Sentarse a conversar con Juan Pablo Orrego, es hablar del origen de la vida, de cómo ascendemos de las bacterias, de la necesidad de comprender y valorar el funcionamiento de la naturaleza para protegerla y de cómo la humanidad hoy tiene un desafío enorme: trabajar en conjunto por un bien común. Es ver las cosas desde una perspectiva y comprender que siempre hay que ver el panorama general; que todos – y todo– está conectado.

Quizás siempre tuvo esta capacidad o quizás su formación como ecólogo lo ha moldeado con el paso de los años, lo cierto es que hoy es precisamente esta habilidad de ver el panorama completo lo que para él hace tanta falta en la política y sociedad chilena, sobre todo en lo que a medio ambiente se refiere.

Los diputados y senadores piensan que el agua de los ríos se pierde en el mar”, fueron algunas de las palabras que llamaron mi atención durante su presentación del documental Blue Heart de Patagonia, que relata la lucha de organizaciones activistas locales de la Región de los Balcanes contra los proyectos hidroeléctricos que amenazan los últimos ríos libres de Europa y sus comunidades.

©Ecosistemas
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Y es que para Orrego, en Chile una de las principales problemáticas que hoy amenazan nuestro entorno, es la gran carencia de cultura ambiental no sólo en la sociedad sino también en la clase política.  “Yo llevo 30 años en esto y me asombra el bajísimo nivel de cultura ambiental que hay todavía en Chile y esto es algo transversal”, dice Juan Pablo. “Debiera ser el servicio público el que se preocupara de elevar el nivel de cultura ambiental del país, porque entenderíamos un montón de cosas mejor. Habría un montón de discusiones y conflictos socio ambientales que desaparecerían. Es muy grave que haya una cultura ambiental tan pobre, o simplemente que no esté”.

De hecho es esta misma carencia, la que para él ha llevado a materializar una de las mayores amenazas para la cuenca de la Región Metropolitana. Una que ni la música, ni el jardineo, ni el trekking, que usualmente lo ayudan a despejarse, han logrado sacar de su mente: Alto Maipo, el proyecto hidroeléctrico de 531 MW impulsado por la transnacional AES Gener en el Cajón del Maipo. “No creo que hay que taparnos los ojos, no todos los problemas del Cajón del Maipo empiezan con Alto Maipo. El cajón ha sido asolado desde hace décadas por la misma ceguera e ignorancia estructural que hay en este país. Nunca han visto la tremenda importancia ecológica y por lo tanto social del cajón, entonces está deforestado entero”, asegura el Presidente de la ONG Ecosistemas.

Y ahora se suma este proyecto…

Bueno, yo estoy histérico. Vivo hace 42 años en el Cajón del Maipo. He criado a seis hijos ahí. Amo el Cajón del Maipo a pesar que está súper degradado, porque eso hay que decirlo. Pero cómo es posible que al Cajón del Maipo que alimenta de agua a todo Santiago y que está hiper degradado e hiper fragilizado, más encima le metamos Alto Maipo encima.

Y no exculpemos a la población, porque entonces cómo no hay al menos 2 o 3 millones de santiaguinos defendiendo el Maipo con su cuerpo cuando es SU agua.

¿Cómo ves el futuro de Alto Maipo?

Yo espero que podamos detenerlo. A mí me da lo mismo que esté 65% avanzado como dicen ellos. Lograron salvar el proyecto por milagro, pero en mi caso voy a seguir hasta las últimas. Es problema de ellos si logramos detener ese proyecto con estos avances. Ellos se metieron en un proyecto descabellado, el Gobierno de Chile en forma increíblemente ciega e ignorante autorizó el proyecto, bueno, entonces que paguen los costos. Con una falta de respeto absoluta proponen un proyecto de esa índole, de ese tamaño, de esas características en la cuenca que alimenta la Región Metropolitana. Yo espero poder pararlo, pero para eso necesitamos a muchos millones de santiaguinos que se pongan las pilas…

©Ecosistemas
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¿Por qué crees que aún muchos santiaguinos no han alzado la voz o no se han involucrado?

Ahí hay un problema, que es que hoy abres una llave de agua en Santiago y te sale un chorro de agua limpia y pareciera que no hay problemas, pero nosotros arriba en el cajón estamos viendo cómo desaparecen las vertientes, cómo desaparecen esteros, cómo el Maipo está bajando.

¿Dirías que Alto Maipo será el gran proyecto en el que va a estar trabajando la ONG?

