“La verdad es que me crie en el mar”. Lorena Fica no recuerda la primera vez que tocó el agua salada que llega a las playas de la ciudad que la vio nacer y crecer: Arica. Pero sí recuerda aquellas veces que iba a un club de yate en la ciudad y remaba junto a sus hermanos en tablas de windsurf. También que a los 4 años ya había empezado a bucear. Y que a los 11 años fue la primera vez que surfeó.

Lorena Fica ©Ben Reed
Lorena Fica ©Ben Reed

Desde ahí, su camino fue fluyendo junto a las olas que tocaba su tabla. A esa misma edad empezó a competir en circuitos locales. A los 14 fue al campeonato nacional y era parte de la selección junior y open de la selección de Chile. Y a los 15 ya competía en su primer mundial, entrando a trabajar con entrenadores. Así, dice, con su constancia fue armando una disciplina, en paralelo a sus estudios escolares, que la llevaron por un rumbo profesional al que se dedicó de lleno cuando salió del colegio.

Así, a sus actuales 25 años, ha sido, entre otros logros, cinco veces campeona nacional; vicecampeona Sudamericana en 2019, formando parte de las 100 mejores surfistas del mundo del Ranking World Surf League (WSL); y vicepresidenta de la Federación Nacional de Surf.

Los inicios de una surfista

Cuando Lorena empezó a surfear, este era un deporte en el que no participan muchas mujeres. En la categoría junior competía con hombres. Y en la open, si bien existía categoría mujer, eran solo cinco de ellas. Con una final ya terminaba el campeonato. Pero ahora las cosas han ido cambiando en el mundo del surf.

“Desde que yo tenía 18 años hubo un salto súper alto en la participación femenina. Ahora somos 23. Eso marcó un antes y un después. Creo que el deporte se hizo más popular, más allá de un afiche. Y también empezó a cambiar la cultura del surf, de la comunidad. Como de ya no ser tan hippies como antes, sino que somos atletas”, dice Lorena.

Pero mientras esto fue pasando, Lorena daba pasos entre Chile y el extranjero.

– ¿Fue tu perfeccionamiento en Chile o tuviste que viajar al extranjero para poder lograrlo?

-Se podría decir que acá desarrollamos un coach, un entrenador formal que es Miguel Maturana, con quien entreno ahora. Él nunca había sido entrenador de surf. Sí sabía surfear y tenía noción de movimientos de biomecánica, pero nos fuimos desarrollando juntos. Entonces eso también llevó a que, por ejemplo, yo lo llevara a competencias internacionales con otros coach y podía perfeccionarse. También tuvimos coach de la federación de Estados Unidos, todo eso fue sumando conocimiento, después entrené un tiempo Gerald Álvarez. El coaching en Chile es bien reciente, todavía se podría decir que no tenemos una figura internacional, eso al final lo dictan los logros de cada entrenador, yo creo que hay varios coach con varios perfiles que se están juntando.

Logros y desencantos

Los viajes al extranjero también significaban competencia, y muchas de ellas fueron ganadas. De hecho, llegó a ser la chilena mejor posicionada en el ranking WSL, que reúne a los mejores del mundo. Eso, junto a más logros -como los mencionados más arriba- que ahora adornan su pieza con trofeos y medallas.

– ¿Qué significan para ti todos estos reconocimientos? 

– La verdad es que siento como que esto pasó y en el momento que fue no me di cuenta de lo que iba logrando. Siempre quería más, como que nunca disfruté realmente el momento. Pero, hace un par de años, tuve uno de mis peores años deportivos donde perdí todo después de haber sido parte del ranking y estar posicionada en la WSL. Eso me llevó a entender, a mirar para atrás y saber todo lo que había recorrido y lo que había logrado. A valorar hasta donde estaba. Uno a veces llega a ver eso como deportista y es en los momentos malos, en las derrotas, porque hay que tener algo que lo motive a salir de ese hoyo. Ahí recién empecé a valorar todas esas cosas y hoy en día miro para atrás o veo en mi pieza los trofeos y lo hago. Pero cuesta cuando el deportista es bien exigente, que esté satisfecho porque cuando ya logra algo quiere lograrlo todo.

– ¿Cuál fue el cambio cuando valoraste todo esto?

