Muchas historias dieron origen a la historia que está por comenzar. Mientras avanzamos en un auto alquilado, bajo el sol de un mediodía de fines de invierno, y el guardaparques nos enumera todas las geoformas que estamos por conocer, pienso en el inicio de todo: en los magistrales procesos geológicos que dieron forma a nuestro planeta y los esfuerzos de hombres y mujeres por entenderlos.

La geoforma conocida como la esfinge en agosto del 2025, en el Parque Provincial Ischigualasto, Departamento Valle Fértil,San Juan, Argentina.
La geoforma conocida como la esfinge en agosto del 2025, en el Parque Provincial Ischigualasto, Departamento Valle Fértil, San Juan, Argentina. Créditos Mario De Fina

Antes de que estas tierras fueran un ícono turístico que atrae a miles de personas al año -y hasta a la banda Coldplay, que lo eligió para presentar su último disco- intrépidos paleontólogos tuvieron que descubrir sus fósiles en busca de gloria. Pero primero tuvieron que existir los seres vivos más peligrosos que habitaron la Tierra: cuando esto era una sabana llena de vida, reinaban los dinosaurios.

“Ischigualasto es un vocablo que proviene del pueblo originario diaguita que habitaba la zona. La terminación asto significa ‘pueblo de’; no conocemos la primera parte, hay muchas teorías, pero la más aceptada es ‘lugar sin vida’”, explica Alejandro Sosa, guardaparques, mientras nos acercamos al Valle Pintado, el inicio del circuito tradicional que propone el parque.

Desde acá arriba se pueden observar todas las edades geológicas. Cuando comenzaron a evolucionar los primeros dinosaurios, esta zona era una cuenca con ríos y lagos que acumulaban sedimentos y fosilizaban los restos de los animales. “La placa tectónica de Nazca, que está bajo el Pacífico, hace unos 60 millones de años choca con la placa de Sudamérica y empieza a empujar hacia arriba, en un proceso conocido como subducción. Esto genera la Cordillera de Los Andes, por un lado, y por el otro, hace
aflorar todos estos fósiles nuevamente”, dice Alejandro en su camino a la vista panorámica del Valle.

La geoforma conocida como el submarino en agosto del 2025, en el Parque Provincial Ischigualasto, Departamento Valle Fértil, San Juan, Argentina.
La geoforma conocida como el submarino en agosto del 2025, en el Parque Provincial Ischigualasto, Departamento Valle Fértil, San Juan, Argentina. Créditos Mario De Fina

Si condensamos los 4.400 millones de años de historia de la Tierra en un solo año terrestre (con un día equivalente a 12 millones de años) podemos asegurar que la vida surgió a mediados de febrero, y los primeros dinosaurios el 11 de diciembre, en el periodo conocido como Triásico. Aunque parece cercano, en realidad ocurrió hace unos 230 millones de años: un pasado remoto, pero no tanto si lo pensamos dentro de la evolución del planeta. Siguiendo con este razonamiento, la Cordillera de los Andes
comienza a surgir para Nochebuena, mientras que nosotros, los Homo sapiens, llegamos a esta historia tan solo dos minutos antes de la medianoche del Año Nuevo.

Para Carina Colombi, doctora en Ciencias Geológicas por la Universidad Nacional de San Juan, la paleontología se asemeja a una receta de cocina o, al menos, hay determinados ingredientes que resultan indispensables para tener éxito: “Imaginate a los fósiles como las nueces que ponés en las capas de crema de una torta. Si son poquitas, cuando cortás una porción capaz no te toca ninguna. Pero si le sacás el bizcochuelo y ves las nueces, es más fácil encontrarlas”. Y continúa con la enumeración de su “pastel jurásico” preferido: “Necesitamos que, al morir el dinosaurio, se entierre rápido para evitar a los carroñeros; tener una estación seca para que no se disuelvan los huesos; quedar enterrado millones de años; que se levanten en un proceso geológico; y, por último y más importante, que un paleontólogo los encuentre y los saque con el mayor cuidado para llevarlos al museo y que la pieza quede intacta”.

