Guía sencilla para planificar una caminata familiar épica
Tanto parque, cerro, lugar lindo que visitar en familia… pero ¿cómo hacer para armar un buen paseo? Aquí nuestra colaboradora invitada Ignacia Rojas Philippi, autora del blog el ciervo volante, nos comparte una guía sencilla para ayudar a los padres motivados que saben que salir a la naturaleza en familia asegura vínculos eternos.
Parece fácil, pero no siempre sale bien. Un buen paseo familiar requiere un poquitín de planificación y de trabajo para asegurar el éxito. Creo que después de 4 hijos y hartos kilómetros caminados en familia, empiezo a entender cómo funciona esto y tengo un par de trucos para compartir.
1. Siempre tener un As bajo la manga
Lo primero es asumir que la descendencia de uno nace con un (dis)gusto por la caminata propio, independiente de cuánto amen caminar los progenitores… A partir de esa base trabajamos para llegar más lejos y más sonrientes. El primer consejo es, entonces, identificar a los individuos que necesitan más motivación y mantenerlos en la mira: distraerlos, proponer juegos, animarlos, comer algo… todo sirve para acortar metros.
2. Elegir un lugar acorde al grupo
Para decidir dónde ir, nosotros tomamos en cuenta varios elementos. El primero es quiénes van a ir. El desafío del paseo familiar es que todo el grupo vaya: la señora embarazada, la guagua recién nacida, el adolescente adosado a su celular… siempre hay algo que conquiste a todos. Ponemos ojo con lugares muy aislados o sobre los 3 mil metros, donde alguna dificultad con personas delicadas puede ser complicado.
3. Tomar en cuenta el clima
Si van a caer los patos asados no subes un cerro de precordillera, sin sombra ni agua. La pauta es más o menos así: frío = cerro expuesto, sin árboles, búsqueda de fósiles, de piedras lindas. Calor = río, laguna, picnic en una quebrada, bosque sombrío.
4. Preparar todo con anticipación
Una vez decidido el destino se prepara todo, ¡el día antes! Auto con bencina, billetera con plata de verdad (las tarjetas no existen en el Chile Wild), picnic, ropas… La mañana se hace corta cuando hay que movilizar a un grupo.
5. SIEMPRE llevar snacks de más
¿Hablamos ya del picnic? Hay que insistir en este punto. Nunca es demasiado picnic. Va una parte en la mochila, se deja un respaldo en el auto. Cada bolsillo debería tener una sorpresa fascinante. No hay que subestimar la tasa de pataletas resueltas con un frugelé.
6. Estar dispuesto a un cambio de planes
La experiencia nos enseñó que las metas deben ser humildes. Recuerdo una vez que apenas alcanzamos a bajarnos del auto y todos los niños se pusieron a llorar. Todos. Al mismo tiempo. Habíamos hecho mal todos los puntos anteriores, pero además nos obsesionamos con llegar hasta un glaciar. Los niños se sintieron presionados, vieron la morrena enorme que tenían que subir y colapsaron. Después de superar la desilusión reformulamos y pasamos el día recolectando piedras.
La segunda lección que nos costó aprender es que no siempre tiene que ser un gran gran paseo. A veces las mejores salidas son cortas o cerca de la casa.
Por último, el nivel Yoda de sabiduría de la caminata familiar es la capacidad de saber cuándo es hora de volver. A veces es mucho antes de lo que habíamos pensado. La meta es pasar un buen momento, no cumplir con un itinerario. Cuando los niños son muy chicos, es mejor detenerse y volver a la casa con un buen recuerdo. Siempre van a querer volver. Creo que desde los 7 años se puede empezar a alimentar ese placer de llegar a la cumbre y volver a la casa destruido pero feliz.
Otros datos útiles para padres amantes de la naturaleza:
¿Cuánto puede caminar un niño? Nuestra experiencia es que a partir de los 3 años ya pueden caminar 2 km más bien planos. A los 5 años podrían alcanzar 4 km con algo de pendiente, a los 7 años ya caminan 10 km con subidas pronunciadas sin problema. A partir de los 10 años podrían rendir casi como un adulto. En grupo y entretenidos, todos caminan bastante más.
Cada salida debe tener un objetivo claro para los niños: conocer un lugar nuevo, descansar en una loma, ir en búsqueda de algo, alcanzar una cima para ver la vista, un picnic en un lugar determinado… Ayuda a mantener la motivación tener una meta concreta.