Sin duda una imagen que impacta a nivel mundial es ver animales atropellados en las carreteras. Si bien no hay un catastro oficial a nivel mundial, sólo en Estados Unidos se estima que aproximadamente 1 millón de animales son atropellados diariamente. Y para acercar esta cifra más a nivel nacional, aunque tampoco hay un número oficial del Ministerio del Medio Ambiente, la iniciativa Fauna Impactada en carreteras y calles de Chile, que cuenta con una red de colaboradores a lo largo de todo el país, estima que en entre 2018 y este año, hubo cerca de 1.700 atropellos. Sin embargo, aclaran que esta cifra puede estar subestimada porque, sobretodo en las aves, existen especies carroñeras que se alimentan de las que fueron atropelladas.

Es por eso que para preservar el ecosistema y mantener la biodiversidad, en muchos países del mundo han creado ecoductos y cruces de animales en sus carreteras.

Los ecoductos son “puentes verdes” que funcionan como pasos de fauna construidos sobre obras lineales como autopistas. Su construcción ayuda a evitar la fragmentación de hábitats y el atropello de animales. Es muy importante en su construcción que la vegetación en su superficie sea similar a los hábitats de los alrededores, además que deben construirse de tal manera que se proteja a los animales de ruidos e incomodidades que produzca el paso de autos por la carretera.

Natuurbrug Zanderij Crailoo. Goois Natuurreservaat
Natuurbrug Zanderij Crailoo. ©Goois Natuurreservaat

Hasta ahora, el ecoducto más grande del mundo se llama Natuurbrug Zanderij Crailo, y terminó su construcción en 2006, en los Países Bajos. Específicamente está en la Reserva Natural Beverly Hills, en la provincia de Noord-Holland. ¿Qué lo hace tan particular? Sus 50 metros de ancho y 800 metros de longitud, extendiéndose por una línea de ferrocarril, un parque empresarial, un río, una carretera y un complejo deportivo.

Además de los ecoductos, en muchos países se han creado distintas alternativas para que animales puedan cruzar carreteras u otras infraestructuras. Por ejemplo, en Japón, un grupo de compañías de ferrocarril se unieron para instalar un cruce de tortugas en sus líneas para que pueden cruzar los rieles del tren. También, en Australia, específicamente en Isla Navidad, instalaron pasos elevados, caminos y túneles, además de otras iniciativas para ayudar a los cangrejos rojos en su migración. Otras iniciativas que se han implementado han sido túneles para salamandras, puentes para monos, pasos subterráneos de elefantes y túneles para sapos. Aquí puedes ver más.

©Henkmuller
©Henkmuller

El caso chileno

Según la iniciativa Fauna Impactada de las carreteras y calles de Chile, entre las especies más afectadas están algunas aves rapaces nocturnas –como la lechuza con 400 atropellos- y diurnas. A ellos se suman el zorro culpeo, el zorro chilla, la güiña, el gato colo colo, el quique, el chinque, el piche y, dentro de los reptiles, la culebra de cola larga. En las redes sociales de esta iniciativa, se puede ver cómo los colaboradores suben todos los días fotos de más y más animales fallecidos en las calles.

“La construcción de ecoductos podrían ser una solución viable, cuyo éxito ya se ha comprobado en países con larga trayectoria en esta área de estudio (Ecología de carreteras) cómo España, Holanda, Canadá, Francia y los Países Bajos. Los mismos podrían ser desarrollados en llanuras de desierto costero de Atacama para favorecer el desplazamiento de guanacos y en zonas de bosque en la zona centro-sur  y sur de Chile para carnívoros y hervíboros cómo el pudú que también es atropellado. Otras zonas con gran número de atropellos que debiese priorizarse para desarrollar infraestructuras de este tipo son en la Patagonia, especialmente entre Punta Arenas y Puerto Natales. Por otra parte, a pesar del conocimiento que se tiene en este tema en el extranjero, en Chile el tema no se había abordado, por lo que no se cuenta con este tipo de experiencias”, explica a Ladera Sur Víctor Bravo, uno de los creadores de Fauna Impactada. 

© Luis Vasquez Valerio
© Luis Vasquez Valerio

Lo más cercano a los ecoductos que se está haciendo hasta el minuto es una licitación del Departamento de Medio Ambiente y Territorio de la División de Ingeniería, del Departamento de Vialidad, del Ministerio de Obras Públicas, que busca la realización de un “Estudio Básico Diseño de Medidas Ambientales para Minimizar el Impacto de Fragmentación Ecológica por Proyectos Viales». Esta licitación fue adjudicada en junio pasado al Centro de Gestión Ambiental y Biodiversidad de la Universidad de Chile y busca modelos de acciones del extranjero para eventualmente implementarse en Chile y disminuir la pérdida de fauna por atropellos.

Mientras tanto, Bravo explica que algunas de las medidas aplicadas para disminuir atropellos en nuestro país son los reductores de velocidad asociados con una señalética vertical que tenga la fauna que se encuentra en ruta, y reflectores que funcionan reflejando la luz hacia el interior de los bosques de los focos de los vehículos durante la noche. “Otras medidas que podrían funcionar, son la instalación de cámaras de seguridad para la medición de velocidad, especialmente en zonas alrededor o dentro de las unidades del Servicio Nacional de Áreas Silvestres Protegidas por el Estado (SNASPE). Evitar también alimentar a fauna silvestre y lograr que en ciertos tramos y horarios se pueda disminuir la velocidad, ya que también está demostrado la capacidad de reacción de un conductor ante la presencia de fauna en carreteras”, agrega.

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