Un gato negro, con sus ojos verdes intensos, está mirando fijo a la cámara. Tiene un ave en el hocico. La había cazado hace unos minutos. Otro día, en una hora distinta, llega a su hogar un gato de colores claros con un roedor y lo deja en la puerta. Y en otro escenario, un gato distinto mantiene entre sus patas y en su perímetro una lagartija sin su cola y no la deja escapar. Todas son escenas que reflejan en fotografías un problema que se repite constantemente: la caza de fauna silvestre por parte de gatos domésticos (Felis silvestris catus).

Picaflor chico ©Rodrigo Silva
Picaflor chico ©Rodrigo Silva/Cortesía Fauna pal Gato

“Aunque en Chile existen pocos estudios al respecto, la literatura internacional indica que los gatos son excelentes cazadores, pudiendo cazar pequeños mamíferos, reptiles, anfibios, y aves pequeñas y medianas, tanto adultos como polluelos”, comenta Francisca Astorga, secretaria de la Asociación de Médicos Veterinarios Especialistas en Fauna Silvestre (Amevefas). Junto a esto y complementando con Constanza Napolitano, profesora Asociada al Departamento de Ciencias Biológicas y Biodiversidad de la Universidad de Los Lagos, explica que los gatos pueden transmitir enfermedades a la fauna silvestre. Además, dice, estudios indican que el olor a gato puede repeler algunas a algunas especies, ahuyentando o molestando a la fauna silvestre. 

En este sentido, la tenencia responsable toma cada vez más protagonismo como una medida de mitigación de los impactos de gatos domésticos en la fauna silvestre y también de cuidado de nuestras propias mascotas, con medidas que las favorezcan a ellas y a otras especies. Algo que se vincula también, con iniciativas de apoyo para educar y generar consciencia en la población.

¿A qué especies puede afectar un gato?

Diego Peñaloza, vocero del Colegio Médico Veterinario (Colmevet) y especialista en fauna silvestre, menciona que las aves cantoras o Passeriformes son las presas más comunes en la caza de gatos domésticos. En primavera, por ejemplo, los polluelos de esta familia, que incluye a chincoles, cachuditos, tórtolas o zorzales, entre muchos otros, se pueden ver afectados. Luego, cualquier tipo de largarto pequeño, serpientes o roedores, por mencionar algunos.

Cometocino de gay ©Rodrigo Silva
Gato y cometocino de gay ©Rodrigo Silva/Cortesía Fauna pal Gato

Algo que ha documentado el proyecto de ciencia ciudadana Fauna pal Gato, que busca recopilar información sobre este tema a partir de los registros de la población. Según explica su fundadora, Paula Maldonado, ingeniera en Recursos Naturales, desde que se lanzó el proyecto en 2019 han recibido cerca de 200 fotografías de cazas gatunas. Dentro de ellas, señala que los registros más importantes son de dos especies amenazadas. El primero es el picaflor de Juan Fernández (Sephanoides fernandensis), compartido por la ONG Oikonos, endémica de la isla Robinson Crusoe y catalogada como “en peligro crítico de extinción” de acuerdo con el Sistema de Clasificación de Especies de Chile y la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Luego, el Parque Metropolitano compartió un ataque a la lagartija de Gravenhorst (Liolaemus gravenhorstii), una especie endémica de la zona central de Chile, catalogada como “vulnerable”, según el sistema de clasificación chileno.

Picaflor de Juan Fernandez macho©Cabila Manríquez/ Oikonos
Picaflor de Juan Fernandez macho©Cabila Manríquez/ Oikonos

En este sentido, Astorga, de Amevefas, explica que las especies en categoría de conservación son más vulnerables, al tener poblaciones reducidas y bajo otras presiones de conservación: “Son preocupantes las especies como el picaflor de Juan Fernández, una especie bajo amenaza, donde cada uno de los individuos deberían estar muy protegidos. En estas circunstancias, los gatos pueden ser el punto de quiebre hacia la extinción”.

El director de proyectos para el Archipiélago de Juan Fernández de la ONG Oikonos, Héctor Gutiérrez, explica que en el poblado de San Juan Bautista de la Isla Robinson Crusoe los gatos domésticos sin dueños responsables afectan directamente no sólo al picaflor de Juan Fernández, sino que también a otra especie endémica, el cachudito de Juan Fernández (Anairetes fernandezianus). Además, en las islas Alejandro Selkirk y Robinson Crusoe también impactan los gatos asilvestrados, que acechan a aves marinas como la fardela blanca (Ardenna creatopus) clasificada como “vulnerable”, según la UICN, que sólo pisa la tierra para nidificar.

