Escuchar de ganadería convencional, actualmente, suele relacionarse a una industria altamente contaminante. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 14,5% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el ser humano son por la ganadería. Además, el mismo organismo apunta a que “los sistemas ganaderos tienen un impacto significativo en el medio ambiente, incluidos el aire, la tierra, el suelo, el agua y la biodiversidad”.

Pese a esto, se ha estimado que el consumo per cápita de carne se ha duplicado desde 1960 y la demanda por productos ganaderos parece no disminuir. En ese contexto, la búsqueda e implementación de prácticas más sostenibles, innovadoras y resilientes en la producción de carne, que sean conscientes con el medioambiente, se hacen cada vez más necesarias. Aquí es donde el concepto de ganadería regenerativa ha tomado cada vez más fuerza.

En Chile, Trailenco (www.trailenco.cl) es una empresa enfocada en ganadería regenerativa, que se define a sí misma como un campo regenerativo orgánico, donde se respetan los ciclos de la naturaleza para potenciar las sinergias que generan círculos virtuosos, fundamentales para mantener un suelo sano y vigoroso.

Campo Trailenco
Campo Trailenco. Créditos: Alfredo Escobar.

¿Qué significa esto? El manejo regenerativo ganadero les permite capturar carbono, regenerar el suelo y aumentar el potencial ecológico, lo que a su vez fomenta una amplia diversidad de flora. Esta flora provee alimento altamente nutritivo para los animales, insectos y microorganismos presentes en el campo. Este sistema se basa en los aprendizajes de Allan Savory, quien, por medio de la observación, dio con dos puntos claves a considerar en este método: el impacto animal y el periodo de recuperación de la pradera.

«El método regenerativo que ocupamos en Trailenco es simplemente acoplar la producción de carne al potencial del campo», comenta Francisco Calabi, ingeniero agrónomo a cargo del proyecto de Trailenco. Es decir, la cantidad de animales que están en la pradera se condice con el pasto que produce el campo naturalmente. “Lo que hacemos es nutrir el suelo y los animales con la pradera», comenta Francisco.

De esta forma, para quienes consumen carne, el método regenerativo orgánico utilizado ofrece una serie de beneficios ambientales significativos en comparación con los modelos tradicionales.

A diferencia de los modelos tradicionales, que se basan en la sobreexplotación y el uso intensivo de recursos, fertilizantes y químicos nocivos, el enfoque regenerativo busca activamente restaurar y fortalecer los ecosistemas naturales. Esto se logra a través de prácticas como el pastoreo planificado, con periodos de rezago más largos que permitan a la planta recuperarse completamente y activar el suelo. Además, el impacto animal es una herramienta para control de malezas, fertilización y resiembra natural, entre otros. Al promover la diversidad de la flora y fauna, se mejora la calidad del suelo, se conserva la biodiversidad y se fomenta la resiliencia de los ecosistemas.

Además, se utiliza un método de alimentación a pasto del ganado —conocido como grassfed— en el que los novillos transforman el pasto en nutrientes para su propio desarrollo. Esto es un sistema más amigable con el medioambiente al ser más natural y permitir la fotosíntesis del pasto en las praderas. Se diferencia de alimentación a grano —grainfed— en el que no se les da granos para alimentar y engordar al animal, lo que hace que la carne no contenga químicos, al ser el campo libre de pesticidas y fertilizantes.

Suelos sanos, procesos naturales y la captura de carbono

Como ya anticipamos, la nutrición del suelo juega un papel fundamental para la ganadería regenerativa orgánica, incluyendo el bienestar animal. Pero ¿cómo se puede lograr esto? Aquí las praderas juegan un rol primordial.

“Nuestra estrategia de nutrición no es aplicando productos externos, sino activando el motor de regeneración del suelo a través de las praderas. Utilizamos la pradera para alimentar el animal y el suelo, consideramos hasta 40% de pisoteo en primavera, y esta materia orgánica, junto a la orina y las bostas, y a la energía que aportan los carbohidratos que inyecta la pradera al suelo a través de sus raíces, activa todo el motor de regeneración de suelo, toda esa vida que está abajo: micro y macro, organismos que son capaces de soltar nutrientes de la materia orgánica e incluso captar nutrientes de la atmósfera”, comenta Francisco.

Así, en el suelo existen microorganismos que necesitan energía. A través de la fotosíntesis, las plantas de la pradera convierten el dióxido de carbono en azúcares, que son moléculas de carbohidratos. Esto es energía que entra al suelo a través de las raíces y que distintos microorganismos del suelo, como hongos y bacterias que están asociados a las raíces, pueden descomponer utilizan para vivir.

Novillos alimentándose. Cortesía de Trailenco
Novillos alimentándose. Créditos: Alfredo Escobar.

Por lo tanto, hay muchos microorganismos que coevolucionaron con las plantas y dependen de ellas para obtener energía, al tiempo que protegen la pradera de pestes y enfermedades, y le entregan nutrientes que ella sola no puede obtener. Algunos de estos microorganismos son capaces de digerir la materia orgánica muerta, soltar minerales de la roca o de captar nutrientes de la atmósfera como el nitrógeno.

Para tener una idea, el nitrógeno es uno de los fertilizantes más utilizados en la agricultura. Esto se hace porque las plantas no pueden captar el nitrógeno del aire, sin embargo, diversos microorganismos y bacterias sí lo logran.  Existen distintos microorganismos que son capaces de tomar este nitrógeno del aire y se lo entregan a la planta, o lo tienen en su cuerpo y lo liberan cuando mueren.

