«Fuerte en señales, pero débil en sustancia»: acuerdos logrados y deudas pendientes de la COP28
El pasado 12 de diciembre llegó a su fin la versión número 28 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, comúnmente conocida como COP28. Revisa el análisis respecto a los acuerdos logrados en este artículo compartido por Comunidad Planeta, proyecto periodístico liderado por Periodistas por el Planeta (PxP) en América Latina, que fue producido en el marco de la iniciativa «Comunidad Planeta en la COP28».
Llegó a su fin la versión número 28 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), la que se llevó a cabo entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre de 2023, en Expo City, Dubái, ciudad de los Emiratos Árabes Unidos. La cumbre, cuyo objetivo es consolidar acciones en torno a cómo abordar el calentamiento global, terminó por dejar en evidencia las diferencias existentes entre las naciones participantes en los distintos debates sostenidos, siendo uno de ellos aquel relacionado con los combustibles fósiles.
La última versión del Balance Mundial (Global stocktake), surgida en las primeras horas de este miércoles 13 de diciembre, pese a ser más contundente que los proyectos de acuerdo propuestos con anterioridad en algunos segmentos, aún presenta ciertos vacíos que han generado descontento entre activistas y expertos.
En el siguiente análisis, realizado por Comunidad Planeta, se profundiza más en torno a estas deficiencias, así como en los avances logrados.
Principales conclusiones
- En el proyecto de acuerdo final se indica que los países coinciden en que los combustibles fósiles deben sustituirse por energías limpias y en que hay que alcanzar el objetivo mundial de cero emisiones netas para 2050. Es la primera vez que se abordan los combustibles fósiles en las negociaciones sobre el clima.
- Además, en el texto se hace mención de los combustibles «de transición». Se trata de una referencia al gas, la que podría haber sido redactado por un gran productor de este recurso, pero no se le da la misma importancia que a la necesidad de abandonar los combustibles fósiles y sustituirlos por renovables.
- En esta versión del acuerdo, se pide a las partes que tripliquen las energías renovables para 2030 y dupliquen la eficiencia energética. También se reconoce que los costes de las energías renovables están bajando rápidamente.
- En el documento, el cual retoma el de Glasgow sobre el carbón, se pide que se aceleren los esfuerzos para la eliminación progresiva de la energía del carbón.
- Se establece que los nuevos compromisos nacionales sobre el clima (NDC, en inglés) deberán cumplirse a partir de finales de 2024.
- Hay muy poco sobre financiación, un reconocimiento de su necesidad, pero no cifras concretas, lo que significa que este se convierte en el principal punto de la agenda para 2024. Esta COP podría enviar nuevas señales sobre la necesidad de una reforma financiera internacional y de ayudar a las naciones pobres en la transición energética y en la adaptación a los impactos climáticos. La falta de financiación complementaria dificulta la transición energética.
- En cuanto a adaptación, esta versión es más débil que las anteriores, con pocas métricas o definiciones concretas, pero con un plan para conseguirlo en dos años.
- El comercio se ha planteado como una cuestión en la que los países quieren trabajar juntos en políticas justas y alineadas que apoyen cadenas de suministro globales respetuosas con el clima.
- En el balance se establece una «Hoja de ruta hacia la Misión 1.5C» sobre cooperación internacional de cara a la COP30 de Brasil.
Análisis de temas
En el siguiente apartado, Comunidad Planeta realiza un análisis de las materias mencionadas anteriormente, pero con una profundidad mayor:
Combustibles fósiles, captura y almacenamiento de carbono (CCS, en ingles), reducción
- En el texto se envían señales claras sobre el fin de la era de los combustibles fósiles, pidiendo a los países una «transición hacia el abandono» de los fósiles, «acelerando en esta década crítica» y un punto final «cero neto» para 2050. Esto responde a las peticiones de todos los países. El llamamiento a la acción también se considera una mejora respecto del último texto.
- Se establece que la CCS se utilizará sobre todo en sectores difíciles de reducir, y no de forma generalizada. Después de múltiples admisiones de que la tecnología es técnica y económicamente inviable en el sector energético, la COP28 marcó efectivamente la muerte de la CCS como solución climática para el sector energético.
- Entre las emisiones de gases de efecto invernadero distintas del CO2 que requieren de medidas, solo se señalan las emisiones de metano (los textos anteriores hacían referencia al N20 y a los gases fluorados).
- En lo que respecta al carbón, no se ha producido ninguna mejora, ya que la redacción sigue siendo la misma que la acordada en la COP26 de Glasgow, Reino Unido. El texto hace referencia a la «Reducción progresiva del carbón no estabilizado».
- También se hace referencia a la reducción progresiva de los subsidios fósiles ineficientes, excepto cuando se trate de pobreza energética (por primera vez en un texto global de Naciones Unidas y no solo del G20).