Para mí es el proyecto más descabellado, más siniestro, más peligroso que veo en este momento. Hay otros, como el litio en el Norte que quieren destruir todos los salares, hay tantas causas, pero qué pasa… que Alto Maipo está poniendo en jaque el agua de 7 millones de habitantes. Si tú miras eso, es uno de los proyectos en los que deberíamos enfocarnos mucha más gente. Y es un proyecto emblemático. Yo digo, si no logramos detener Alto Maipo es que estamos muy mal.

Si quieres saber cuán mal está la legislación e institucionalidad ambiental en Chile, basta mirar Alto Maipo. No se debió haber planteado nunca y si una empresa despiadada, ciega, Norteamericana se le ocurrió plantear un proyecto así el gobierno lo debiera haber parado. Este y otros proyectos son síntomas de que algo está muy mal.

Chile extremo

Sentados en un café del barrio el Golf, el tiempo pasó volando mientras analizábamos algunas de las principales problemáticas ambientales del país, entre ellas el hecho de que Chile es el único país en el mundo en donde el 100% de sus aguas está privatizada. “Chile es anómalo, es extremo. Maude Barlow –activista y escritora canadiense– ha venido a Chile y no puede creer el extremo al que llegó Chile en esta desregulación como le llaman”, asegura Orrego quien además agrega que el código de aguas chileno y el sistema de administración de recursos hídricos en Chile “se enseña en el extranjero como el anti modelo absoluto. Estudian el modelo como lo que no tienen que hacer jamás”.

¿Cómo ves que Chile sea el único país en que el agua esté privatizada? 

Tenemos una legislación e institucionalidad para la administración de recursos hídricos de este país que francamente ha fracasado de forma absoluta y yo entiendo por qué. La historia parte con la Constitución de 1980 que consagra el agua del país como una mercancía. Y también las concesiones mineras y los derechos de agua pasan a ser como papas, calcetines o zapatos, un objeto vendible y transable. ¡Una mercancía, el agua!

Con esta legislación, lo que hizo el Estado de Chile fue lavarse las manos de la administración del agua del país. Esto está regulado con mucha precisión para la captura corporativa de esos elementos y para desempoderar a la ciudadanía en el manejo de estos recursos y empoderar a las corporaciones en la propiedad privada de estos insumos vitales… el agua, la energía, e incluso las tierras si podemos llevarlo más lejos.

Río Manso ©Puelo Patagonia
Río Manso ©Puelo Patagonia

Actualmente hay una reforma al código de aguas que está estancada y rodeada de incertidumbre… ¿Cómo ves este panorama?

Es que no la dejan pasar…Soy crítico de la Concertación y Nueva Mayoría, porque de alguna manera consolidaron el modelo. Fueron Lagos y Frei quienes terminaron de privatizar ponte tú las famosas sanitarias, que son las proveedoras de agua potable. ¿Cómo le entregas el agua potable, los derechos de agua consuntivo de nuestro país a puras transnacionales? Y ahora vamos a un gobierno francamente de derecha, muy distinto al primer gobierno de Piñera y ¿Qué está pasando con la reforma? No va a pasar. Va a pasar una versión… ya era una reforma tímida de Michelle Bachelet. Y ahora se van a aplicar nuevas reglas del juego al 10% que queda y eso dónde está… nadie sabe.

Y el resto de los derechos ya otorgados, quedan igual…

Y la mayoría de las cuencas están absolutamente sobre otorgadas. La cuenca del río Copiapó está sobreotorgada como en 400%, es decir hay muchas veces más derechos de agua de papel que el agua que está realmente en los ríos y en las cuencas. De hecho el Loa ya no desemboca en el mar. Además de ser una alcantarilla de relaves mineros, el pobre río Loa ya no llega al mar. Y esto está pasando no sólo en Chile, sino el mundo entero, hay muchos ríos que ya no están desembocando en el mar.

Esta falta de sabiduría con la naturaleza, los bosques, el agua, es global. Chile es un ejemplo muy agudo, pero es algo global. La cultura occidental, la civilización, los urbanos crónicos, nos desconectamos de la naturaleza… mentalmente porque físicamente estamos absolutamente conectados, de hecho somos naturaleza.

Ríos libres

©Puelo Patagonia
©Puelo Patagonia

A propósito del estreno del documental de Patagonia Blue Heart que muestra tres casos de lucha de las comunidades locales para proteger los últimos ríos libres de Europa… ¿qué paralelo podría hacerse con el caso chileno?