Muchos protozoos comen bacterias, pero consumen alrededor del 20% de su nitrógeno, liberando el 80% restante, ahí lo toman las plantas. Hay todo un ciclo, por eso, a nosotros nos gusta llamar a toda la vida que hay en la rizósfera o en la zona de raíces el sistema digestivo externo de la planta. El uso de fertilizantes, que son también compuestos muy concentrados, empieza a matar estos microorganismos. Además, las plantas resisten mejor las enfermedades y las pestes cuando están bien nutridas, por eso no es sólo el sistema digestivo externo, sino que también el sistema inmunológico externo”.

Por lo tanto, agrega Francisco, “nosotros no usamos nada de nitrógeno, por lo que bajamos muchísimo nuestra huella de carbono. Además, usamos poca maquinaria, poco petróleo y poca energía, no importamos concentrados. Bajamos por ahí también, pero el mayor efecto positivo es la cantidad de secuestro de carbono a través de las praderas, las dejamos crecer y desarrollar sus raíces, aumentando la materia orgánica bajo el suelo a través de las raíces más los carbohidratos que secretan que a su vez fomentan el desarrollo de más vida. Todo eso forma un ciclo virtuoso, que es el real aporte al secuestro de carbono”.

Todo esto sucede al tiempo en que el ganado vive en ambientes abiertos y tiene acceso a pastizales naturales, sin el uso de productos químicos, lo que les permite expresar su comportamiento natural y tener una vida saludable. En el caso de esta empresa, aseguran comprometerse para proporcionar condiciones óptimas para el ganado. Así mismo, se evita el uso de hormonas y antibióticos innecesarios, priorizando el bienestar y la salud de los animales.

Una alternativa más saludable

Al ser una producción de alimentos que evita el uso de pesticidas, fungicidas, bactericidas y otros productos químicos sintéticos en las praderas, y dado que solo comen pasto sano y no grano, se reducen los riesgos asociados con la exposición a residuos tóxicos en los alimentos que consumen las personas. Esto porque las praderas en que se alimenta el ganado se manejan respetando los ciclos naturales.

Por lo tanto, las personas que consumen carne proveniente de la ganadería regenerativa orgánica pueden beneficiarse de una mayor calidad nutricional y evitar los posibles efectos perjudiciales para la salud causados por los químicos utilizados en métodos tradicionales.

Vegetación del campo Trailenco. Cortesía Trailenco.
Vegetación del campo Trailenco. Créditos: Alfredo Escobar..

Al respecto, Francisco comenta: “Está comprobado que los alimentos producidos con sistemas naturales, debido a que cuentan con un ‘sistema digestivo saludable’ y a la capacidad de exploración de sus raíces, entre otras razones, logran un mayor y más completo contenido de nutrientes, con compuestos bioquímicos saludables como anticancerígenos y antioxidantes, que benefician al consumidor”.

También, al evitar la contaminación del agua y del aire con productos químicos, se contribuye a la protección de la salud de las comunidades circundantes. Al no dispersar contaminantes tóxicos, se evita la exposición de las personas a sustancias nocivas, lo que promueve un entorno más saludable para todos.

Certificaciones para identificar el origen de lo que consumimos

Con el sistema regenerativo – orgánico aplicado, Trailenco cuenta con diversas certificaciones como EOV (Ecological Outcome Verification), FFL (Fair for Life) y Orgánico para productos apícolas.

Para hacerse una idea, la «Ecological Outcome Verification», evalúa la regeneración del suelo y la biodiversidad en los sistemas de producción, garantizando a los consumidores que el producto que se consume se produce de forma responsable y sostenible, con un enfoque en la salud del suelo y la conservación del medio ambiente.

Francisco Calabi especifica que “es una certificación que mide el suelo, tu superficie, es muy detallista, observan desde el contenido de carbono al suelo a través de distintas profundidades hasta la cobertura del suelo, biodiversidad sobre el suelo, tasa de infiltración del agua, potencial ecológico del suelo. Si vas mejorando o no, para ello, compara contigo mismo, o sea, ahí tú dices -sí, voy mejorando, estoy regenerando- comprobado con herramientas cuantificables”.

Novillos. Cortesía de Trailenco
Novillos. Créditos: Alfredo Escobar.

Para que cualquier persona pueda reconocer esta certificación en el producto que se está comprando, la etiqueta es Land to Market.

“En diciembre 2023 esperamos tener orgánico para todo el campo y a futuro obtener certificación ROC (Regenerative Organic Certified)”, agrega Francisco.

Así, a través de su modelo regenerativo – orgánico, Trailenco ofrece una alternativa más consciente con el medioambiente, a diferencia de la ganadería industrial tradicional, produciendo en armonía con la naturaleza bajo los pilares de medioambiente (con la meta de ser carbono negativo, con los procesos fijando más carbono en el suelo que el que se emite), bienestar animal (al respetar los ciclos naturales y cuidar el bienestar animal evitando el uso de productos químicos), valor nutricional (con suelos vivos llenos de nutrientes y minerales, que siguen en la cadena del producto hasta el final) y rentabilidad (para que todo el proceso se sustente y permanezca en el tiempo y para que más empresas imiten su modelo).

*Los productos de Trailenco —que incluyen diversos cortes de carne— se pueden conocer a través de su página web, donde también hay más detalles de su proceso.

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