santiago para la educación y al mismo tiempo para disfrutar del contacto respetuoso con la naturaleza.
El permanente uso/abuso que afecta a la cuenca del Maipo perjudica la conservación a nivel de paisaje, limita las acciones locales de restauración y disminuye la capacidad de adaptación y resiliencia. La coexistencia restauradora que propone el Santuario es una respuesta sensata a un futuro incierto. La cuenca del Río Maipo, sus cauces, esteros y quebradas están bajo amenaza, situación que se repite en diversas cuencas de nuestro país. Esta situación es particularmente crítica en zonas vulnerables al cambio climático. Es hora de asumir esta crisis, y de tomar medidas colaborativas, urgentes y eficientes para preservar la naturaleza de los frágiles ecosistemas mediterráneos de montañas de la zona central de Chile. No tenemos tiempo que perder. Los invitamos a actuar ya, y a visitar zonas protegidas abiertas al público, como el Santuario, respetando a los otros seres, vivos y no vivos, que lo habitan.