Un paralelo es medio complicado. Los ríos están en general, salvo los más australes, en un estado ecológico y biológico lamentable. Yo lo dije durante el estreno, todos los ríos de norte, centro y centro sur de Chile son ríos prácticamente biológicamente muertos. El Aconcagua, el mismo Maipo, el Biobío son ríos que los hemos asesinado. ¿El Loa? Muerto, es una alcantarilla de relaves mineros de CODELCO. El Aconcagua es una combinación también de todo tipo de contaminación minera, de cosas que tienen que ver con la agricultura y de fragmentación del río por centrales hidroeléctricas. El Biobío es lo mismo.

De hecho casi todas o todas las especies de peces de agua dulce en Chile están en peligro de extinción. Son peces endémicos que además tienen montones de interrelaciones con las algas y ecosistemas ribereños, riparianos y el animalito que consume ese pez. Entonces son absolutamente fundamentales para la vida de ese ecosistema fluvial y son bio-indicadores. Si esas especies están desapareciendo te está diciendo que el río se está muriendo.

No sé si conoces el caso del río Klamath en Estados Unidos, donde para 2020 van a remover varios proyectos hidroeléctricos. ¿Crees que ese es el futuro que le espera a Chile? O crees que habrá un cambio en el camino, y en ese caso qué debería ocurrir para que sea diferente.

Chile tiene un rezago de décadas en este sentido. Ahora, vuelvo a decir que es un problema global y como tú mencionas hay ciertos países que están cachando más…aunque tarde. Estados Unidos tiene una cantidad de represas inverosímil, España tiene cientos, pero finalmente están entendiendo que al represar un río son muchos más los costos en el mediano y largo plazo que los beneficios.

Y tienen una onda ponte tú en Estados Unidos con el famoso salmón. Tú botas una represa o un par de represas y le vuelve a vida a ese río. Allá vuelve el salmón, que es endémico, y está volviendo la cadena trófica completa. Eso es muy potente. Se están desmantelando represas para devolverle la vida a estos ríos y yo creo que en el futuro en Chile debiera suceder algo semejante. Porque lo que hacen las grandes represas y también series hidráulicas de muchas pequeñas centrales de paso, es provocar la muerte bioecológica de los ríos. Y cuando tú provocas esto, están provocando la degradación total de los ecosistemas litorales.

Sin la central Cuervo e Hidroaysén estamos en un momento en el que efectivamente tenemos una Patagonia sin represas. ¿Ves que esto se va a mantener? O crees que en el fondo van a volver a estar estas amenazas presentes pronto.

Yo creo que ya no corren las mega centrales hidroeléctricas y embalses en Chile. Las quemamos, la ciudadanía. Pero están con los enjambres de mini centrales y centrales de paso. Mira La Araucanía hay como 62. Ojo con el sur de Chile. Tenemos en este momento una capacidad instalada de 23 mil megas y más, y la demanda máxima es hoy 9 mil y tanto. ¡Y quieren seguir construyendo parques energéticos! Pero pasa que la construcción de monstruos es un fin en sí mismo. Por ejemplo proyecto Alto Maipo tenía un costo estimado hace 10 años de 600 millones de dólares y hoy está a 3.500 millones de dólares. Se quintuplicó. ¡Por qué sigue ese proyecto!

Bueno, eso es lo que mueve la construcción en cemento, en metales, en consultorías, turbinas, maquinarias… entonces ese movimiento de capital genera una inercia a construir y después veremos si el proyecto es tan exitoso y cuánto generará. La construcción es un negocio gigante. Son un fin en sí mismo porque mueven millones.

Patos cortacorrientes en río Maipo ©Diego Demangel/NoAltoMaipo
Patos cortacorrientes en río Maipo ©Diego Demangel/NoAltoMaipo

¿Y las centrales de paso?

El otro día el Maipo lo secó la central Guayacán, que es una central de paso, y una chica sacó un pequeño video con su celular con el río Maipo seco. Yo llevo 42 años viviendo en el Cajón del Maipo ¿Tú crees que había visto algo así? Nunca. Por una mini central hidroeléctrica de paso, se chupó todo el caudal del río Maipo. Es inverosímil. Hay una ley que dice que hay que dejar un caudal mínimo… que es ridículo. Nosotros pensamos que no existen los caudales ecológicos, nosotros le llamamos caudal anti-ecológico. ¿Cuál es el caudal ecológico de un río? El que lleva en todas sus estaciones y lo demás es pura chiva.

