Parecía una tarea imposible, pero no. Lo que comenzó como una idea ambiciosa entre amigos amantes del mountainbike, terminó convirtiéndose en un proyecto audiovisual que ya suma diversos premios en festivales de cine outdoor, y en la creación de una nueva disciplina deportiva conocida como big mountainbike que ha cruzado fronteras y que entremezcla la destreza del mountainbike con la exigencia física del montañismo. Aquí la preparación, conocimientos y concentración son clave. Sobre todo debido a las duras condiciones del terreno: piedras sueltas, importante desnivel, sin huellas que guien el camino, nieve y falta de oxígeno.

©Cortesía de Patricio Goycoolea
©Cortesía de Patricio Goycoolea

Guardián del Valle es una serie audiovisual que registra la hazaña de Patricio Goycoolea y otros deportistas nacionales –e invitados internacionales– quienes se propusieron ascender y descender en bicicleta grandes montañas en Chile; todas superiores a los 5.000 msnm e incluso algunas sobre los 6.000 msnm, todas con una importante historia que contar. “Llevo varios años siendo guía de montaña y cuando me tocaba guiar grupos en el cerro El Plomo, siempre les decía a los turistas que era el guardián del valle, porque en lengua quechua se conocía como Apu Wamani. Los Inca tenían distintos apu a lo largo de la cordillera de los Andes donde se hacían sacrificios en las cumbres de estas montañas que veneraban. Así que este proyecto no solo buscaba subir estas grandes montañas en bicicleta, sino también dar a conocer el gran trasfondo arqueológico que tienen cada una de las montañas que visitamos”, cuenta Patricio Goycoolea, creador de Guardián del Valle.

El primer apu que subieron fue el El Plomo (5.424 msnm), en enero de 2017, montaña sagrada para los inca en cuya cima se encuentra un reconocido lugar de sacrificio en donde en 1954 se halló el cuerpo de un niño enterrado vivo hace más de 500 años como ofrenda al dios Inca Inti (sol). Su cuerpo congelado en perfectas condiciones, fue el testimonio visible de la antigua ceremonia de la Capacocha celebrada por la civilización incaica.

©Cortesía de Patricio Goycoolea
©Cortesía de Patricio Goycoolea

Desde entonces el equipo de Guardián del Valle se ha convertido en el primero en ascender y descender en bicicleta grandes montañas como el volcán Ojos del Salado (6.893 msnm), el volcán más alto del mundo; el volcán San José (5.856 msnm); el volcán Maipo (5.323 msnm) y –el último de ellos–, el volcán Lllullaillaco (6.739 msnm), el santuario inca más alto del mundo, en noviembre de 2018. Esta última hazaña está presente en el cuarto capítulo de la serie que este año ha sido presentado en distintas ciudades del país, entre ellas Puerto Varas, donde se exhibió en la Casa Karün -centro corporativo y showroom de la misma empresa-, el pasado mes de agosto, y estará participando en el próximo Mountain Film Festival que se celebrará en noviembre en Casas de Lo Matta, Santiago.

En Ladera Sur entrevistamos a Patricio Goycoolea sobre este proyecto y la cada vez más popular disciplina del big mountainbike. ¡No te la pierdas!

¿Cómo surge este proyecto?

Guardián del Valle nació con la idea de llevar la bicicleta un poquito más lejos de los límites actuales. Nació de simples salidas con amigos a pedalear, y de repente íbamos pedaleando al morro Guayacán, al  bike park Durazno, a los típicos sectores acá de Santiago y nos decíamos a nosotros mismos: ¿y si vamos al cerro Provincia? ¿A la travesía de la Sierra de Ramón? Y así fue naciendo la idea de ir un poco más lejos con la bici hasta que llegamos a hacer el cerro El Plomo. Fue el primer capítulo de Guardián del Valle en 2017 y ya son 5 montañas con 4 capítulos audiovisuales. En todas las montañas menos en El Plomo, hemos sido los primeros en ascender y descender en bici la montaña.

©Cortesía de Patricio Goycoolea
©Cortesía de Patricio Goycoolea

¿Cómo se preparan y aclimatan para una travesía de este estilo?

Tenemos la suerte que acá en Santiago tenemos montañas sobre los 5.000 metros como El Plomo, el volcán San José, entonces siempre hacemos aclimataciones previas cerca de la ciudad y. en el caso de la montañas sobre 6000 msnm, vamos haciendo aclimataciones diarias en el lugar. Uno se prepara antes del viaje y allá hacemos porteos de altura, donde subimos un poco después bajamos, dejamos cosas arriba y bajamos a dormir y vamos viendo cómo se comporta el grupo y cómo va funcionando cada uno y vamos alivianando peso. Entonces nos va haciendo más fácil la tarea para el día de cumbre.

