En el marco de las políticas nacionales de biodiversidad, el IEB, a través de su programa integrador BIODATA, ha dado un paso decisivo hacia la creación de un inventario nacional de especies mediante la digitalización de colecciones biológicas y la recuperación de la taxonomía como ciencia clave.

Ricardo Segovia, coordinador de BIODATA, destaca la relevancia de un reciente artículo publicado en la revista Plants, People, Planet, el cual marca un hito en el trabajo del instituto.  “Éste sintetiza cómo hemos avanzado desde la digitalización a la intervención en asuntos de interés público, como por ejemplo contar con un inventario nacional de especies, el Catálogo de Biodiversidad de Chile”.

Ricardo Segovia y Sebastián Tellier en herbario.
Ricardo Segovia y Sebastián Tellier en herbario.

La reciente publicación destaca que a través de la plataforma i-Biodata, el equipo ha digitalizado más de 120.000 ejemplares de plantas vasculares, integrados en un índice taxonómico basado en el Catálogo de Plantas Vasculares de Chile. Este índice fue comparado con referencias globales como el GBIF, revelando discrepancias importantes en el número y clasificación de especies. 

En este sentido, Segovia señala la importancia de construir bases de datos propias con participación de especialistas locales, “estos catálogos son los índices taxonómicos de las bases de datos, y nosotros tenemos el catálogo de plantas vasculares para el herbario digital, sin embargo, para el atlas de biodiversidad, que comprende toda la biodiversidad del país, no tenemos un índice”. De este modo, el equipo BIODATA también propone una vía para alcanzar de manera colaborativa la construcción y actualización continua de un inventario nacional de especies, del mismo modo en que han facilitado el trabajo de mantención del Catálogo de Plantas Vasculares de Chile.

Revisión de Biodata.
Revisión de Biodata.

La importancia del trabajo colaborativo

El investigador también advierte sobre el riesgo de depender exclusivamente de repositorios internacionales. “No parece adecuado basar nuestro conocimiento de la biodiversidad únicamente en bases de datos globales, pese a que actualmente esta sea la alternativa más utilizada por diversas instituciones públicas. Estas bases de datos, aunque ofrecen fácil acceso, presentan importantes sesgos e imprecisiones difíciles de subsanar, lo cual genera una baja confianza que limita significativamente su utilidad en tareas complejas, como la evaluación ambiental o los estudios predictivos. Peor aún, al depender excesivamente de ellas, se desplaza y desincentiva la investigación básica y especializada sobre la biodiversidad local, relegando el rol fundamental de las colecciones biológicas y desalentando el trabajo taxonómico, que son los pilares que sustentan la confianza en la investigación y gestión de la biodiversidad”, destacó. En respuesta a ello, BIODATA apuesta por un modelo colaborativo que vincula instituciones nacionales y comunidades especializadas en torno a las colecciones biológicas, de esa forma el trabajo desarrollado en las colecciones biológicas refuerza la importancia de vincular a las personas que trabajan en taxonomía para, desde ahí, empezar a desplegar las bases de datos.

Ricardo Segovia trabajando en la digitalización de las colecciones.
Ricardo Segovia trabajando en la digitalización de las colecciones.

Como parte de este esfuerzo, se ha desarrollado esta plataforma digital que permite la edición colaborativa y dinámica del catálogo nacional. “Creamos una plataforma que permite construir el catálogo poco a poco de forma colaborativa, con el dinamismo que requiere un catálogo de biodiversidad. Cada institución que se compromete a hacerse cargo de un catálogo tiene acceso para editarlo, y todos tendrán acceso a toda la información”, detalla Segovia.

Uno de los principales aprendizajes del proceso ha sido el trabajo en red. Segovia destaca el modelo de equipos abiertos impulsado por el IEB, “es interesante porque le da un dinamismo que no tiene un laboratorio dirigido por una sola persona. Hay que construir el proyecto en conjunto y eso activa mucha sinergia entre investigadores para avanzar en distintas direcciones”. Este enfoque también ha implicado desafíos, para algunos integrantes del equipo fue su primera experiencia en una línea de investigación distinta, enfrentando nuevas audiencias y adaptando el lenguaje científico a espacios de discusión pública.

Sebastián Tellier y muestras del herbario
Sebastián Tellier y muestras del herbario.

Mirando hacia futuro, BIODATA se propone como meta inmediata desarrollar un atlas digital de la biodiversidad de Chile, escalando la experiencia del herbario digital, pero ampliado a todos los grupos taxonómicos del país. Sin embargo, la proyección del equipo va más allá, “la tarea es diseñar soluciones informáticas y flujos de trabajo que permitan mejorar la gestión de los datos de biodiversidad en Chile. A eso aspiramos como grupo”, concluye Segovia. Con este trabajo, no solo se contribuye a la construcción del inventario nacional de especies, sino que se impulsa un cambio estructural en la forma en que Chile estudia, gestiona y protege su biodiversidad.

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