Imágenes de cámaras trampa en sitios de nidificación de la fardela-blanca,-ave-marina en peligro de extinción ©Oikonos
Imágenes de cámaras trampa en sitios de nidificación de la fardela blanca, ave marina en peligro de extinción ©Oikonos

Creemos que el efecto es mucho mayor en sitios de nidificación y en las zonas de alimentación. Por miles de años, las aves del archipiélago no tuvieron depredadores, y esto generó una conducta muy pasiva y curiosa. Aves como el picaflor de Juan Fernández se acercan mucho a las personas y las zonas bajas de arbustos y árboles, donde son presa fácil de gatos”, dice Gutiérrez.

Gato caza picaflor de Juan Fernandez macho©Cabila Manríquez/ Oikonos
Gato caza picaflor de Juan Fernandez macho©Cabila Manríquez/ Oikonos

Los impactos fuera de la caza

Tal como adelantó Astorga, existen otros tipos de impactos que se pueden considerar como “no-depredadores”. Por ejemplo, los olores, la competencia o las enfermedades. Que no cacen, no significa que no existan impactos.

Peñaloza, de Colmevet, señala que el más difícil de cuantificar -y que además no se ha estudiado en Chile- es el del desplazamiento de una especie por la presencia de gato doméstico como depredador. Por ejemplo, dice, “hay especies que necesitan lugares tranquilos para empollar y, al ver un depredador, buscan otros lugares”. Algo que complementan Astorga y Napolitano, quienes explican que las fecas, orinas, entre otros olores del gato, pueden repeler a especies, aumentar sus tiempos de vigilia, ahuyentar y molestar a la fauna.

Imágenes de cámaras trampa en sitios de nidificación de la fardela-blanca,-ave-marina en peligro de extinción ©Oikonos
Imágenes de cámaras trampa en sitios de nidificación de la fardela blanca, ave marina en peligro de extinción ©Oikonos

Por otro lado, en Chile se han realizado estudios sobre las enfermedades que se pueden transmitir entre el gato y la fauna silvestre. Por ejemplo, se han estudiado los patógenos en gatos domésticos vagabundos de las comunidades rurales del sur que pueden tener contacto con fauna silvestre y pueden ser vectores de enfermedades. Así también, otros trabajos se han enfocado en la infección por virus de inmunodeficiencia felina, de leucemia felina y otros patógenos en güiñas por posibles transmisiones entre especies con el gato doméstico.

Dueños responsables, fauna respetada

Sin duda, los gatos son de las mascotas más populares y queridas por la población. Según, la cifra de inscritos en el Registro Civil de Mascotas, a julio de 2020 habían cerca de 270 mil registrados. Una cifra que podría ascender considerablemente si se tiene en cuenta que no todos los dueños de mascotas han inscritos a sus felinos. De acuerdo a la encuesta CADEM “El Chile que viene”, publicada en mayo de 2019, cerca del 42% de los entrevistados no habían inscrito a sus mascotas, pero gran parte de ellos los considera como seres con un vínculo fuerte, declarando que son un miembro más de la familia. En este sentido, esto también implica ser dueños responsables y ser conscientes de todo lo que involucra a las mascotas.

Tórtola ©Isabel Cayul /Cortesía Funa pal Gato
Tórtola ©Isabel Cayul /Cortesía Fauna pal Gato

Sobre la consciencia de los impactos a la fauna silvestre, Maldonado, del Fauna pal Gato, dice que “todavía se tiene la idea del gato como mascota libre, independiente y que sale sin supervisión de los dueños, sin que sepan lo que hace en esos tiempos fuera de casa. Y si trae algún animal cazado, se asume que es parte de su instinto de caza, sin tener el entendimiento de que es responsabilidad de sus dueños lo que haga su mascota”.

Por otro lado, Gutiérrez, de Oikonos, explica que, en el caso de la comunidad de Juan Fernández, la gente es muy consciente del problema, sin embargo, “lograr tenencia responsable es aún un tremendo desafío. Muchas personas creen que los gatos deben andar suelo o que simplemente son la mejor solución para controlar una plaga de ratones. Si bien la comunidad es consciente, esto aún no se traduce en tomar acciones para disminuir el impacto de aves tan amenazadas como el picaflor de Juan Fernández”.

Gatos dentro de casa, cuidados y supervisados

Agustín Cartes, académico y miembro del Colmevet, abarca diferentes opciones. En caso de adoptar un gato desde los meses de vida, es clave enseñarles conductas en las etapas donde sensibilizan sus primeras formas de ejecutar el aprendizaje. Esto es, entre la séptima y la onceava etapa de vida, y se llama etapa de sociabilización.

“En este período es muy importante que el gato vea enriquecido el respeto de interacciones inter especie y entre especies. Ahora, dentro de este proceso, en general los individuos tienden a aprender ciertas conductas importantes. También es importante considerar el periodo que estuvo con su madre, porque ella enseña a cazar. Lo que podemos hacer es enseñarlos a socializar con otro individuo y evitar una respuesta futura como la caza”, dice.

