¿Han oído hablar que de repente las personas enmudecen por algo? Bueno, a mí me pasó una vez. No por algo grave, ni por un susto, si no que por lo conmovedor que puede ser el paisaje.

Diego siempre me habló de este lugar, de Malalcahuello (en mapudungun: «Corral de caballos»), había trabajado ahí el 2001, y tenía los mejores recuerdos, siempre me decía tienes que ir, tú tienes que conocer ese lugar.

Bueno, esto es sobre la primera vez que fui,  desde ese día volvemos todos los años.

Desde Puerto Varas, donde vivo, se maneja en dirección norte aproximadamente 380 kms hasta la salida de Lautaro (pasado Temuco), sales y comienzas a atravesar los campos más lindos, verdes, amarillos, cafés, dibujados y brillantes con un orden que sólo alteran unos robles añosos tipo Ents*. Se puede ver la cordillera de fondo, ordenadita a través de estos, formada cual escuadrón en línea recta , se distinguen los volcanes y sierras más importantes, vas en dirección hacia Curacautín, un pueblo donde venden los mejores chicharrones del mundo, sigues en dirección a Lonquimay, de a poco empiezas a meterte en este cajón montañoso. La misma cordillera, esta vez sinuosa e infinita y empiezas a sentir el espesor de los árboles, la nobleza de un lugar único, de los cerros enormes que pareciera que te van a comer, con colores tan brillantes que al menos yo nunca había visto, al menos no de esa magnitud; lengas, coihues, ñirres, robles  y araucarias esbeltas, firmes y sabias escoltando todo lo que traiga vida desde sus continuas y poderosas fuentes de agua. Entonces has llegado a Malalcahuello.

Créditos: Andrea Riquelme.
Créditos: Andrea Riquelme.

Yo observaba este “panorama” con una especie de anonadamiento y ya no tenía adjetivos qué expresar, entonces me empecé a ir para adentro. No necesitaba decir nada, sólo admirar, y  dar gracias a cualquiera sea el Dios que inventó todo esto. Estuve, sin exagerar, un día y medio pa´dentro, como dicen, siempre me acuerdo de esta sensación tan real, con tanta alegría.

Llegamos a la cabaña de un amigo en medio del bosque, sin señal de ningún tipo, sin luz ni agua en un principio. Como buen refugio había que habitarlo y echarlo a andar, pero primero había que caminar cuesta arriba con todo lo que habíamos llevado, hacer fuego, generadores, etc. Nos instalamos y partimos a la peña del pueblo (vísperas 18 de septiembre), en la Estación de trenes , donde nos  encontramos con gente increíble que hacía todo tipo de trabajos. Todos tenían la misma unión y conexión con esta, la tierra y el lugar de donde son, personas calmas y amables que me explicaban desde cómo cosechar algunas hierbas de los cerros, teñir lanas, hasta cómo hacer cuadros bordados a mano con telas sobrantes, en fin. Tomamos terremotos y réplicas y había una banda de rock con nuestro amigo Jhonny Avalancha como vocalista, anticuchos, navegados, niños, abuelos y algunos viejos amigos de Diego, que con amor y respeto nos contaban de las grandezas del lugar, lo pasamos muy bien. Para más remate, volvimos a nuestro refugio y comenzó a nevar, nevó y nevó, y no paró de nevar frente a mis ojos como nunca antes había visto, entonces descubrí también los copos desde cerca -que tampoco había visto-, las estructuras perfectas cayendo y agrupándose, y quedé más impresionada todavía, todo tenía una forma mágica y a la vez lógica de funcionar.

Llegamos sin ninguna gota de nieve, al otro día en la mañana cuando me desperté , salí y fue como si estuviera en  el clóset de las Crónicas de Narnia*.

Caminar por los cerros, al lado de un río, parar a sacar fotos y comer bajo una araucaria milenaria no tiene precio, para los amantes del splitboard o randonee, caminatas con raquetas, o simplemente con una buena bota de agua, este lugar es un imperdible, es de ese tipo de paisajes que  te mueven, te acuerdas  y te conmueven.

Créditos: Reserva Nacional Malalcahuello - Nalcas.
Créditos: Reserva Nacional Malalcahuello – Nalcas.

Datos importantes

+Los alrededores también son increíbles hay múltiples paseos, volcanes, termas, caídas de agua y lagos a su alrededor.

+Malalcahuello- Nalcas es declarada reserva de la biosfera por la Unesco. Rodeada por los volcanes Lonquimay (centro de esquí Corralco y Los Arenales), Llaima, Tolhuaca y Sierra Nevada, tiene los mejores paseos por si te gusta el Randonnées , Splitboard, o caminata con raquetas, y sin duda la mejor nieve de Chile.

+Los chicharrones los venden en la carnicería “Curacautín”, que queda en la calle Bernardo. O’higgins

Extras

*Las Crónicas de Narnia, es una película de unos niños que se meten a un closet común y corriente y llegan a un mundo donde hay mucha nieve.

*Los Ents son una raza del mundo de J. R. R. Tolkien, la Tierra Media, son unos árboles añosos que cobran vida, se pueden ver en la película “El Señor de los Anillos”.

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