Para el guardaparques Sosa, si continúanos con la analogía culinaria, la irrupción de estos fósiles se asemeja a unas galletas. “Esto que ves acá es como si fuese un paquete de galletas. A medida que la Cordillera va tomando altura, el paquete se vuelca, las galletas se desplazan y quedan superpuestas una al lado de la otra”, explica para que se entienda fácilmente por qué en el Parque habitan los tres niveles de un periodo de 50 millones de años. “La formación sedimentaria más antigua se llama Los Rastros, que es la de color oscuro que se ve en altura con un poco de vegetación. La segunda formación se llama Ischigualasto, es lo que se ve más clarito y sin vegetación, es la más importante porque en ella se encontraron el 90% de los fósiles, y marca la edad crucial del surgimiento de los primeros dinosaurios. La tercera es Los Colorados, las barrancas que se ven en el fondo, y es la más reciente de todas”.

En el resto del paneta, las formaciones están apiladas una encima de la otra y sepultadas a kilómetros de profundidad. Lo que vuelve único a Ischigualasto es que acá se pueden ver y tocar.

Una turista observa una excavación en el Museo De Sitio “Dr. William Sill” en agosto del 2025, en el Parque Provincial Ischigualasto, Departamento Valle Fértil, San Juan, Argentina.
Una turista observa una excavación en el Museo De Sitio “Dr. William Sill” en agosto del 2025, en el Parque Provincial Ischigualasto, Departamento Valle Fértil, San Juan, Argentina. Créditos Mario De Fina

Las primeras expediciones

“Era una época en la que se venían haciendo exploraciones geológicas de hidrocarburos, pero no esperaban encontrar todo lo que hallaron después”, recuerda el guardaparques en nuestro viaje a la segunda parada del circuito. Uno de los hidrocarburos más antiguos empleados por la humanidad es el carbón mineral y la Revolución Industrial lo convirtió en el principal recurso energético: las minas se multiplicaron y con ellas los mineros que cavaban en las entrañas de la Tierra para encontrar el preciado mineral. Así también comenzaron a hallar objetos que desconocían, fósiles de vegetales y de animales que descansaban en lo profundo, hace millones de años.

Cuanto más hondo cavaban, más habitual era que aparecieran gigantescos huesos y que rápidamente se volvieran apreciados por coleccionistas. De esta manera, la explotación del carbón fue de la mano de los fósiles que despertaron la curiosidad de naturalistas y geólogos por entender nuestros orígenes.

“A Ischigualasto lo descubren porque estaban buscando carbón en la época de Domingo Sarmiento”, recuerda Colombi, especialista en paleoecosistemas del Triásico y Jurásico. En 1870, el entonces presidente argentino (de origen sanjuanino) sancionó la Ley 884, que otorgaba un premio de “25 mil pesos fuertes” a quien “descubra una mina de carbón de piedra para ser explotada”. Un año más tarde, llegó a Córdoba el aleman Alfred Stelzner para asumir como profesor de Mineralogía en la Academia Nacional de Ciencias en Córdoba. A él le debemos el primer mapa geológico del noroeste y fue también el primero en descubrir fósiles marinos en San Juan.

Un guanaco al ingreso del Parque en agosto del 2025, en el Parque Provincial Ischigualasto, Departamento Valle Fértil,San Juan, Argentina.
Un guanaco al ingreso del Parque en agosto del 2025, en el Parque Provincial Ischigualasto, Departamento Valle Fértil, San Juan, Argentina. Créditos Mario De Fina

La calidad del carbón encontrada a principios del siglo XX en la formación Los Rastros no era la esperada y la explotación se detuvo: “Se revela como de calidad inferior, es pesado, no arde bien y deja mucha ceniza”, detallaba un estudio de 1949. Pero fue en esas minas en las que el geólogo Vicente Rigal descubrió las primeras huellas de verbetrados cuadrúpedos e invitó a examinarlas al célebre paleóntologo alemán Friedrich von Huene. Para 1931, Von Huene denominó a las icnitas de reptil como Rigalites ischigualastianus, en honor a su colega, y fueron estas las que dieron inicio en el país a la investigación sobre tetrápodos triásicos.

El Parque Jurásico

Antes de que acá se descubrieran los fósiles de dinosaurios, los lugareños ya reconocían su singularidad. En la localidad de Baldecitos -pueblo de cincuenta habitantes lindante al parque- había una humilde morada que sobresalía del resto. Una casa hecha de piedra, barro y mica con vigas y columnas de algarrobo, donde vivía el baqueano Victorino Herrera junto a su esposa. Fue su curiosidad el motor de todo lo que hoy vemos acá.