-Fue un cambio de mentalidad porque si bien deportista se desarrolla al principio más que nada física y técnicamente, luego llega un momento en que lo que realmente marca la diferencia es la mentalidad. El cómo afrontas los problemas, los desafíos, cómo aprendes de ellos o cómo utilizas la competencia, la estrategia, la táctica, y eso al final marca la diferencia entre un artículo u otro, porque lo técnico yo creo que lo puede desarrollar cualquiera para competir. Ahí ya es quien comete menos errores y tener una cabeza fuerte, que creo que es lo fundamental en ese sentido.

– ¿Este cambio de mentalidad sirvió para ir repuntando en los logros?

-Sí. Empecé a trabajar con psicólogos deportivos, a leer muchísimo, a conocerme de verdad. Uno a veces tiene una imagen de uno mismo que no es lo actual, quizás lo que uno se quiere convertir o lo que uno quiere hacer, pero tus acciones diarias no están reflejando lo que tú piensas que eres. Empecé a aterrizar y decir que había cometido varios errores, mejoré varias conductas, varias cosas de pensamientos y todo. Eso me ayudó a surgir finalmente.

– ¿Pensaste, cuando empezaste, que ibas a ser una de las surfistas chilenas más reconocidas?

-No, nunca.

– ¿Qué significó para el ser reconocida?

– Me empecé a dar cuenta de la diferencia de cómo uno puede ser o cómo puede marcar una pauta. También de que cuando entré al surf venía un camino un poco pavimentado, quizás con roqueríos, desde antes. Había chicas que ya habían hecho la pega, como Jessica Anderson o Trinidad Segura, quienes marcaron una cierta ruta. Pero después, cuando llegué yo, como ya venía con ese conocimiento, ya lo había visto, empecé con los circuitos projunior, que eran más internacionales. Ese camino estaba cada vez más sólido para las nuevas generaciones. Ahí uno se da cuenta de lo que puede diferenciar y que debe tener mucho cuidado de lo que dice o hace, y yo no lo hago en el sentido del qué dirán sino porque lo que yo diga tiene peso. Por eso más que nada, pero a ser sincera me gusta en cierto sentido y tomo esa responsabilidad, que es una forma motivacional de poder desempeñarme de la forma correcta.

La World Surf League

Eran las series de clasificación femenina, en Mar del Plata, Argentina. Es curioso porque si bien Lorena iba hace años a participar de los circuitos junior, siempre decía que no volvería más a esa playa porque “las olas eran muy malas”, entre otras razones. Pero una muy buena amiga siempre la hacía volver. Ir a competir allá significaba visitar a su amistad y compartir con su familia trasandina.

Lorena Fica Ben Reed (3)
Lorena Fica ©Ben Reed 

Con eso en mente, volvió a ir a competir y todo fluyó por su cuenta. Sin expectativas sobre la competencia, fue a pasarlo bien. Disfrutó cada heat, se abrieron las puertas, tocó las olas y llegó a la final. Lorena siente que se “alinearon los planetas nomás”. Pero como sea, logró así, en 2019, el título de vicecampeona sudamericana, entrando en las series clasificatorias de 2019.

– ¿Cómo funciona el tema del ranking del surf si es a nivel mundial? ¿Qué tan importante es para un surfista estar dentro de este grupo?

-Antes de la pandemia todos podían participar. Las fechas tienen puntajes. Por ejemplo, hay campeonatos que son 1000, 1500, 3000, 6000 puntos. Las mujeres llegaban a 6 mil lo más importantes. Para tu entrar en los 6 mil que eran los Qualifiying Series (QS), que así se llama el tour, tenías que estar sí o sí dentro del top 100, o dentro del top 80 para estar más segura que vas a entrar a un 6 mil. Y para eso es poco más de un año de posicionamiento en el circuito, de ir acumulando puntaje. Una vez que uno marca 6 mil, solamente las 10 mejores del tour pueden ir al CT, que es el Championship Tour Series, que ese ya se pelea por el título mundial.

– ¿Sigues siendo parte de la WSL? 

-Este año no lo voy a competir. En 2019 quedé vicecampeona sudamericana y ahora estoy esperando el próximo año que se abra algún momento las fronteras, porque esto de hacer cuarentena al final son 5 días que pierdo de entrenamiento y es tiempo que no tengo tiempo para estar encerrada en un hotel.

– ¿No vas a competir por eso?

