La comuna de Ovalle, en la Región de Coquimbo, es la cuna de una de las áreas protegidas más emblemáticas del norte de Chile. Con cerca de 9 mil hectáreas, el Parque Nacional Bosque Fray Jorge se destaca por su bosque relicto, el cual abarca 220 hectáreas como vestigio de una vegetación que se remonta al Terciario temprano (periodo que comenzó luego de la extinción de los dinosaurios, hace 65 millones de años), y que fue declarado por la UNESCO en 1974 como reserva de la biósfera, la única que existe en la costa semiárida del país.

Por ello, la reciente idea de concesionar terrenos al interior del parque generó el rotundo rechazo por parte de las comunidades agrícolas locales, postura que reafirmaron ayer miércoles en la Gobernación de Limarí, en el marco de la reunión del comité de gestión de la reserva. La jornada, que contó también con la participación de representantes de organismos como la Municipalidad de Ovalle y CONAF, culminó con la propuesta del alcalde Claudio Rentería, de elaborar un plan para un nuevo tipo de administración.

El acuerdo fue valorado por los vecinos. “Con esta reunión dimos un paso más firme, donde hay un compromiso de las autoridades regionales y locales de apoyar nuestra propuesta. Nosotros buscamos solucionar los problemas que tiene el parque nacional, principalmente el presupuesto y la falta de personal”, expresó Salvador Velásquez, representante del Comité de Gestión de la Reserva de la Biosfera y del Consejo Consultivo del PN Bosque Fray Jorge.

©DigitalPro
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En la misma línea, Francisco Squeo, científico del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y académico de la Universidad de La Serena, recalcó que “sólo el 0,37% de la superficie de la Región de Coquimbo corresponde a áreas protegidas del Estado, y no hay más territorio público donde crear nuevas áreas protegidas”. Sobre esto añadió que la intención es que la reserva de la biósfera, dentro de sus 133 mil hectáreas, «genere nuevos núcleos de protección en territorios privados, incorporando con más fuerza a los actores locales, para desarrollar iniciativas de conservación y uso sostenible de los recursos, como el turismo de intereses especiales”.

De esta manera, el próximo 15 de febrero se realizará un taller que, según el edil de Ovalle, tendrá como objetivo “hacer una propuesta al Estado de Chile y a las instituciones involucradas para que, por favor, nos den la posibilidad, a través de este plan piloto, de poder generar espacios para una buena y sana administración, que es lo que queremos los ovallinos”.

Laboratorio natural

©Pablo Necochea
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Si bien Coquimbo ha experimentado un fuerte desarrollo de industrias como la minera, agrícola e inmobiliaria, hay un aspecto poco conocido: constituye una de las 34 áreas de mayor biodiversidad a nivel mundial (conocido como hotspot). Para hacerse una idea, alrededor del 54% de las plantas son endémicas de Chile, es decir, sólo se encuentran en este rincón del planeta.

En ese sentido, Fray Jorge se ha erigido como otro “punto caliente” de biodiversidad dentro de la región. Sin embargo, no está exento de dificultades y amenazas como la falta de recursos, poca dotación de personal, turismo masivo que sobrepase su capacidad de carga, alto riesgo de incendios forestales, entre otros. Por ello las comunidades aledañas han apostado por el desarrollo de un modelo de turismo sustentable en torno al área. “Hemos trabajado como dirigentes, durante años, para que este pulmón verde se conserve y no se intervenga”, expresó Guillermina Valdivia, representante de comunidades agrícolas y miembro del Comité de Gestión de la Reserva.

©Julio Gutiérrez Camus
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Por otro lado, las particularidades del parque nacional no sólo le han otorgado un enorme valor cultural y turístico, sino también científico. “Fray Jorge es una muestra bien conservada de la vegetación que había antes de que llegaran los españoles”, detalló Squeo sobre el único lugar de Sudamérica que ha sido investigado de forma permanente durante casi 30 años, formando parte de la Red Internacional de Estudios Socio-ecológicos y Ecológicos de Largo Plazo (LTSER, por sus siglas en inglés).

“Es el sitio de estudio de largo plazo con más años en el hemisferio sur. Desde 1989 hemos trabajado dentro del parque nacional, generando mucha información científica. Asimismo, durante décadas, este lugar ha formado a renombrados científicos, tanto chilenos como extranjeros”, agregó.

©Natalie Becerra
©Natalie Becerra

El parque cuenta con una moderna estación científica para estudiar la biodiversidad (como plantas, artrópodos, aves, pequeños mamíferos y sus depredadores), y para monitorear fenómenos como el cambio climático y El Niño. “Nuestro compromiso es contribuir, desde nuestro conocimiento, a la planificación ecoregional y al manejo de áreas protegidas. Además, como IEB estamos trabajando en la actualización del plan de manejo del parque. Para la ciencia es importante publicar estudios, pero también ayudar a la toma de decisiones”, sentenció Squeo.

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