Cuando un equipo de la Universidad Nacional de Tucumán, financiado por el entonces recién creado Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), llegó en 1959 a Ischigualasto para realizar una expedición científica, fue Victorino Herrera quien los guio hasta los fósiles de un increíble dinosaurio, uno de los más primitivos de los que se tenga registro. Fue bautizado en su honor como Herrerasaurus ischigualastensis, habitante de estas tierras hace 231 millones de años. “Los dinosaurios que encontramos acá son todos más o menos parecidos entre sí, porque son de los primeros que existieron. No son tan diferentes como uno está acostumbrado a ver en la película Jurassic Park, cuanto más cercano está el ancestro común, más parecidos son todos”, afirma la investigadora Colombi.

La geoforma conocida como el hongo en agosto del 2025, en el Parque Provincial Ischigualasto, Departamento Valle Fértil, San Juan, Argentina.
La geoforma conocida como el hongo en agosto del 2025, en el Parque Provincial Ischigualasto, Departamento Valle Fértil, San Juan, Argentina. Créditos Mario De Fina

“Años más tarde y por esas cuestiones de la vida, llega un norteamericano llamado William Sill, graduado de la Universidad de Harvard. Se quedó, no volvió más a Estados Unidos. El museo del Parque lleva su nombre porque en 1971 convence al entonces gobernador de la provincia de San Juan, que también era paleontólogo, para crear el Parque. Finalmente, el 3 de noviembre de ese año se crea el Parque Provincial Ischigualasto”, rememora Juan Pablo Teja Godoy, su actual coordinador, desde su oficina en la capital de la provincia, a 330 kilómetros.

La geoforma conocida como el submarino en agosto del 2025, en el Parque Provincial Ischigualasto, Departamento Valle Fértil, San Juan, Argentina.
La geoforma conocida como el submarino en agosto del 2025, en el Parque Provincial Ischigualasto, Departamento Valle Fértil, San Juan, Argentina. Créditos Mario De Fina

El parque, donde trabajan 90 personas, se expande por 63 mil hectáreas, equivalente a tres veces la ciudad de Buenos Aires, y el año pasado fue visitado por 120 mil personas. “En el 2023 recaudamos $ 230 millones, el año pasado llegamos a los $ 1.000 millones y esperamos que este año siga en aumento, todo esto lo logramos gracias a la publicidad”, afirma el funcionario. Todo en su escritorio hace alusión a Ischigualasto. Desde souvenirs, pasando por las calcomanías en su termo, hasta su mate con la geoforma del hongo. Que Coldplay los haya elegido para presentar su último disco, para él fue una oportunidad única de difusión a escala global.

Entre mate y mate, Teja Godoy vuelve sobre la figura del impulsor del Parque y recuerda sus esfuerzos para que sea nombrado, junto al Parque Nacional Talampaya, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2001. Y da un ejemplo de lo que Ischigualasto produce en quienes dejan su vida para investigarlo: “William Sill falleció en Estados Unidos en el 2008 y antes de morir le encomendó a su hijo que le sacaran el corazón y que en modo ceniza lo guarden en el Parque. El año pasado, en una ceremonia, las depositamos en una urna al ingreso, tal cual fue su deseo”.

En constante cambio

“Este es un parque dinámico, acá en la geoforma conocida como submarino podés ver a la derecha otra figura que en 2015 se despedazó completamente por un viento sonda”, cuenta el guía y recuerda a la perfección ese día de una década atrás. “Había tanto viento que se suspendieron las excursiones y a la mañana siguiente se encuentran justamente con la sorpresa de que una de las torres se había derrumbado”. Para él, que hace 12 años trabaja como guardaparques, es imposible determinar si la figura que quedó en pie durará así un siglo o si se caerá mañana. “Son los procesos naturales las que las crearon y las que las van transformando”.

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La formación cancha de bochas en agosto del 2025, en el Parque Provincial Ischigualasto, Departamento Valle Fértil,San Juan, Argentina.
La formación cancha de bochas en agosto del 2025, en el Parque Provincial Ischigualasto, Departamento Valle Fértil, San Juan, Argentina. Créditos Mario De Fina

Cuando se alzó la Cordillera de los Andes no solo puso de manifiesto los fósiles, sino que también bloqueó los vientos húmedos del Océano Pacífico y transformó esta zona en lo que es hoy en día. “Los turistas creen que hay poca vida, pero hay muchas especies endémicas con características especiales para vivir en un desierto de sombra de montaña. Están adaptadas a las altas temperaturas, a los contrastes térmicos, a la alta radiación solar y a la escasa precipitación”, afirma Stella Maris Giannoni, doctora en Ciencias Biológicas e Investigadora del CONICET.

