Las montañas de los campos de hielo patagónico son rutas que pocos deportistas se han atrevido a conquistar. Hasta ahora, sólo aventureros internacionales habían ascendido las difíciles cimas de estas cadenas montañosas. Sin embargo, el montañista nacional Rodolfo “Fito” Torrens, junto a su cordada, Sebastián Rojas, decidieron tomar este desafío.

El lunes 4 de febrero los andinistas alcanzaron la cumbre de la torre Egger convirtiéndose en la primera cordada chilena en lograr esta hazaña. “Ese día nos levantamos como a las 8 de la mañana, rapeleamos, comenzamos a escalar, hicimos un solo largo y tuvimos que esperar mucho rato a que bajara la temperatura porque había caída de hielo”, recuerda Fito Torrens que desde que regresaron a Coyhaique el pasado 8 de febrero no ha perdido el tiempo y ya se encuentra dominando una ruta de escalada en el sector conocido como El Escudo, en el cerro Mackay.

©Fito Torrens
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Mientras hace una pausa, Torrens cuenta a Ladera Sur que cuando finalmente pudieron seguir escalando ya era tarde. “Deben haber sido cerca de las 9 de la noche. Hicimos los 150 m restantes que nos quedaban y a las 10 de la noche alcanzamos la cumbre. Ya había viento, sabíamos que venía mal clima, así que rápidamente nos tomamos la foto de rigor, el saludo y comenzamos la bajada que nos llevó 16 horas hasta el glaciar. Llegamos al otro día a las 2 de la tarde”, cuenta el montañista.

©Fito Torrens
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La expedición duró tres días en los que ambos deportistas alcanzaron tres de las cuatro cumbres del cordón cerro Torre: Cerro Standhart, Punta Herron y luego Egger, esta última reconocida por su alta dificultad.  “Esta montaña es realmente desafiante. Es una sensación increíble. Para un escalador es una montaña soñada, además nos tocó una condición muy buena, pudimos disfrutar un montón de la escalada, la roca era perfecta, las vistas increíbles. Es una experiencia para toda la vida”, confesó Torrens quien además destacó la importancia de esta hazaña: “Este es un gran logro para el alpinismo nacional, ya que es la primera expedición nacional que logra la cumbre de esta montaña, debido a la dificultad que implica la verticalidad de sus caras y las gruesas capas de hielo”, concluyó el embajador de Patagonia.

¿Cómo planificaron esta expedición?

Lo planificamos rápidamente. La verdad es que las brechas de buen clima en Chaltén son súper cortas y escasas, y cuando hay una, hay que analizarla y ver qué objetivo uno podría hacer durante ese período de buen clima porque hay hartos factores meteorológicos que influyen en las condiciones en la montaña. Entonces, tomando en cuenta eso, uno decide el objetivo. Uno tiene siempre en mente varias rutas y en este caso vimos que estaban las condiciones para ir a ese proyecto y fuimos con todo.

¿Cuáles fueron las principales dificultades que encontraron en el camino?

La principal dificultad es que la ruta que elegimos es súper larga, pasa por tres cumbres en total: comenzamos por Festerville en la Torre Standhardt, luego escalamos Spigolo dei Bimbi en la Punta Herron y finalmente Espejo del Viento en la Torre Egger. En total son 1.050 metros de escalada de desnivel positivo acumulado, una escalada súper vertical, y cada cumbre tiene hongos de hielo que también dificultan la escalada, porque uno lleva todo un equipamiento para ir escalando en roca y cuando llega el hielo uno tiene que cambiarlo;  ponerse botas, crampones, piolet que son herramientas específicas para escalar en hielo. Es una escalada muy dinámica, hay que ir jugando con el equipamiento, sacando unas cosas poniendo otras y básicamente eso es el alpinismo.

©Fito Torrens
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¿Qué crees que fue en este caso lo que les permitió lograr su objetivo con éxito?

Para este tipo de escaladas, es muy necesario tener un excelente clima. El clima en la Patagonia es terrible y si estás con mal clima en la montaña, puede llegar a ser grave. También obviamente tener el equipamiento adecuado y que todo esté funcionando bien. Pero además, para lograr un objetivo así es importante la persona con la que vas a la montaña, tiene que ser alguien que se mantenga optimista. El trabajo en equipo es fundamental. Creo que el factor clave de nuestro logro fue la cordada, el equipo que formamos con el Seba. Nos conocemos hace 5 años y ya habíamos compartido dos expediciones antes y siempre la buena energía y optimismo habían sido claves.

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