-También por temas económicos ya que con la pandemia el principal sustento de mis carreras deportivas son empresas privadas, y la mayoría tuvieron que cerrar mucho sus puertas, entonces tuvieron que bajar los auspicios, así que no da como para poder seguir teniendo el ritmo de viaje que uno tenía.

¿Cómo era ese ritmo de viaje?

-Pasaba máximo dos meses en Chile y me paseaba por todos los continentes en un año fácilmente. Hacía más de 15 viajes al año.

– ¿Qué países visitabas?

-Los clásicos siempre. Había competencias en Estados Unidos, Australia, la Unión Europea, Sudamérica, Marruecos, África y Japón. Esos eran los principales que se repetían sí o sí todos los años.

– ¿Cuáles son los principales desafíos de todo ese proceso?

Estar lejos de tu familia, de tu casa, de tu cama, de tu baño. A mí lo que más me costó era extrañar eso. El hacerse amigos, el poder convivir con otras personas. Se van haciendo grupos, por ejemplo, las latinas viajábamos juntas y si hay alguna que no sabe convivir en grupo era la que no invitábamos el próximo viaje. Si no te invitan o no eres parte del grupo, tienes que pagarte todo sola, y eso es mucho y es muy caro. Entonces también el hecho de pasar viajando, cada semana. Eso es super desgastante porque uno iba, competía y si te fue bien quedaste cansado por la competencia, si te fue mal, quedaste frustrada y tienes que ya competir a otra competencia. Así por ejemplo llegábamos a Francia, después Portugal, después competíamos en España y después en Marruecos.

-Era agotador… ¿pero te mantenía contenta?

Sí, era súper agotador. Sí, me mantenía contenta también. Es que al final uno está luchando por un sueño o por progresar o saber más, uno está ahí condeándose con los mejores del mundo y se da cuenta de que no están tan lejos.

Lorena Fica ©Ben Reed
Lorena Fica ©Ben Reed

El surf en los Juegos Olímpicos

Este año, en los Juegos Olímpicos (JJOO) que tuvieron lugar en Tokio, una de las grandes novedades fue la inclusión de nuevos deportes en las competencias internacionales de los mejores del mundo. Entre ellos, el surf se consideró como un deporte olímpico y Chile tuvo su representación a través de Manuel Selman, quien quedó en cuarto lugar en su Heat.

Para Lorena, todo esto ha significado un gran paso para el deporte en Chile y también un fruto del trabajo en equipo de todos los que forman el team chileno de surf.

¿Qué significó la inclusión del surf en la lista de deportes olímpicos para la comunidad deportiva del surf?

Yo creo que fue super importante, desde que fue deporte invitado en Río, desde que se empezó a hablar de un ciclo olímpico, por ejemplo en Chile, le sumó seriedad al deporte, de que la federación, estuviese validada por el comité olímpico. De regirnos con otros protocolos, son lineamientos que ellos entregan a la federación a desarrollar y creo que eso ayudó a ordenar mucho el sistema de tener gente más profesional, de que los atletas tienen que seguir ciertos procesos para ser seleccionados. Ya seguir procesos te entrega disciplina, entonces las nuevas generaciones vienen con otra estructura y ahí son diferentes porque ya tienen un camino mucho más marcado de qué hacer, cómo hacerlo y eso es una gran ventaja.

-Se tiende popularmente a ver el surf como algo más relajado.

Claro, esa es la visión que tenían antes pero bueno, era así realmente. O sea, los campeonatos antiguamente eran un leseo, pero ahora sí son campeonatos. La gente realmente compite, hay cada vez mejores jueces que eso es fundamental porque al final ellos están criticando el surf de las promesas de Chile, entonces son ellos los encargados de tener un estándar en donde al competidor le sirva para ir a desarrollarse internacionalmente. Todo eso en verdad es un sistema para que todos podamos progresar y realmente apoyar a las nuevas generaciones.

-Uno de tus grandes sueños -que de hecho mencionaste en algunas entrevistas en el pasado- fue clasificar para los JJOO de Tokio. ¿Cómo fue el proceso de clasificaciones? 

-Sí, la última instancia para clasificar era el mundial ISA que se desarrolló en mayo de este año en el Tunco, en El Salvador. Éramos 256 competidoras de 52 países. En el mundial, si bien para mí fue un buen resultado, no logré clasificar porque para clasificar tiene que estar top 6 del mundial y quedé top 20. Entonces no me dio el paso, pero fue un buen resultado para mí.

