Geoparque Pillanmapu, la iniciativa que transforma Los Andes de la Región del Maule en un ejemplo de gestión territorial sostenible
La cordillera de la Región del Maule, desconocida aún por muchos, ha ganado creciente popularidad en los últimos años. Algunos lugares emblemáticos como el Valle de los Cóndores, la Laguna del Maule, el Parque Nacional Radal Siete Tazas o el Cajón del Río Achibueno atraen cientos de miles de turistas y deportistas cada año. Lamentablemente, no todo es oro en la cordillera maulina y carencias en infraestructura turística y gestión amenazan su sostenibilidad. La Fundación Geoparque Pillanmapu nace con el objetivo de aportar a la gestión sostenible de los Andes maulinos, certificando este territorio como Geoparque Mundial UNESCO.
El 2018, dos compañeros recién egresados de Geología de la Universidad de Chile, Emil Stefani y Rodrigo Pérez, decidieron hacer realidad el sueño de certificar la cordillera de la Región del Maule como Geoparque Mundial UNESCO. El inicio no estuvo exento de desafíos; eran jóvenes, carecían de contactos en la región y les costaba ser tomados en serio en los primeros encuentros con autoridades, empresarios y comunidades locales.
Afortunadamente, luego de 5 años trabajando, numerosos actores se han entusiasmado con el proyecto y han sumado su apoyo. El Gobierno Regional del Maule, la Corporación Regional de Desarrollo Productivo y la Universidad Católica del Maule son algunos ejemplos de actores que se han comprometido con el desarrollo del proyecto. Hoy, todo parece indicar que Chile contará pronto con un nuevo Geoparque, posicionando la cordillera maulina como destino turístico sostenible a nivel mundial.
Una joya escondida en el centro sur de Chile
La cordillera de la Región del Maule es realmente un diamante en bruto donde se conjugan numerosas cualidades de diferente tipo. Cuenta con lugares emblemáticos, destacando la Reserva Nacional Altos de Lircay, el Volcán Descabezado Grande, las Lagunas del Teno, el Cajón del Melado, el Valle de los Cóndores, la Laguna del Maule, entre muchos otros.
Es también un paraíso para deportistas de todo tipo: alberga algunos de los mejores ríos del país para la práctica de kayak. El Valle de los Cóndores es visitado por miles de escaladores de todo el mundo y la Laguna del Maule posee muy buenas condiciones de nieve para la práctica de randonnée o splitboard, con una temporada que puede extenderse incluso hasta noviembre. Todo esto a pocas horas de la capital.
Sin embargo, a excepción de sectores gestionados por CONAF, como Parques y Reservas Nacionales -o por privados con fuerte compromiso por la gestión de sus tierras, como lo es el Parque Natural Tricahue- la gran mayoría de la cordillera maulina permanece sin gestión ni infraestructura.
“Son lugares donde no hay nada que asegure el uso sostenible y el tema es que ya están siendo visitados de forma masiva. Es común encontrar mucha basura, personas caminando por sectores riesgosos o de alta fragilidad ecosistémica, gente haciendo asados donde no debería, autos mal estacionados y muchas otras conductas que impactan el territorio de mala manera y ponen en riesgo a los propios visitantes. A través del modelo de Geoparque trabajamos todas estas problemáticas, lo que nos permite hacer un uso responsable y sostenible del patrimonio. Esto, a su vez, facilita a las comunidades locales vivir del turismo, sin tener la necesidad de abandonar sus hogares para buscar trabajo en la ciudad y sin comprometer el estado del patrimonio”, nos cuenta Emil Stefani, Director de Operaciones de la Fundación.
¿Qué son los Geoparques Mundiales de la UNESCO?
“La gente suele confundir lo que son y no son los Geoparques y creo que esto nace a raíz del nombre. Muchos piensan que son parques, pero, en realidad, Parques Nacionales y Geoparques son modelos completamente diferentes. Un Parque Nacional es un modelo de conservación, por lo que dentro de ellos solo encontraremos naturaleza en su estado más prístino posible. Los Geoparques, por el contrario, son territorios muy extensos, incluso más que los parques, dentro de los cuales encontramos poblados, ciudades, infraestructura vial y todo tipo de actividades económicas. Pero, también encontramos naturaleza, sitios de relevancia geológica a los cuales llamamos geositios, así como sitios arqueológicos, sitios de interés biológico o patrimonio cultural inmaterial, incluso otros parques o reservas nacionales”, explica Stefani.
