Hormigas en masa: ¿tiene que ver con un invierno lluvioso?
Llegó el otoño y las altas temperaturas se mantienen. Esto hace que se desarrollen las condiciones óptimas para la proliferación de uno de los insectos más comunes en nuestros hogares: las hormigas. Estas diminutas especies generalmente se sienten atraídas por el calor, el agua, los restos de comida y la luz. Es muy común que durante esta época veamos las interminables hileras de diminutas hormigas cerca de cualquier pedazo de comida que se nos quedó afuera o la bolsa de la basura invadida por una multitud de puntos negros, lo que genera molestia y muchos optan por eliminarlas. Frente a esto, existe la antigua creencia de que si las hormigas llegaban en masa, sería un invierno lluvioso y frío. ¿Por qué llegan estas pequeñas en masa? ¿Será un mito o realidad su relación con el clima? En este artículo te contamos más sobre el mundo de las hormigas.
Una escena que se repite últimamente es la de grandes hileras de pequeñas hormigas en los hogares: se ven yendo hacia la basura, el lavaplatos o en la cocina. Muchos optan por eliminarlas de diferentes maneras. Otros toman esta aparición como un presagio de cómo será el invierno. Detrás de cada uno de estos pequeños artrópodos hay todo un mundo. Entre eso, cuál es la especie que vemos ante nuestros ojos y el impacto de su presencia en Chile. Y aún más lejos, que forman parte de una gran familia abundante en el mundo.
Las hormigas en el mundo
Desde su aparición hace unos 120 millones de años, las hormigas han estado presentes en los más variados ecosistemas existentes en el planeta, representando una parte importante del desarrollo de los ecosistemas.
Pertenecen a la familia Formicidae, del que se cuentan más de 15 mil especies y subespecies en todo el mundo. Sobre cuántas existen, un estudio publicado el año pasado en la revista académica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), estima que hay unos 20 cuatrillones de hormigas en la Tierra. Por otro lado, son cercanas a las avispas y abejas, al pertenecer al mismo orden Hymenoptera. También se parecen físicamente a las termitas -y son confundidas con ellas- pero pertenecen, incluso, a un orden taxonómico diferente. Las hormigas poseen cabezas grandes, antenas articuladas y poderosas mandíbulas.
Son unos insectos hipersociales que suelen vivir en comunidades organizadas bajo tierra, en túmulos a nivel del suelo o en árboles. Lo cierto es que cada una tiene su particularidad. Las hormigas carpinteras (del género camponotus), por ejemplo, viven en la madera y no son queridas por las personas ya que tienden a dañar edificios. Las hormigas que se conocen como granívoras, tal como su nombre lo indica, se alimentan de granos o semillas, ayudando a su dispersión.
Las comunidades de hormigas están dirigidas por una o varias reinas, cuya misión en la vida es poner miles de huevos para garantizar la supervivencia de la colonia. Las hormigas trabajadoras (las que normalmente vemos) son hembras sin alas que no se reproducen. En su lugar, recolectan comida, cuidan la prole de la reina, construyen el hormiguero, protegen a la comunidad y realizan muchas otras labores para sobrevivir.
Rol en el ecosistema
Para comenzar, las hormigas dispersan las semillas que caen de la planta al suelo, proceso que se conoce científicamente como mirmecocoria. Algunas plantas solo necesitan de las hormigas para su dispersión, ya que estas segregan una especie de masa llamada elaiosoma dulce, la cual contiene las semillas de algunas plantas y cuya función es atraerlas para que se lleven la semilla de camino al hormiguero. Sin esta ayuda, muchas semillas no germinarían.
Además, las hormigas son capaces de polinizar. No vuelan como las abejas, pero pueden cargar el polen a plantas cercanas, lo que permite la fecundación de las plantas. Por otro lado, también controlan diversas poblaciones de invertebrados. Es el caso de las depredadoras, las cuales ingieren pequeños insectos o incluso reptiles. Cerca de los trópicos, cualquier animal que no vuele o no pueda ir lo suficientemente rápido, es presa de las hormigas legionarias. Al mismo tiempo, la no existencia de estos seres vivos de tres pares de patas fastidiaría muchísimo a los arácnidos, así como a algún vertebrado, como cerdos y osos hormigueros, que ya no podrían degustarlas.
Por estas funciones, si se extinguieran todas las hormigas el desequilibrio produciría un caos global. Algo que tiene sentido si tenemos en cuenta que existen unas 168.000 hormigas por cada persona, es decir, que llegan a pesar lo mismo que nosotros. De modo que tienen su importancia, y si dejara de haber hormigas, el efecto sería muy grave.