¿Y más allá de la preparación física, qué tienen en cuenta al momento de organizar la expedición?

Bueno, ese es el trabajo más arduo. Son meses de preparación para estudiar bien las montañas, elegir el equipo adecuado para ir, pero también –como es un proyecto audiovisual–, hay muchas reuniones para poder levantar las lucas. La preparación de logística va por parte de Inner Mountain, mi pyme de montañismo, donde hacemos los estudios previos y elegimos a los equipos de personas que van a ir con nosotros. Generalmente nos juntamos unos tres meses antes una o dos veces al mes donde vamos planeando el viaje, viendo la logística y a las personas que efectivamente podrían subir con nosotros.

¿Cómo definirías esta nueva disciplina o concepto de big mountainbike?

Es algo completamente nuevo. Nace desde que empezamos nosotros, siendo humilde en lo que estoy diciendo… Antes nadie hablaba del big mountainbike hasta que hicimos el Instagram y se empezó a difundir. Hay mucha gente hablando del tema, en la última expedición al Llullaillaco invité a un alemán que es súper conocido en el tema de salidas más de exploración y aventura con su fotógrafo, un suizo, y nos hicieron reportajes en 11 revistas distintas de 11 países distintos, China, Polonia, Alemania, Australia, Canadá, Estados Unidos y eso también nos ha abierto las puertas para que esta disciplina se conozca en otras partes del mundo. En Chile somos privilegiados, igual que en Argentina y otros países que tienen la cordillera de los Andes, que somos países que tenemos montañas sobre 6.000 metros que se pueden subir y bajar en bicicleta. Porque si vas a los Himalayas por ejemplo, y vas a subir un cerro sobre 6.500 metros, lo más probable es que sea una pared de hielo y no puedas bajarla en bicicleta. Geográficamente hablando, acá tenemos ese gran beneficio y el big mountainbike está dando que hablar.

©Cortesía de Patricio Goycoolea
©Cortesía de Patricio Goycoolea

Desde que comenzaron con el proyecto, cuenta Patricio Goycoolea, es cada vez más común ver a personas interesadas en esta disclipina. Él mismo ha llevado a grupos guiados al cerro El Plomo y pronto irá a Ojos del Salado, para que más personas se atrevan a subir a ese siguiente nivel de manera consciente y segura junto a un equipo de profesionales. Pero para quienes aún no logran descifrar en qué consiste esta disciplina, imaginen una expedición de montañismo a la que deben sumar una bicicleta que en varios tramos tendrán que cargar sobre su hombro. Estamos hablando de un peso extra de alrededor de 14 kg sólo en la bicicleta. Y luego está el desafío de descender por las laderas de un terreno sin huellas, material suelto y bastantes obstáculos.

¿Cuál es el equipo necesario para practicar el big mountainbike?

Es equipo de alta montaña. El tema del big mountainbike es que este concepto o disciplina se asocia mucho más a la montaña que a la bicicleta. El equipo técnico va asociado a la alta montaña (grampones, piolet, ropa especializada…)  y la bicicleta también tiene que ir preparada para la alta montaña. Son bicicletas de doble amortiguación, de enduro, pero con neumáticos más preparados, de alambre, que son un poco más pesados pero más resistentes a los impactos de roca. Cualquier pinchazo allá arriba se complica, y lo que menos quieres es que te pase eso allá después de subir 10 horas hasta llegar a los 6.000 metros.

©Cortesía de Patricio Goycoolea
©Cortesía de Patricio Goycoolea

También hay todo un tema técnico, como GPS, botiquín y conocimientos de primeros auxilios, teléfonos satelitales, conocimientos de mecánica para la bicicleta. Son hartos los factores a considerar en una expedición de estos calibres. A nivel más personal, también uso accesorios cómodos. Tengo los anteojos Kona de Karün, el nuevo modelo deportivo que sacaron, y son bien ricos y cómodos para usarlos. En todas las expediciones los uso.

Durante la última expedición que hicieron al volcán Lllullaillaco, se tuvieron que enfrentar a condiciones bastante difíciles. Un camino poco claro, escasa información y todo esto en un ambiente bastante hostil donde las temperaturas llegaron a -25ºC la noche que decidieron hacer cumbre. Además iban con dos invitados extranjeros, el alemán Gerhard Czesner, destacado mountainbiker que subió el Kilimanjaro en bicicleta, y su fotógrafo, Danny Mcaskill, suizo. ¿Podías contarnos más detalles de las dificultades que tuvieron que enfrentar?