Cómo resumirías tú la importancia de mantener nuestros ríos libres…

Hay unos biólogos marinos que yo admiro, Maximiliano Bello y Rodrigo Hucke. Ellos definen los ecosistemas litorales de la Patagonia en particular, como ecosistemas estuarinos. Resulta que ellos te aclaran que el elemento bioecológico más importante, el sustento de los ecosistemas litorales costeros, son los estuarios de los ríos y en el fondo una vez que lo ves ¡huevo de colón! Es lo más obvio que te puedas imaginar.

Los ríos aportan dos tipos de sedimentos. Los orgánicos, que nosotros llamamos nutrientes y que es más fácil entender su importancia porque nutren. Pero también aportan sedimentos inorgánicos que son tan importantes para la cadena trófica marina como los orgánicos. Ponte tú el sílice. Hay unos bichitos que son casi la base de la cadena trófica marina, las diatomeas. La diatomea no puede constituir su exoesqueleto sin el sílice. Si tú cortas el flujo de sílice de un río al mar, estás derrumbando la cadena trófica en el mar. A cercenar, al ponerle un torniquete con un embalse de cualquier tipo a esta arteria de vida, estás afectando de forma gravísima incluso al mar interior.

Por eso estamos trabajando en poner la mirada de cuenca. Con Ecosistemas produjimos un documento que se llama “Cuencas Hidrográficas, residencia de las aguas”. Y qué es lo que pasa, el concepto de cuenca te amplía la mirada y esa es la mirada correcta, porque al final un río es como un producto de una cuenca hidrográfica. Eso te permite deducir que la integridad ambiental del río depende de la integridad ambiental de la cuenca. Y por eso una cuenca forestada es totalmente distinta en todo sentido a una desforestada.

Entonces tampoco estás de acuerdo con los embalses de riego.

También soy crítico a los embalses de riego. Soy crítico a cualquier gran embalse, en cualquier cuenca y cualquier río. Y qué pasa, estamos en Chile con una crisis hídrica fenomenal entonces me preguntan ¿Cómo te puedes oponer a un embalses de riego? Es que perdonen… pero nosotros provocamos el cambio climático, las sequías y después respondemos como los antibióticos mal usados. La respuesta es totalmente equivocada, lo que necesitas en esa cuenca es restaurarla no meterle otro daño más con el embalse de riego. Pero lo que pasa es que el embalse es una solución rápida, restaurar y reforestar no.

Una fuente de esperanza

©Ecosistemas
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Juan Pablo Orrego se define como un activista “por deber, por necesidad”, pero también asegura que lo que lo mueve con aún más fuerza es la educación ambiental “porque el ser humano es un ser netamente mental y cultural”.

“Me invitaron el otro día a una escuelita en la Cisterna, Ciudad de Lyon. Era un lugar enrejado, pero la escuela era un oasis verde. Una señora tiene todo rodeado de viveros de cactus, plantas medicinales, tomates. Me invitaron a dar una charla a hablar de cuencas hidrográficas. Eran alumnos de 7 hasta 12-13 años. Me transformé un poquito en un payaso y fue alucinante, empecé a tirar preguntas, adivinanzas. La preguntas que me hicieron esos chicos… la juventud está rapidísima, está despierta. Yo tengo esperanza. En medio de toda esta adversidad hay un semillero alucinante de esperanza. Y eso es algo que me mantiene de pie”, cuenta Orrego.

En el equipo de Ladera Sur muchas veces hemos conversado sobre cómo las personas que por lo general tuvieron una infancia más relacionada a la naturaleza y pasaron más tiempo en ella, al crecer están más conscientes de la importancia de proteger nuestro entorno…¿Cómo crees que debería formar uno a los niños para que sean factores de cambio?

Esto no es complejo. Entender las directrices generales de la biosfera no es complejo. Estamos todos interconectados, somos todos interdependientes… son como cuatro o cinco preceptos muy sencillos, poderosos y transformadores que, si te los dieran desde la casa cuando eres guagüita y para qué decir en el colegio y en la universidad… o sea un médico, un arquitecto, un constructor, ingeniero todos debiéramos saber estos principios básicos. Y ojo… no son ideologías, no es ecología, son absolutamente básicos y aterrizados, pero no los está poniendo en el tapete la sociedad occidental. Y al mismo tiempo ¡es muy fácil ponerlo!

Aquí hay cosas que son de la humanidad. Y esta capacidad rara de perder de vista lo más fundamental, que son las directrices ecológicas, la ha tenido siempre la raza humana. El ser humano es el único ser que nace incompleto. El animal sabe exactamente qué hacer, un león es un león desde que nace hasta que muere, la golondrina sabe exactamente qué hacer, el ser humano está incompleto y lo tiene que completar la cultura.

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