– ¿Cómo fue para ustedes cómo equipo estar por primera vez en una clasificación para JJOO?

-Somos un equipo que lleva muchos años compitiendo juntos en un deporte individual. Como que nunca nos habíamos unido tanto como para la clasificación porque uno es más individualista, es como el carácter que te enseña el deporte al final. Pero en el último mundial sí estuvimos unidos y se logró como se logró. Tener a Manuel en las olimpiadas en parte igual es un trabajo en equipo, de que él se haya sentido cómodo, de que esté alineado con su entrenador, o sea las cosas que salen así es como todo un entorno que potencia que ocurran esos resultados.

-La importancia del trabajo en equipo.

-Ahí nos dimos cuenta de que es realmente importante el trabajo en equipo, independiente del resultado.

– ¿Quedaste satisfecha con el resultado del equipo chileno de surf en este proceso? ¿Cómo evalúas la competencia y la representación chilena a cargo de Manuel Selman?

-Él mismo lo ha dicho en entrevistas: nadie tenía la certeza de que Manuel iba a clasificar antes de que llegáramos al mundial. Y quizás nadie tenía una certeza de que algún chileno iba a estar en las olimpiadas. Sabíamos que teníamos buenos surfistas que lo podían lograr, pero no había certeza de que uno seguro iba a ganarse el cupo. Ya que Manuel haya estado en esas olimpiadas es algo tremendo, o sea de verdad que es algo que nos emocionó. Todo el país estaba aplaudiendo por lo que había logrado Manu. Yo estaba emocionada porque toda la playa, era una emoción tremenda, era un sueño de cualquier deportista. Él tenía solo siete cupos para hombre y fue increíble lo que hizo. Dentro de las olimpiadas estás con los mejores del mundo. Los que están ahí varios habían sido campeones mundiales, el que ganó de hecho lo es, y yo creo que estuvo super bien su desempeño, él es un deportista super experimentado, sabe qué hacer en el agua y a veces nosotros jugamos con las condiciones del mar, que es algo impredecible, entonces a pesar de su experiencia hizo un buen resultado de estar allá. Estamos orgullosísimos de él.

Lorena más allá de su tabla

Para Lorena los días son movidos; y también una mezcla de varias cosas. Surfea a primera hora para empezar el día. Luego va al hostal que tiene junto a su familia, Phuqata Surf Camp, en Arica. También se encarga de un proyecto del Gobierno Regional del que participa junto al grupo Acqua, que incluye una capacitación y rescate acuático para preparar a 20 surfistas. En la noche estudia, ya que hace algún tiempo decidió estudiar Ingeniería en Información y Control de Gestión, carrera que termina el próximo año.

– ¿Qué los inspiró a formar su emprendimiento?

Para mí fue un sueño de toda mi vida, pero después apareció mi hermano mayor, que un amigo lo motivó a hacer un hostal. Él es ingeniero civil hidráulico, me dijo la idea y empezamos a presionar. A la familia le pareció y se dio el tema de tener el hostal y ha funcionado super bien. Llevamos 5 años.

– ¿Sé vieron muy afectados con la pandemia?

-La verdad es que este es nuestro mejor año. Sí, porque está en Arica y el ariqueño está muy acostumbrado a la vida al aire libre, ir a la playa, la vida en familia y todo eso. La gente necesitaba un lugar donde poder hacer un asado, donde poder estar con su familia y cambiar de ambiente entonces creo que ese fue una buena alternativa en la pandemia para la gente en general.

Pero más allá de sus actividades fuera de la tabla, Lorena lleva al surf en su sangre. Para ella, dos días son una eternidad: la calma, libera y se ha vuelto, bajo sus palabras, “todo para mí”. Cree que más allá de la técnica, ha aprendido valores, como la importancia de comunicarse, de superar las frustraciones, luchar por lograr metas y adaptarse. Pero también a desarrollar la empatía y de acompañarse de otros. Al final, es parte de una familia que gira en junto y en torno a las olas.

Así, sus próximos pasos, además de terminar sus estudios y seguir con el hostal, van con miras a algo más grande: “me gustaría ir trabajando, con privados, públicos o quizás formando más hostales que tengan no sé si fundaciones o clubes deportivos donde se potencie el surf y se ayude a nuevas generaciones a tener carreras deportivas, a que puedan pagar sus pasajes y que no sea un tema para los próximos deportistas el no competir por falta de recursos”.

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