Mientras el equipo de arqueólogos liderado por Victoria Castro, investigadora de las universidades de Chile y Alberto Hurtado, realizaban sus labores de exploración en el sitio arqueológico de Copaca 1, entre Antofagasta y Tocopilla, dieron con un hallazgo inesperado: en el área de un enterratorio humano encontraron anzuelos y otros artículos destinados a la pesca junto a los cuerpos.

A primera vista podría parecer un hallazgo sin mayor importancia, sin embargo esta es la primera evidencia que señala que los pueblos cazadores y recolectores que habitaban la zona norte del país habrían pescado mar adentro hace 5 mil años –es decir, habrían desarrollado esta habilidad mucho antes de lo que se pensaba–.

©Victoria Castro
©Victoria Castro

En el lugar también se hallaron numerosos restos de mamíferos, aves, moluscos y peces, incluyendo esqueletos de especies oceánicas como el marlín, el bonito, la cojinova, el tiburón marrajo y la albacora. Todos peces oceánicos grandes que requieren ser cazados con lanza –otro motivo para pensar que debieron ser capturados mar adentro–.

Sobre estos hallazgos, Victoria Castro señaló que «Son especies de mar afuera (no se puede llegar a ellos nadando) y no se varan como los cetáceos, por lo que es muy poco probable que lleguen a la costa«.

Antes de esta nueva evidencia, se creía que las habilidades de pesca y la fabricación de embarcaciones  habrían comenzado a desarrollarse recién en el año 1.000 d.C, pero los estudios antropológicos y biológicos de los individuos encontrados en el sitio arqueológico sugiere que entre las actividades de estos habitantes, pudo desarrollarse la caza con arpón y caza submarina, el uso de remos, la pesca y la natación.

Las vértebras cervicales fueron reemplazadas por dos conchas de erizos. ©Victoria Castro
Las vértebras cervicales fueron reemplazadas por dos conchas de erizos. ©Victoria Castro

Para Castro, estos hallazgos «por ahora son indicios, pero ninguna certeza directa» y de ser comprobados, sería «algo extraordinario». Lo que haría falta para confirmar la actual hipótesis de la existencia de pesca mar adentro en aquella época, sería encontrar restos de embarcaciones, algo que todavía no se ha conseguido.

La evidencia que existe sobre el uso de embarcaciones y pesca en el norte de Chile corresponden a unas pinturas rupestres en el sitio de el Médano, al sur de Antofagasta, donde incluso aparecen dibujos de tortugas y cetáceos, sin embargo es difícil identificar la fecha en la que fueron realizadas estas pinturas y por lo mismo aún no se sabe si éstas son de la misma época o una fecha posterior.

Estas excavaciones se realizaron entre 2010 y 2013 y sólo ahora los hallazgos fueron publicados en la  última edición de la revista de Antropología Chilena Chungará.

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