- El párrafo 29 hace referencia a los combustibles de transición. Se considera una forma de apaciguar a los principales países productores de gas.
- Preocupa quién lidera la transición energética y cómo se apoya a los países en desarrollo en su transición energética.
- ¿Qué significa en términos de consumo absoluto de combustibles fósiles? No lo sabemos exactamente.
- Las líneas sobre los sumideros de carbono del párrafo 34 plantean dudas sobre si la práctica de los países ricos de comprar extensiones de tierra boscosa en el Sur para compensar sus emisiones pondrá de relieve cuestiones en torno a la soberanía y la equidad.
Transición energética
- En el texto se acuerda triplicar las energías renovables y duplicar la eficiencia energética para 2030, pero no incluye cuantificación ni equidad, por lo que se considera un compromiso (China e India no querían cuantificación).
- El párrafo 30, sobre el abaratamiento de las energías renovables en muchos países, se lee como un refuerzo de la necesidad de dar prioridad a las energías limpias sobre las demás tecnologías bajas en carbono.
NDC y otros plazos
- Entre noviembre de 2024 y febrero de 2025 se presentarán nuevas NDC más sólidas para 2035.
- En el texto se hace referencia a una «Hoja de ruta hacia la misión 1.5C», una iniciativa de Brasil para la colaboración internacional antes de la COP30 para mantenerse en 1.5C.
Finanzas
- Se hace poca referencia a la financiación. Hay grandes interrogantes sobre cómo se financia la transición energética o la adaptación en los países emergentes y vulnerables.
- Al principio se esperaba que las referencias a la reforma de la arquitectura financiera y del Banco Mundial fueran más audaces.
- Hay poca referencia a la escala de financiación necesaria para pérdidas y daños.
- Esta COP logró algunos avances en las promesas de financiación: las promesas de reposición para el Fondo Verde para el Clima superaron las anteriores y ahora ascienden a 12.800 millones de dólares prometidos para toda la segunda reposición.
- 2024 se convierte ahora en el año de la financiación, en el que deberán aterrizar importantes procesos políticos y técnicos para abordar estas carencias.
Adaptación
- El texto fue recortado y ahora carece de lenguaje sobre objetivos y plazos, así como las conclusiones del IPCC de que hay límites a la adaptación. Se eliminaron las referencias al desarrollo sostenible y a la financiación de la adaptación.
- No se indica cómo se ampliará la financiación de la adaptación y se señala la existencia de lagunas jurídicas para retrasar o denegar las obligaciones financieras.
- Se mantiene el lenguaje sobre «adaptación transformadora» y «evitar la mala adaptación», lo que se considera un avance.
- Se hace referencia a la necesidad de aumentar la financiación de la adaptación más allá del compromiso actual de duplicar la financiación.
- En cuanto al Objetivo Global de Adaptación (GGA, en inglés), el lenguaje deja de ser un «compromiso» para cerrar la brecha de financiación de la adaptación y ahora dice «intentar».
- Se mantiene el lenguaje previamente acordado sobre el equilibrio entre la financiación de la adaptación y la mitigación.
- Lanza un programa de trabajo de dos años sobre indicadores para medir los progresos realizados hacia los objetivos.
- Lenguaje débil sugiriendo que el GGA sea considerado en las discusiones del Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado sobre Financiación Climática.
Naturaleza
- En general, el texto era algo más débil que la última iteración, pero se mantenían algunos de los elementos cruciales sobre la naturaleza.
- Se hizo hincapié en la importancia de conservar, proteger y restaurar la naturaleza y los ecosistemas, y el texto se centró en detener e invertir la deforestación y la degradación de los bosques para 2030. El cambio del último texto a este es un paso de «llamadas» a «énfasis», lo que hace que sea más leve pero sigue siendo positivo que se incluya.
- El histórico Convenio sobre Biodiversidad se mantuvo en el texto, formando el inicio de un puente entre los objetivos climáticos y los de biodiversidad.
- En el texto se «enfatiza» la importancia de los recursos para alcanzar estos objetivos, y hace una referencia más explícita al artículo 5 (créditos forestales REDD+ basados en resultados).
- Preocupa que en esta versión actual abra la puerta a un aumento de la bioenergía, que muchos activistas no consideran una fuente de energía renovable por sus implicaciones en las necesidades de tierras y su impacto en la deforestación.
Alimentación
- Al igual que en la última iteración, la necesidad de reducir las emisiones de los alimentos, que representan un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero, está prácticamente ausente de la sección de mitigación del texto. Esto no está en consonancia con la Declaración de Emiratos Alimentarios, firmada por más de 150 partes a principios de la COP.
- La sección de adaptación está mucho mejor, reconociendo los sistemas alimentarios resilientes y salvando las distancias con el fuerte lenguaje sobre sistemas alimentarios del Objetivo Global de Adaptación.
