El Cerro de la Cruz, ubicado al extremo sur de la pequeña playa de Zapallar, es uno de los lugares más icónicos de la comuna. Una pequeña península que se adentra en el océano Pacífico, reconocible desde lejos por el enorme ciprés en su cumbre (Ciprés macrocarpa). Se trata un lugar estratégico, con un alto valor histórico y atractivo turístico.

Lo que muchos desconocen es la enorme importancia del patrimonio natural ubicado en el Cerro de La Cruz y el valor de su biodiversidad. La vegetación de la península presenta un alto nivel de endemismo, es decir, se trata de plantas únicas, que sólo crecen en esta zona y en ningún otro lugar del mundo. Martin Gardner, botánico del Royal Botanic Garden Edinburgh con más de 25 años de experiencia, estima que el endemismo en el Cerro de La Cruz supera el 90%.

©Carolina Brown
©Carolina Brown

Pero durante años, este típico paseo ha ido sufriendo un continuo proceso de erosión y deterioro, producido por el exceso de senderos informales y alternativos que han proliferado a falta de la consolidación y señalización de un sendero principal. La mala conducción de las aguas lluvias, el ingreso de mascotas y también de bicicletas, la corta de flores y otras especies nativas, son también factores que han tenido un impacto negativo en el lugar, generando la progresiva erosión que hoy afecta seriamente varias de sus laderas. A eso, hay que sumarle la aparición de especies exóticas, provenientes de jardines cercanos, que comienzan poco a poco a desplazar la flora nativa.

En un esfuerzo por restaurar este sitio patrimonial, la Municipalidad de Zapallar en conjunto con Corporación Bosques de Zapallar se unieron para desarrollar un proyecto de conservación y restauración, el que se está llevando a cabo durante todo el 2019. La iniciativa, que contó con la asesoría de Martin Gardner y también de Oliver Whaley de Rainforest Concern, busca delimitar una red de senderos que permita a los visitantes recorrer y disfrutar de los atractivos el cerro, sin afectar sus valores medioambientales y minimizando nuestro impacto al visitar la zona.

©Carmen Rosa Ringeling
©Carmen Rosa Ringeling

Durante la primera etapa, llevada a cabo entre enero y junio 2019, se rescató el antiguo trazado de senderos del cerro, siguiendo un recorrido lógico por el lugar y sus hitos. Se estableció qué senderos alternativos serían cerrados y cuáles serían las zonas de recuperación. Posteriormente, se procedió a nivelar, uniformar y marcar dicho recorrido con estacas y cuerdas, con el fin de que fuera evidente para los visitantes por dónde se debía transitar.
También se instalaron letreros. Las “áreas de restauración” fueron claramente señalizadas con el objetivo de impedir el paso de personas hacia esos sectores, propiciando así la recuperación de zonas que se habían visto afectadas por la proliferación de pasos informales.

Asimismo, se realizó un trabajo de extracción de especies exóticas, como eucaliptus, pinos y miosporos, todas plantas de comportamiento invasivo que, de no ser controladas, desplazan a la flora nativa del cerro.

©Carmen Rosa Ringeling
©Carmen Rosa Ringeling

Todo este proceso ha sido acompañado de diversas acciones de educación ambiental, ya que es fundamental que la comunidad y todos quienes visiten el cerro aprendan a valorar no sólo los atractivos turísticos, que están a la vista, sino también la importancia de la biodiversidad existente en el área. Las puyas, alstroemerias, quiscos costeros y otras especies que no sólo son únicas a este ecosistema, sino que además se encuentran amenazadas y que resultan muy atractivas de observar por sus llamativos colores y formas. Durante toda la temporada alta, monitores ambientales explicaron a los visitantes cuáles era las acciones de conservación in situ que se estaban llevando a cabo y sus objetivos, así como el correcto uso del sendero y otros espacios. Por otro lado, estudiantes de distintos colegios de la comuna también han tenido la oportunidad de visitar el cerro a través de esta iniciativa, dónde han aprendido sobre el valor del ecosistema y su conservación.

En la siguiente etapa, a llevarse a cabo durante el segundo semestre del año 2019, se realizará una restauración vegetal. Se descompactará la tierra de los senderos clausurados, para permitir que el suelo vaya recuperando sus propiedades y que las especies nativas germinen. También se reposicionarán plantas de forma estratégica, en particular a la entrada de los senderos clausurados, para así disuadir a los visitantes y detener el deterioro progresivo de la vegetación.

Por último, el proyecto contempla la restauración de las escaleras y muros de piedra existentes en el cerro. Se uniformará la altura de las gradas en la escalera del acceso y, en la cumbre, se terminará de construir un pequeño muro de 40 cm de altura que delimita la zona de uso de la misma.

©Carmen Rosa Ringeling
©Carmen Rosa Ringeling

Una vez terminados los trabajos, la intención es continuar con las acciones de educación ambiental en el cerro, a través de monitores durante fines de semana, feriados y vacaciones, para así enseñar sobre el buen uso de este lugar que durante años ha sido parte indispensable del paisaje de Zapallar.

Si te interesa visitar el Cerro de La Cruz, te comentamos que la mejor época es primavera, cuando las plantas florecen y el cerro se llena de intensos colores. Se trata de un paseo corto (30-45 minutos) y con un nivel de intensidad fácil, ya que no hay grandes pendientes. Se puede visitar durante todo el año y la entrada es liberada.

Para mayor información, puedes visitar el sitio web de Corporación Bosques de Zapallar o de la Municipalidad de Zapallar.

Cerro de La Cruz © David Silva
© David Silva
Cerro de La Cruz © David Silva
Cerro de La Cruz © David Silva
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