Tuvimos la suerte de encontrar a Ramón Navarro fuera del mar. Él, quien hace unos meses surfeó una de las olas más grandes del mundo, hoy va camino a Pichilemu, donde vive. En su recorrido habla con nosotros sobre cómo a Chile todavía le falta mucho en el cuidado del medio ambiente, y también del aporte que ha realizado la Fundación Punta de Lobos en las playas del sector.

Rodrigo Farías
©Rodrigo Farías

¿Cómo definirías la relación que tenemos los chilenos con el medio ambiente?

Lamentablemente mala, es como algo nuevo. Como que recién se están conociendo. También es una relación nueva, se puede decir que se está poniendo de moda, pero no a todos los niveles. La relación con el medio ambiente se está viendo desde un punto casi elitista, y eso no sé si es tan positivo. La gente que tiene un mayor poder adquisitivo puede reciclar y puede estar más metida en temas ambientales.

¿Por qué crees que aún son muchos los que no toman consciencia de nuestro impacto en el medio ambiente, y qué dirías que falta para que más personas lo hagan?

Es un tema de prioridades. Una persona que tiene la prioridad de traer el pan a la casa todos los días no va a estar pendiente del tema de comprar productos más amigables con el medio ambiente cuando la economía de su casa le da para lo que pueda alcanzar no más. Yo creo que a la mayoría del país le sucede esto y, por lo mismo, es por obligación, mucho más de lo que quisieran ser conscientes en las compras.

©Facebook Fundación Punta de Lobos
©Facebook Fundación Punta de Lobos

En el último tiempo has estado involucrado en varias actividades a favor del medio ambiente. ¿Qué fue lo que te motivó a ser una persona que trabajara activamente por fomentar el cuidado y respeto por nuestro entorno natural? ¿Recuerdas algún momento o instancia que te haya marcado e impulsado a hacerlo?

Si hay un momento que me marcó sería claramente mi primer viaje a Hawaii en el año 99 donde vi que allá se reciclaba, que había un respeto por la limpieza de las playas, por las regulaciones del borde costero, el cuidado de la naturaleza, y también por ser más amigable con el medio ambiente. Fue algo que me hizo un click. Yo no lo tenía en mi mente y cuando lo vi por primera vez en la costa norte de Hawaii me di cuenta de que había mucho trabajo que hacer a nivel país.

¿Qué fue lo que me motivó a hacerlo? Como deportista mi imagen comenzó a crecer y pude tener más acceso a medios, a campañas y a más difusión. Lo tomé más como una responsabilidad de transmitir el mensaje. Ahora si me preguntas si soy un ambientalista no lo soy, estoy muy lejos de serlo, siento que me falta mucho por aprender, pero trato de copiar las buenas ideas, trato de estar al día con los temas que a mí me interesan y trato de ser más aporte con el medio ambiente.

Un aporte para Pichilemu

©Facebook Fundación Punta de Lobos
©Facebook Fundación Punta de Lobos

Punta de Lobos es un lugar único en la costa central de Chile. Cubre 170 kilómetros en los que no hay actividades industriales que contaminen, además de ser una de las mejores zonas para practicar surf y pesca artesanal. Con el fin de aportar en su conservación, la Fundación Punta de Lobos, de la cual Navarro es director, trabaja para proteger al lugar de sus más altas amenazas, de manera que se puedan poder en valor ecosistemas terrestres y marinos que han sido sub valorados en Chile.

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Hace un tiempo que ejerces como director de la Fundación Punta de Lobos, ¿qué ha significado esto para ti?

El tema de Punta de Lobos significó uno de los grandes orgullos en mi carrera. Defender Punta de Lobos era un tema de muchos años, sobre todo de la comunidad surfista. El cuento corto y la historia bien conocida es que Punta de Lobos pasó a ser de un terreno privado a un terreno de uso público que se está reforestando, que tiene cuidados, que tiene una casa en la fundación que tiene un centro educacional, donde se pueden hacer competencias. La comunidad se está dando cuenta que es un objetivo logrado que Punta de Lobos es el único lugar de libre acceso de toda la costa de Pichilemu. Me siento orgulloso de que el trabajo que se hizo por tanto tiempo dio frutos y está funcionando.

¿En qué proceso va el proyecto de conservación que están impulsando en Pichilemu?

Estamos impulsando un proceso de reforestación. Se sacaron semillas de miles de cactus de Punta de Lobos, se sembraron y hoy en día están llegando todos los cactus ya de un tamaño un poco más grande a la fundación, donde hay un invernadero y se están preparando ya para marzo – abril, fecha en la que va a ser la reforestación. Por otro lado, se está tratando de educar a la comunidad, de ir a los colegios, de dar charlas y tratar de hacer que este proyecto siga creciendo en todo ámbito educacional, ligado con el medio ambiente.

©Facebook Fundación Punta de Lobos
©Facebook Fundación Punta de Lobos

¿Has visto algún cambio en las personas que viven en la zona y que la visitan, desde que se comenzaron a implementar las acciones de protección y futura reforestación de los cactus en punta de lobos por ejemplo?

100%. Al principio, la gente estaba súper escéptica del proyecto, muy desconfiada, no sabía si este proyecto en verdad era real, si realmente iba a proteger el lugar, los intereses comunes y eso ha ido cambiando cada día. Cada vez que converso con alguien veo que está más positivo de lo que estaba cuando empezó el proyecto; que la gente era muy desconfiada. Y eso es lo que decía yo en un principio: hacer una campaña y el tiempo va a dar la razón y los resultados. Hoy se puede decir con claridad que los resultados están visibles y que la gente ya está tomándole valor.

¿Qué otras iniciativas están impulsando en la zona?

Hartas charlas motivacionales a los niños, hemos traído también charlas a los pescadores locales. Por otro lado, yo también trabajo en Parley for the Oceans. Llevo tres años trabajando con ellos en campañas en las Islas Maldivas, en Isla de Pascua, y la idea de esto es poder reciclar la mayor cantidad de plástico. Hemos hecho cosas bien grandes a nivel nacional y la idea es tratar de motivar a la gente para que siga reciclando, hoy enfocado en el tema de la limpieza de las playas.

Una filosofía de vida

Ramon Navarro
Ramon Navarro ©Rodrigo Farías

¿Qué significa para ti la frase “mirar la vida desde otro punto de vista”?

Desde el día que empecé como surfista miro la vida desde otro punto de vista porque yo tenía el sueño de ser surfista profesional y tenía el impedimento que no tener el alcance económico para poder hacerlo. Tuve que mirar lo positivo porque yo ya tenía un conocimiento del mar porque mi familia era del mar, vengo de una familia de pescadores, tengo un contacto mucho más grande ahí.

Navarro ha sido elegido por Karün para ser su mensajero y usar sus anteojos de plásticos reciclados de Patagonia como una herramienta de inspiración para invitar a otros a mirar el mundo desde otro punto de vista, inspirando a más personas a ser parte de las soluciones sociales y medio ambientales que Chile necesita, tanto de la acción como de la educación.

©Rodrigo Farías
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