Los ecosistemas quedarían muy dañados y se deteriorarían rápidamente. Indirectamente, se potenciaría la pérdida de otras especies. En poco tiempo, podríamos observar una enorme acumulación de grandes cantidades de materia orgánica en los suelos, que tardaría mucho más tiempo en descomponerse, cadáveres de otros insectos en el suelo, pues no tendrían su provisión de comida (las hormigas). Así, se extinguirían otras especies de animales y también de vegetales, que dependen de la actividad de las hormigas para polinizar y reproducirse.
Vemos más hormigas en Chile: ¿se vendrá un invierno lluvioso?
“Con tantas hormigas en esta casa, es probable que se estén preparando para un invierno duro y lluvioso”, es una frase que se suele escuchar en las casas al ver las clásicas hileras de hormigas que entran en búsqueda de su alimento. Pese a que existe la creencia de que la alta presencia de hormigas durante el verano es un presagio de un invierno lluvioso, la respuesta que obtuvimos es NO.
No hay información científica que corrobore esta hipótesis. Sólo hay casos aislados de personas o profesionales que hacen estudios de algunas especies de hormigas en campo y realizan lo que se podría llamar un programa de predicción del clima de acuerdo al comportamiento de la especie, pero en estos casos no son aplicables a todas las poblaciones, debido a las diferentes condiciones a las que pueden estar expuestas, respondiendo de manera diferente.
El biólogo Rodrigo Barahona, magíster en ciencias con mención en ecología y biología evolutiva y doctor en ciencias silvoagropecuarias y veterinarias, menciona que “no es que las hormigas predigan el clima, lo que sí hacen es que se preparan para recolectar el material orgánico para el invierno. En el invierno hay bajas temperaturas, entonces, por lo general las hormigas no salen ya que dependen de altas temperaturas ambientales. Entonces lo que ocurre, es que en invierno realizan una “hibernación” en las colonias y aprovechan de almacenar alimento”.
“Es por esta razón que vemos plagas de hormigas en esta época, porque debido al calor, ellas salen, suministran suficientes recursos para el invierno van a las basuras, comidas de mascotas, etc. Lo recolectan, se lo pasan por señales químicas a otras y forman estas hileras que vemos en las casas”.
La hormiga argentina: una plaga en Chile
Según los reportes registrados, en Chile existen 62 especies de hormigas, las cuáles se distribuyen en 22 géneros, los que a su vez están adscritos a cinco subfamilias (Ponerinae, Pseudomyrmecinae, Myrmicinae, Dolichoderinae, Formicinae). La riqueza de formícidos en Chile es pobre en comparación a la fauna mirmecológica de Sudamérica, incluyendo 10 especies consideradas como hormigas introducidas, 4 con distribución neotropical, 14 con distribución patagónica, y 34 especies endémicas. Destacando como la más común, la hormiga argentina (Linepithema humile).
El biólogo marino Rodrigo Barahona, menciona que es importante señalar que “en Chile existen muchas especies nativas de hormigas y muchas más por describir, sin embargo, la mayoría de ellas no están asociadas en la ciudad ya que dependen de unos recursos más específicos, por ejemplo que sus labores y alimentación dependen de otras zonas”. “Al interior de la ciudad, las hormigas que vemos son especies exóticas invasoras, especialmente la hormiga argentina, la cual aún es considerada una plaga”, menciona.
El experto explica que lo que hace la hormiga argentina invasora es recolectar la mayor cantidad de material orgánico para poder almacenarlo en la colonia. Las colonias suelen ser muy grandes y subterráneas, por lo que eliminarlas cuesta mucho.”
La hormiga argentina lamentablemente causa más daño que beneficios a la entomofauna —es decir, al grupo de insectos que habita en un ecosistema— y a nuestro entorno: más allá de que moleste en nuestras cocinas, muchas veces también trae consigo a otros pequeños invasores, que son el terror de toda persona que ama su jardín y sus plantas.
Lo cierto es que la Linepithema humile muchas veces no es una visita grata en casa y tiende a generar molestia cuando ataca las cosas que tenemos en nuestro hogar. Si hablamos de soluciones, lo primero que se nos viene a la cabeza es una lata de spray para eliminar insectos, aunque paradójicamente debería ser el último recurso al que debemos recurrir. En caso de que tu vivienda tenga la visita de este insecto, hay formas eficientes para evitar que su presencia no se transforme en una molestia.
Según científicos y expertos, para que no se generen plagas en el hogar y causen molestias lo más eficiente es evitar dejar fuentes de alimento expuestas y eliminar la basura en el contenedor: sea de plástico, lata o madera, es importante que la bolsa de basura esté dentro de un contenedor cerrado y que éste no sea tan grande, “para que no se acumule mucho. Mientras más tiempo pase la basura acumulada, más oportunidades tienen las hormigas de acercarse”, advierten.
Los aceites esenciales son una forma también eficiente ya que hay plantas que tienen la fama de repeler a la hormiga argentina como la ruda, la menta, el eucaliptus y el ajo, las que resultan mucho más efectivas cuando son usadas como aceites esenciales.