Este otoño 21 personas entre 17 y 39 años se embarcaron en una aventura que los llevaría al Parque Escuela Kaikén en la Región de Aysén, para formar parte del séptimo encuentro «Experiencia Nativa» organizado por la Fundación Nativos.  Allí, durante ocho días vivirían diversos instantes que les permitirían no sólo conectarse con su entorno natural, sino que también convertirse en agentes de cambio de diferentes grupos sociales que promuevan actos de regeneración que se contraponen a la mecanización y exigencia que la sociedad moderna ha construido.

©Daniel Casado
©Fundación Nativos

Trabajando en equipo, cocinaron su propio pan, consiguieron leña y encendieron el fuego; faenaron la carne que comerían junto a los maestros gauchos; lanzaron con tarro y pescaron la cena; caminaron en silencio por los bosques para conectarse sus raíces; improvisaron música junto a las fogatas; exploraron el otoño y fueron parte del cambio de follaje; se  sorprendieron con el reino fungi que emerge durante estos tiempos; conversaron con las aves que acompañaban la marcha; conocieron la historia geográfica y cultural del territorio y volvieron a insertarse en el orden natural de las cosas. «Creo que existen experiencias en la vida que te hacen replantear todo, que te detienen y te reencantan o desilusionan. Ésta te reencanta, te enriquece y te hace disfrutar estar vivo«, cuenta  al respecto Yanara Muñoz (24), una de las participantes de la actividad.

©Daniel Casado
©Fundación Nativos

Pero además de aprender a ser autovalentes en la naturaleza y vivir los cambios que día a día se presentan, tuvieron la oportunidad de conocer escritos de diversos artistas y poetas con el fin de encontrar en ellos una herramienta para liberar la mente y darle sentido a cada momento.

©Daniel Casado
©Fundación Nativos

Así al son de frases como “Leer juntos un poema en el corazón del bosque es tocar de nuevo las raíces de nuestro ser”, de Cristián Warnken o “Al enfrentarse a los árboles, a las montañas, a los ríos, al viento, a la necesidad de hacer fuego, de comer, ahí son todos iguales”, de  Gastón Soublette, entre otros autores como Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Nicanor Parra, Rainer Maria Rilke y Jorge Teillier, fueron generando momentos íntimos e innolvidables durante esta aventura.

©Daniel Casado
©Fundación Nativos

«Usamos estos versos y textos sobre cosmovisión Mapuche y sabiduría de la naturaleza de Ziley Mora y Gastón Soublette, para trabajar en nuevas formas de expresión para sacar a flote las emociones; escribiendo poesía, creando cuadros con técnicas de pintado con tinta china o diseñando mapas de emociones para resignificar la geografía del territorio y la creación de nuevos espacios para habitar el bosque, entre otros», señalan desde la fundación.

©Daniel Casado
©Fundación Nativos

El grupo estaba conformado por personas provenientes de diferentes realidades sociales, desde estudiantes de enseñanza media y universitarios a profesionales en áreas de la ingeniería, educación, diseño y medioambiente e incluso un inmigrante haitiano. Y, junto a ellos, un equipo de voluntarios y monitores expertos en temas de logística, geografía, literatura y fotografía, todos dispuestos enseñar, guiar y a abrirse para sintonizar con la actividad.

©Daniel Casado
©Fundación Nativos

«Salir de la comodidad de la ciudad, esa comodidad que me tenía paralizada, hizo posible dejar de lado por un momento las viciadas dinámicas de tener y parecer, y me regalé un tiempo para simplemente ser», dice Elisa Breull,  de 27 años.

¿Te gustaría participar e uno de estos encuentros? La información sobre postulaciones estará disponible pronto en el sitio web www.fundacionnativos.cl. También pueden escribir a  experiencias@fundacionnativos.cl para más detalles.

Comenta esta nota

Comenta esta nota

Responder...