©guvo59/ Pixabay
©guvo59/ Pixabay

En el caso de adoptar un gato mayor, el veterinario explica que se puede realizar una modificación conductual: “Desde el punto de vista clínico puede ser utilizado para impedir algunas conductas que pueda constituir un riesgo como la depredación de fauna silvestre. La conducta de caza es algo inherente a la especie, y no lo podemos restringir, pero lo que podemos hacer es enseñarles a cazar lo que nosotros queremos dentro de un contexto de juego: un ratón artificial, un premio que le demos nosotros, algo que le produzca la activación del centro de recompensa donde satisfaga esa necesidad de querer y a cazar algo fuera”.

En este sentido, dice, el enriquecimiento del hogar -cuyo tecnicismo más común es indoor– es esencial. Esto se relaciona con todo lo que potencie sus sentidos, otorgándole lugares, espacios y formas distintas de entregarles alimentación. Es también, a través del olfato y la audición que se le puede entregar un ambiente grato al gato que sea más atractivo que salir al medio externo.

©Katherine Lake/Pixabay
©Katherine Lake/Pixabay

Sobre el espacio, dice que “cerca de accesos importantes puede ser un buen lugar para poder establecer un micro- ambiente dentro del hogar para ese gato. Pese al movimiento, sea un lugar donde existe ciertas características de esa familia que hace que sea atractivo para el gato poder estar ahí”.

En este sentido, dice que si el gato tiene contacto con el medio externo, este debe ser con un acceso controlado por el dueño: “Los gatos de ambientes exclusivos outdoor tienen más riesgo de traumatismos, enfermedades contagiosas y de sufrir accidentes por parte de otros animales. Tener una vida indoor mixta, pero controlado, dentro y fuera supervisado, puede relacionarse como una buena alternativa para el gato doméstico”.

Sobre alternativas como los collares llamativos de gatos o los cascabeles, Cartes menciona que son más útiles desde el punto de vista del animal que podría ser depredado. Con cascabel, el gato pierde su capacidad de ser sigiloso. Astorga y Napolitano, por su lado, comentan que con estos implementos la caza sólo disminuye, y que es importante tener en cuenta que no se genera ningún daño al gato. Sin embargo, no sirven para proteger los nidos, aunque se pueden utilizar protecciones para los troncos.

Figura: Cea Chile
Figura: Cea Chile

Todas indicaciones que son claves para realizar y ser dueños informados y conscientes. Por el momento, la Ley de Tenencia Responsable 21.020, dice Astorga, “no aborda de manera concreta el impacto a la fauna. Por ejemplo, no se da suficiente relevancia al tema del confinamiento. En particular, es muy cuestionable promover estrategias como ‘atrapar, esterilizar y liberar’ y aceptar las colonias de gatos, porque el daño a la fauna se mantiene. Es más, lo peor es que permite que la gente piense que son buenas en la tenencia de gatos”. Con esto, explica, hay que tener en cuenta también todos los otros impactos que no necesariamente tienen que ver con la caza.

Así, dice Cartes,  al decidir adoptar una mascota, el eventual dueño debe informarse, estudiar y aconsejarse del comportamiento normal de la especie y cuáles son los objetivos que se buscan de una mascota porque la convivencia se relaciona con un equilibrio que los beneficie a todos. Es decir, no esperar tener un gato que simplemente sea un peluche, sino que es un ser sintiente.

©Baklava/Pixabay
©Baklava/Pixabay

Por otro lado, dice Gutiérrez, “tenemos que crear e implementar soluciones en conjunto con la comunidad. No basta con decir que debemos tener dueños responsables, si no que tenemos que apoyar y educar a las personas para que sean conscientes y tomen medidas de acuerdo con sus posibilidades”. En esta línea, por el momento se puede acceder también a iniciativas público – privadas, como las realizadas por algunos de quienes se adjudican los Fondos de Tenencia Responsable que van en la línea de educación de la población.

En este sentido, explican Astorga y Napolitano, es importante entender que la tenencia responsable implica hacerse cargo de los daños que puedan provocar nuestras mascotas a otras personas y animales, como la fauna silvestre, no naturalizando que nuestros gatos cacen o ignorando sus impactos indirectos y no letales. “Estamos introduciendo un animal exótico a un lugar donde existen otros animales. Es nuestra responsabilidad proteger a las especies que potencialmente estén afectadas”, dice Astorga.

Todo esto, teniendo en cuenta que podemos convivir todos cuando somos preventivos, disminuyendo enfermedades físicas, educando a nuestras mascotas y evitando la caza a la fauna silvestre.

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