En el contexto de la 25º edición de la Conferencia de las Partes, salen a la luz las medidas que se han hecho a nivel nacional para mitigar los efectos del cambio climático. Sobretodo los compromisos que se han hecho en el marco del Acuerdo de París y el Protocolo de Kioto, sobre la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Particularmente en nuestro país es un tema a tomar en cuenta porque en 2016, el 78% de las emisiones de GEI fue producido por el sector de energía, gracias al consumo de carbón mineral y diésel para la generación eléctrica y el consumo de combustibles líquidos en el transporte.

El año en el que Chile ratificó el Acuerdo de París, en la COP21, presentó además la Contribución Nacional Tentativa de Chile (INDC), que menciona alguna de las metas a tomar para combatir el cambio climático y sus efectos. Si bien este es un documento planteado como un anteproyecto que busca establecer una versión definitiva del acuerdo voluntario de Contribuciones Nacionales Determinadas -el que acaba de terminar su consulta ciudadana-, sí se propone reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en un 30% por unidad de Producto Interno Bruto (PIB) al año 2030.

Una de las medidas que se anunció para disminuir la emisión de Gases de Efecto Invernadero fue el plan de descarbonización de la matriz energética, que busca erradicar completamente las instalaciones que funcionen a carbón para 2040, partiendo por las ocho más antiguas para 2024, ubicadas en las comunas de Iquique, Tocopilla, Punchuncaví y Coronel y que representan el 19% de la capacidad de todas las centrales a carbón en Chile.

“El plan de cierre anticipado de las termoeléctricas que funcionan en base a carbón es una medida que apunta en la dirección correcta. Prácticamente un tercio de todas las emisiones de gases de efecto invernadero en Chile son generadas por las 23 centrales de este tipo por lo que su cierre es un importante paso hacia la descarbonización de la matriz energética. Por supuesto, a todos nos gustaría que el cierre se adelantara y se realizara antes del 2040, y existen buenas posibilidades de que se pueda hacer. Dado que el país es rico en energías renovables, confío en que en poco años se pueda anunciar  una aceleración del calendario de cierre de las termoeléctricas en Chile”, dijo a Ladera Sur Raúl Cordero, experto en cambio climático y líder del grupo de investigación Antártica de la Universidad de Santiago (USACH).

Sobre este mismo tema habló en el tercer conversatorio de Ladera Sur en 2019, Darío Morales, director de Estudios de la Asociación Chilena de Energías Renovables (ACERA A.G.), quien cree que el plan es positivo desde la perspectiva de que hace 13 años nadie hablaba de energías renovables. Sin embargo, dijo que puede ser ambicioso, precisando además el concepto de descarbonización: “Lo que tenemos es un plan de cierre de las centrales a carbón, no tenemos un plan de descarbonización. Y entonces, desde esa perspectiva, hoy la dimensión ingenieril ya no sirve necesariamente como excusa para decir que ya no podemos tener una matriz eléctrica descarbonizada. Desde la perspectiva ingenieril es factible. Los costos son mas baratos, la tecnología se esta habilitando rápidamente, van a aparecer los sistemas de almacenamiento; tenemos una diversidad energética que nos permite aprovechar las bondades de las energías renovables”.

Cortesía Fundación Terram
Cortesía Fundación Terram

Por otro lado, el Programa Chile Sustentable, una iniciativa de organizaciones ecologistas, activistas, académicos, profesionales y ciudadanos que buscan cambiar el paradigma de desarrollo en Chile, han desarrollado varios documentos refiriéndose a este plan y sus implicancias. En uno de ellos, destacan que luego del cierre de las primeras 8 termoeléctricas, no existe un cronograma específico de retiro, sino que se basa en la voluntad de las empresas. Además, señalan que si bien el compromiso de carbono neutral -el cual está de la mano con el compromiso del Acuerdo de París- a 2050 es una aspiración, “el presidente no presentó ningún plan, ni programa concreto para lograr dicha neutralidad”.

“No incluye políticas, programas, ni acciones concretas para lograr la descarbonización, salvo en lo referido al retiro y desconexión de centrales termoeléctricas en base a carbón. Sin embargo, el anuncio de los alcances de esta acción resulta totalmente insuficiente para avanzar hacia la carbono neutralidad, dado que está referida al retiro de sólo 8 termoeléctricas a carbón, entre 2019 y 2025, las que corresponden a una capacidad instalada de alrededor de 1.000 mega watts, de un parque carbonero de 5.200 mega watts; al cual hay que sumar la recién inaugurada termoeléctrica a carbón, “Infraestructura Energética Mejillones” de la empresa francesa Engie, con la cual se incrementó en 375 mega watts adicionales el parque carbonero del país, con el correspondiente aumento de emisiones de CO2”, dicen en el documento del Programa Chile Sustentable. De hecho, desde esta organización elaboraron un estudio estudio en los que evalúan la descarbonización de la matriz para 2030.

Planta fotovoltaica El Romero Solar, ubicada en la comuna de Vallenar, Región de Atacama. Una de las diez mayores instalaciones fotovoltáicas en el mundo y la mayor de Latinoamérica.
Planta fotovoltaica El Romero Solar, ubicada en la comuna de Vallenar, Región de Atacama. Una de las diez mayores instalaciones fotovoltáicas en el mundo y la mayor de Latinoamérica.

José Opazo, investigador del Núcleo Milenio en Energía y Sociedad (NUMIES), también presente en el conversatorio de Ladera Sur, categorizó: “El plan de descarbonización es lo que los grupos llaman business as usual –negocios como los sabemos hacer-. Las centrales a carbón no tienen ningún sentido económico de aquí al 2040, van a estar perdiendo plata”. A lo que agregó: “Tenemos que salir de esa perspectiva. Y salir de esa perspectiva es decir: `tenemos que cerrar todas las centrales a carbón’”.

De hecho, cuando se hizo el anuncio del plan, Ricardo Bosshard, director de WWF Chile valoró la iniaciativa, pero dijo que todavía puede ser más ambiciosa: “Este es el momento de la audacia climática, de empujar los límites de lo posible porque la ciencia nos dice claramente que con los compromisos de hoy no logramos mantener al planeta bajo 1,5°C. (…) Es clave que este Plan de Descarbonización pueda ir revisándose y ajustando sus fechas, como lo indicó el Presidente. Debemos tener una matriz energética con 100% renovables al 2030”.

“La mejor forma de mejorar un plan de descarbonización es acelerándolo. Sin embargo, hace un año, Chile no tenia un plan de descarbonización. Hoy lo tiene y el que tiene es razonablemente compatible con el objetivo del acuerdo de París. Al tratarse de un plan mas ambicioso de lo que parece, existe riesgo de que se retrase en esta o futuras administraciones. Por eso mi llamado a la sociedad civil es que se mantenga vigilante para el calendario anunciado se cumpla”, dijo Raúl Cordero.

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