De hecho, la UNESCO exige un mínimo de densidad poblacional a la vez que la existencia de sitios naturales de relevancia mundial. Esta extraña combinación revela lo que realmente buscan los Geoparques: generar sociedades más conectadas con su entorno, con capacidades instaladas para hacer un uso sostenible del patrimonio natural y cultural, sin comprometer su integridad, permitiéndoles acceder a fuentes de empleo amigables con el ambiente. En definitiva, el desarrollo sostenible del territorio.
“Por lo mismo, en la fundación creemos que la mejor manera de comprender lo que son los Geoparques es como modelos de gestión territorial. Es decir, una manera de gestionar un territorio que se basa en un conjunto de políticas públicas sugeridas por UNESCO para promover el desarrollo sostenible de los territorios”, agrega Emil Stefani. Además, la Fundación Geoparque Pillanmapu, trabaja 5 pilares fundamentales: la conservación, la investigación científica, la educación, el turismo y la gobernanza.
“Creemos que el modelo de Geoparque es el que mejor se ajusta a las características de la cordillera maulina. Podríamos haber considerado otros o, incluso, habernos planteado no acogernos a ningún modelo preestablecido y haber hecho las cosas a nuestra manera. Sin embargo, nos parece que la propuesta de UNESCO comparte los valores y la metodología que queremos promover en la región y, que obtener una certificación de índole mundial es bueno para la región, en cuanto la posiciona como destino turístico sostenible a ojos del mundo y, para Chile, en cuánto a su desarrollo socioeconómico”.
A la fecha existen 195 Geoparques distribuidos en 48 países y el número crece cada año. Sin embargo, Chile se queda atrás -incluso al compararlo con países de la región-, pero esto podría cambiar en los próximos años. Desde fines del 2022, el Gobierno Regional del Maule y la Corporación Regional de Desarrollo Productivo han decidido apoyar el proyecto, financiando un estudio que ejecuta la Fundación y que está próximo a terminarse.
“Con el estudio habremos avanzado muchísimo en los criterios que exige la UNESCO para postular, aproximadamente el 70% de estos. Este estudio, que incluye el levantamiento del patrimonio natural y cultural de la cordillera maulina, talleres con las comunidades locales, capacitaciones a guías y autoridades locales, la realización de documentales, entre otras cosas, termina en junio”, explica Emil. Para ejecutar el 30% restante cuentan con el apoyo del GORE del Maule y de la CRDP, con quienes esperan obtener los fondos lo antes posible para poder dar continuidad al proyecto.
Postular a la Red Global de Geoparques y ser certificado como tal implica cumplir más de 100 criterios exigidos por UNESCO, dentro de los que destacan: contar con infraestructura turística como senderos o paneles informativos en los principales sitios patrimoniales y que estos, a su vez, estén dentro de figuras de protección como parque o reserva, tener un inventario científico acabado del patrimonio natural y cultural; contar con convenios con las autoridades locales y regionales; capacitar constantemente a las comunidades locales y operadores turísticos o; tener una gobernanza sostenible en el tiempo que congregue a todos los actores relevantes. Así, al trabajar por certificar un determinado territorio como Geoparque, se avanza directamente en la gestión territorial y el desarrollo sostenible del mismo.
Chile es uno de los países con mayor superficie montañosa y, sin embargo, la mayoría de esta se ve amenazada por la falta de gestión del patrimonio y sus paisajes. Es imperativo acercar las montañas a la gente, de forma segura y responsable con el entorno, respetando las capacidades de carga estimadas, permitiéndonos reconectar con nuestros orígenes, nuestro patrimonio y con la simplicidad de la vida que a veces parecemos olvidar cuando estamos en la ciudad. Geoparque Pillanmapu es una iniciativa que nos lleva en esa dirección.