Pasarelas Verdes San Borja: un proyecto ciudadano
Hoy en LS, nuestros colaboradores Diego Ortúzar y Cristián Olivi nos cuentan sobre un nuevo proyecto urbano: Las Pasarelas Verdes en la Remodelación San Borja.
Pasarelas Verdes es una iniciativa que se creó el 2013 por un grupo de estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile. El proyecto tiene por objetivo convertir las pasarelas de la Remodelación San Borja en espacio público, abierto e integrado a la trama urbana de Santiago.
Entrevistamos al equipo de Pasarelas Verdes para entender en profundidad el proyecto y su intención. Aquí toda la información para entender este gran proyecto ciudadano.
Pasarelas Remodelación San Borja
Ubicación: Avda. Portugal 38, 51, Santiago, Región Metropolitana.
Autores: Equipo Pasarelas Verdes -Henry Bauer, Gabriela Alfaro, Kim Díaz, Diego Figueroa, Pascuala Beckett, Daniela Venegas, Alejandro Masferrer y José Orrego-
Superficie Intervenida: 920m2 -la parte intervenida hasta ahora- superficie total factible de intervenir 2.800m2
Año Proyecto: 2013
Año Intervenciones: 2014-2015
Material gráfico de los autores
Proyecto
Entre las razones que motivan este sueño cabe destacar:
1.- Aprovechar el potencial que tienen las pasarelas, es decir, su excelente ubicación, el buen estado en que se encuentra la estructura y como no pertenecen “a nadie”, el límite para intervenirlas es la imaginación.
2.- San Borja tiene valor patrimonial, por lo tanto su remodelación también. Estas pasarelas fueron construidas en una época que se priorizaba el urbanismo y existían políticas de estado que fomentaban y financiaban proyectos integrales que hoy en día son impensables.
3.-Cumplir con el rol social de la Universidad Chile y dotar de sentido práctico el conocimiento y principios adquiridos en los años de formación.
¿Cómo nace la idea de re-habilitar estas estructuras?
El equipo de Pasarelas Verdes se conoció en otoño del 2013 cursando el mismo taller de Diseño Arquitectónico, dirigido por Rodrigo Toro y Henry Bauer. Este taller abordó como tema la Remodelación San Borja durante todo un año y como resultado de la entrega final, apareció una propuesta que consiste en transformar las pasarelas de dicha remodelación en espacio público y de recreación, cuyo programa consistía principalmente en un “parque elevado” (ver imágenes 01 y 02).
En una reunión informal -asado final de taller- se decidió que había que hacer algo con las pasarelas, el lugar tenía mucho potencial y posibilidades reales de ser intervenido. Por lo tanto, se postuló al “fondo azul” de la Universidad de Chile y el equipo se lo adjudicó y pudimos comenzar con el proyecto Pasarelas Verdes.
¿Cómo fue la aproximación entre la historia de las pasarelas y el proyecto? ¿De qué manera esta influye?
La historia de las pasarelas de la Remodelación San Borja es determinante, ya que estas están concebidas como espacio público de uso exclusivo del peatón -separadas del nivel de la calle y de accesibilidad universal- Además, se constituyen como una red para conectar las torres y el bloque comercial entre sí. Por otra parte, en la actualidad, están igual que cuando se construyeron en la década del 70’ -excepto las rejas que hoy cierran todos los accesos- con un sector para huerto y (o) jardín en altura. Entonces, si se considera el precedente histórico que señala su vocación de espacio público y a esto se suma su ubicación privilegiada dentro de la ciudad y la conformación espacial que permite otra perspectiva del medio urbano, no cabe ninguna duda de la intervención que está realizando Pasarelas Verdes.
¿Qué estrategias de diseño pensaron para este proyecto?
Lo primero es hacer conocido el lugar y su potencial, que la gente se enamore y obsesione -al igual que nosotros- con las pasarelas, para conseguir la “validación y el respaldo ciudadano». Lo que finalmente nos ha permitido presentar el proyecto, con muy buena acogida, a la Municipalidad de Santiago.
Con el propósito de dar a conocer el lugar, pensamos en acciones de “bajo costo y alto impacto”. Es por esto, que por medio del “fondo azul” compramos mobiliario que nos permitiera hacer más acogedor el lugar; además, recibimos donaciones de plantas de la CONAF, de vecinos y de todo aquél que quisiera sumarse a esta iniciativa. Con ello, armamos dos jornadas de “plantado y jardineo comunitario”. Luego, empezamos con las “jornadas musicales en las pasarelas” y cerramos ahora con el día del patrimonio. Todas las actividades han ido sumando gente progresivamente y creo que podemos considerar completa la Fase Uno: sociabilización del proyecto, en la que no solo se apuntó a mostrar el potencial del lugar a la ciudadanía, sino también a las autoridades de la comuna para que se considere dentro del presupuesto municipal intervenir las pasarelas. Una vez que obtengamos respuesta del municipio podremos dar inicio a la Fase Dos: diseño de proyecto de arquitectura; que hasta el momento solo tenemos los lineamientos generales.
¿En qué consiste el programa del proyecto?
En crear un espacio público. Apuntamos a tener un “parque elevado”, tipo high line de Nueva York, pero contextualizado a la escala de las pasarelas, considerando su ubicación y la posibilidad de conectar el GAM y el barrio Lastarria con el Parque San Borja a través de un paseo peatonal elevado con espacios verdes. Eventualmente queremos agregar programas como “café literario”, pero eso no está definido aún. Hay mucho espacio sobre las pasarelas; sin embargo, habría que tener un debate serio sobre qué es pertinente instalar encima que sea distinto de la idea de parque, y nosotros no lo hemos pensado todavía.
¿En qué consiste la propuesta -proyecto- de paisaje?
De momento, solo consiste en hacer uso del espacio y transformarlo en un lugar más acogedor. En todo caso, la manera en que hemos ido plantando –colaborativamente- posibilita que más gente se sienta parte del proyecto al llevar sus plantas u ofrecerse para regar y mantener el lugar. Es la forma de hacer un nexo entre el lugar y las personas.
¿Qué especies vegetales fueron las principales que ocuparon?
De momento las especies vegetales no responden a ninguna lógica más que a lo que hemos podido conseguir a través de las donaciones -quebrachos, espinos, colas de zorro, ciruelos, tomates, yuca, flores, rosales, etc.- Nosotros nos hemos preocupado de plantar legumbres para mejorar calidad del suelo y al parecer funciona, porque las plantas están en buen estado y las regamos solo dos veces por semana.
¿Tuvieron algún referente para este encargo, algún proyecto que los haya inspirado?
El high line de Nueva York es el referente inmediato y preciso, desde el proceso de gestión -salvar una infraestructura en desuso, en excelente estado y con un alto valor histórico e identitario- como en el resultado esperado en términos de diseño de la intervención de las pasarelas. Con esto no nos referimos meramente a la estética, sino que a la funcionalidad, pertinencia -climática, de contexto, etc.- y éxito -uso masivo- del proyecto.
¿Qué fue lo que más te motivo de este encargo?
Que no fue un encargo, sino que se originó desde nuestras propias inquietudes, las que se vieron validadas y pertinentes a través de la aprobación ciudadana. Cuando alguien nos dice: “lo están haciendo bien”, “no entiendo por qué las pasarelas lleven tanto tiempo cerradas”, “creo en su proyecto cuenten con mi apoyo”, o cuando vemos llegar a la gente con sus plantas y (o) semillas a jardinear, creo que eso es lo que más nos motiva. Pensar que nos planteamos ante la labor del arquitecto con “sentido común” y no desde la posición del “súper creador y dueño de la verdad”.