El volcán Llulaillaco es de los ascensos más duros que me ha tocado personalmente. Es una montaña que está muy lejos, en la frontera de Chile con Argentina en las latitudes de Antofagasta hacia el Este. Tuvimos que navegar con GPS con información muy escasa del lugar y llegar ya fue complicado. Todo lo que es el ascenso es muy duro, porque es un volcán muy largo. Nos tomó en total como 7 días realizarlo. Siempre lo que más cuesta superar es el frío. Nosotros para esta ocasión partimos a las 12 de la noche desde nuestro campamento alto que estaba ubicado a 5.600 msnm. Partimos el ataque a cumbre y llegamos a eso de las 2 y media. Nos demoramos 14 horas y media en llegar y todo este tema del big mountainbike tiene la dificultad extra de la bicicleta y la logística que conlleva cargar la bicicleta a los 6.500 metros. Obviamente que en el caso mío, como soy el responsable de los grupos que vamos, tengo que ver también que todo el grupo esté en buen estado, óptimos para subir, porque el tema de la altura es complicado. Tienes que ver cómo se comporta el corazón el cerebro, la falta de oxígeno puede provocar edemas. No es llegar y subir el cerro.

©Cortesía de Patricio Goycoolea
©Cortesía de Patricio Goycoolea

Durante esa expedición, que duró 14 días incluyendo aquellos destinados para aclimatar en zonas cercanas como el salar de Tara o Catarpe en los alrededores de San Pedro de Atacama, no todos lograron la meta. Un día antes de intentar la ascensión a la cima Gerhard Czesner, quien estaba acampando en la base a una altura de 5.3000 msnm, anuncia al equipo que no subirá. Había pasado una pésima noche y la altura lo había afectado más de la cuenta. Los demás iniciaron el ascenso a las desde el campamento alto a 5.600 m. Había una temperatura de -25º C y llevaban 2 a 3 horas caminando en la oscuridad sobre el hielo con las bicicletas al hombro. Siguieron caminando con los pies y cuerpos congelados, agotados, hasta que llegaron a la cima. Después de 14 horas y media de exigente ascenso, sólo quedaba deslizarse cerro abajo. Regresaron a los 6.350 msnm, la parte alta del cruce de glaciar, donde los esperaban más de 1.000 metros de desnivel de puro freeride de altura.

¿Qué recomendarías a alguien que quiere aventurarse por primera vez en el big mountainbike?

Primero que se atreva a explorar estos nuevos límites y senderos. Es una disciplina dura pero increíble, y mi recomendación es que se atrevan pero que cada vez que vayan a esta aventura se preparen bien, tengan conocimientos previos, estudien bien el lugar, aclimaten bien, se preparen físicamente y que siempre estén chequeando el clima. El tema con la alta montaña en zonas remotas es que puede involucrar factores más graves si es que no estás bien preparado o no tienes los conocimientos adecuados para poder ir. Así que mi recomendación es que profesionalicen lo más posible, que estudien la montaña y disfruten.

Ahora que ya llevan 4 capítulos de Guardián del Valle, qué balance haces de este proyecto?

Mirando hacia atrás en verdad esto ha sido algo increíble no sólo por mí personalmente, sino por cómo ha crecido el concepto de big mountainbike. Esto tiene que ver con el amor a lo que se hace. Lo veo con mucho cariño y mucho potencial por delante. Porque cada año se ve cómo va creciendo el interés en la gente por querer hacer algo nuevo, porque esto al final es algo nuevo. Así como hace 50 o 60 años se creó el randonnée en el esquí, esto es un poco lo mismo con la bicicleta. Algo nuevo que lleva sólo dos años pero donde ya se ve el interés en la gente.

¿Qué proyectos se vienen en adelante?

Tenemos varios proyectos. En Guardián del Valle, a fines de octubre o principios de noviembre, es la trilogía Inca cerca del Valle del Elqui, un lugar súper potente con un gran trasfondo arqueológico inca y diaguita. Es un trabajo con gente local que va a estar súper entretenido.

©Cortesía de Patricio Goycoolea
©Cortesía de Patricio Goycoolea

Después tenemos un proyecto que es ir a subir el Kilimanjaro en África y otro para este verano, donde queremos cruzar los campos de hielo sur en bicicleta, ligado a la exploración y la aventura. Son como 12 días en total, vamos a cruzar de este a oeste.

Nuevo modelo deportivo de la marca de anteojos Karün: Kona

Al igual que Patricio Goycoolea, para diferentes deportistas nacionales es indispensable el uso de anteojos y en este caso, te recomendamos el nuevo modelo deportivo de Karün el cual ha sido preferido por destacados escaladores, kayakistas, ciclista y esquiadores, debido a sus características técnicas: bisagras de acero inoxidable, puntas de goma en las varillas, nylon de ECONYL®, curvatura base 8 y cristales oficiales Zeiss, todo en un solo anteojo. El balance perfecto entre sustentabilidad y rendimiento. Para conocer más de Karün y su nuevo modelo deportivo visítalo aquí. 

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