“La mayoría de las plantas tienen hojas muy pequeñas o espinas, para mantenerse en las épocas de escasez de recursos, aprovechar los pulsos óptimos de agua que se dan en el verano y cumplir su ciclo”, explica Giannoni, coautora del informe “La biodiversidad del Parque Provincial Ischigualasto”, y advierte que el aumento de las temperaturas y el avance de las especies invasoras ponen en riesgo este delicado equilibrio: “las lluvias son cortas pero torrenciales y el cambio climático las exacerba. La escases de agua va a aumentar, la temperatura también y los eventos extremos hacen que mucha vegetación sea arrasada, sobre todo las nativas, y permita el ingreso de especies exóticas de carácter invasor, como es el cardo ruso (Salsola tragus)”.

La geoforma conocida como el hongo en agosto del 2025, en el Parque Provincial Ischigualasto, Departamento Valle Fértil, San Juan, Argentina.
La geoforma conocida como el hongo en agosto del 2025, en el Parque Provincial Ischigualasto, Departamento Valle Fértil, San Juan, Argentina. Créditos Mario De Fina

El caso es paradigmático de cómo la acción humana ayuda a diseminar especies foráneas: “Estos eventos de lluvia extremos modifican tanto el sustrato que permiten el ingreso de exóticas. Creemos que el foco del cardo ruso fue durante la construcción de un nuevo tramo de la Ruta Nacional 150, que está dentro del Parque, con los vehículos pesados que perturbaron la zona y lo dispersaron. Primero lo encontramos en la localidad de Baldecitos en el 2012 y luego dentro de Ischigualasto”. Para la experta en conservación, el peligro radica en que es “una planta que puede producir 10 mil semillas, está sumamente adaptada a las zonas áridas y que una vez instalada es imposible erradicar, solo se puede controlar”. La única manera de preservar a las nativas (80 especies de aves, 20 de mamíferos y 7 de anfibios entre otras), afirma, es mediante la conservación de los puntos de agua, “porque son el refugio de la biodiversidad”.

La última estación

La geoforma conocida como el hongo es la más emblemática y se encuentra al final del recorrido. Sobre ella la banda Coldplay realizó el mapping durante el lanzamiento mundial de su décimo álbum de estudio, Moon Music. Alejandro trabajó ese día de octubre de 2024: “Ingresaron unas 200 personas hasta el hongo para escuchar el disco, que duró cuarenta minutos, y de acá se volvieron todos en combis. Eran imágenes que se proyectaban sobre la geoforma y láseres allá en las barrancas coloradas”.

“El proceso que moldea las geoformas es el agua. En Ischigualasto se acumularon depósitos en un ambiente fluvial, y cuando el agua empezó a subir por capilaridad, arrastró sales que erosionaron las partes blandas de la roca (formadas por el fango de los ríos), mientras que la parte más dura, como es el techo del hongo (compuesta por arenisca cementada), mantuvo su forma”, explica Colombi. Junto a un equipo de la Universidad de San Juan, hace algunas semanas se publicó en la revista Nature el hallazgo de una nueva especie de dinosaurio que vivió hace 231 millones de años, el Anteavis crurilongus. “Es un dinosaurio con la pierna muy larga, como si fuera un ave corredora actual”, sintetiza.

El “pastel jurásico” de la investigadora necesita de un ingrediente crucial. Como una torta necesita del horno, toda expedición científica necesita del fuego equivalente: la financiación. Si encontrar fósiles es una carrera contra el tiempo (y la erosión) que amenaza destruirlos, conseguir fondos también es una carrera pero contra el desfinanciamiento de la investigación científica en Argentina. “Nos afectan un montón los recortes, ya sea por parte del CONICET o de la Agencia de Ciencia y Tecnología mediante los Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica (PICT). Yo tenía uno y me lo cortaron a la mitad, así a todos. Esto repercute en la periodicidad de las campañas, es bastante complejo obtener financiamiento”.

Video de Ischigualasto. Créditos Mario De Fina

La posibilidad de desentramar los misterios de la historia evolutiva de nuestro planeta se encuentra en la superficie sanjuanina, pero la adversidad financiera lo dificulta. Aun así Colombi -como otros investigadores que intentan entender hace años los secretos de Ischigualasto- no se resigna: “Hace varios años que no hacemos campañas largas, que es lo que nos hace falta, pero vamos a hacer una para marzo o abril, con un proyecto de mecenazgo, fondos del Museo (de Ciencias Naturales de San Juan) y otros que podamos conseguir”.

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