- Tanto para los alimentos como para la naturaleza, la pieza crucial que falta es un compromiso financiero sólido.
Reacciones
En el siguiente apartado se presentan algunas reacciones recopiladas por Comunidad Planeta, durante lo que fue esta versión número 28 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático:
Enrique Maurtua Konstantinidis, Asesor Senior en Diplomacia Climática del Independent Global Stocktake:
“Hay que reconocer que, por primera vez, hay señales importantes sobre combustibles fósiles. Hace tan solo un año, no estaba sobre la mesa. Y, ahora, hay referencias a transicionar todo el sistema energético. O sea, esta COP dió énfasis al qué. Sin embargo, no dio señales del cómo: financiamiento para la transición, y la puerta abierta a muchas falsas soluciones».
Márcio Astrini, Secretario Ejecutivo, Observatorio del Clima:
“Este resultado de la COP28, fuerte en señales pero débil en sustancia, significa que el gobierno brasileño necesita tomar la iniciativa hasta 2024 y sentar las bases para un acuerdo de la COP30 en Belém que atienda a las comunidades más pobres y vulnerables del mundo y a la naturaleza. Puede empezar por cancelar su promesa de unirse a la OPEP, el grupo que intentó y fracasó en su intento de destruir esta cumbre. Sin una acción real, el resultado de Dubai no será celebrado entre las comunidades de todo el mundo que están sufriendo fenómenos meteorológicos extremos».
Natalie Unterstell, Instituto Talanoa:
“Hemos derrotado el imposible final de los combustibles fósiles: una victoria rotunda sobre la diplomacia del petróleo y el gas que ha predominado durante los últimos 30 años. El GST hace un llamado a los gobiernos a seguir un calendario claro y alineado para la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles, que tendrá que integrarse en el calendario de transición de las economías hacia las emisiones netas cero para 2050. Esto significa que los países que apuestan por la expansión continuada de la producción de petróleo, gas y carbón tendrán que revisar sus planes e indicar cómo y cuándo completarán su transición».
Delcio Rodrigues, Director, Instituto ClimaInfo:
“Los avances en la elaboración de un reglamento que regule los mercados de carbono se han estancado, y las decisiones difíciles se han pospuesto hasta el año que viene. En la actualidad, los cowboys del carbono disponen de un amplio margen de maniobra. Negociado en medio de cuestionables prácticas de acaparamiento de tierras en África y una crisis de integridad en el mercado voluntario, el artículo 6 podría desempeñar un papel orientador crucial. Su propósito es protegernos a todos mediante un conjunto de normas comunes que nivelen el terreno de juego. Sin tales normas, corremos el riesgo de legitimar un entorno del Salvaje Oeste. Esto es inaceptable y debe solucionarse antes de 2024«.
Maurício Voivodic, Director General, WWF-Brasil:
“El resultado de la COP28 refuerza la importancia del fuerte compromiso de Brasil para construir la confianza entre los países con el fin de alcanzar los resultados necesarios en la COP30. Esto debe comenzar ahora, durante la presidencia del G20, donde será posible reforzar el compromiso climático de las mayores economías del planeta. Esto debe comenzar ahora, durante la presidencia del G20, donde será posible reforzar el compromiso climático de las mayores economías del planeta. Sin embargo, necesitamos predicar con el ejemplo, lo que significa que tenemos un gran desafío interno, ya que parte del gobierno está ignorando la crisis climática y está trabajando para alinear a Brasil con el grupo de naciones responsables del casi fracaso de la COP28. Prueba de ello es la subasta de la ANP, que en una perversa coincidencia tiene lugar el mismo día de la clausura de la Conferencia. La ciencia es clara: la eliminación de los combustibles fósiles es urgente y necesaria para mantener el planeta en niveles saludables. Hemos avanzado en cuestiones relacionadas con la preservación de los bosques, los fondos de pérdidas y los sistemas alimentarios, un área extremadamente importante para Brasil, pero esto no será suficiente para alcanzar los 1,5°C establecidos en el Acuerdo de París».
Maria Laura Castillo, Programa de Humedales Altoandinos de Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN):
“América Latina puede y debe avanzar de forma urgente hacia una transición social y ecológica integral con respeto pleno por los derechos humanos y de los límites planetarios. Esa transición requiere de un cuestionamiento del paradigma global de producción y consumo, en el que los países del norte global reduzcan la demanda de energía y bienes ambientales y apoyen a los países del sur global. Este apoyo debe incluir financiamiento sin condicionamientos, transferencia de tecnologías y apoyo para la construcción de capacidades, a fin de que puedan avanzar en su propia transición».
Camila Mercure, analista de Política Climática en Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN):
“Según la información oficial de presidencia de la COP28, Argentina está entre los más de 100 países que firmaron una declaración sobre triplicar la generación de energía renovable a 2030. Esto es un compromiso valioso, pero es necesario que el país avance en ese sentido, con políticas acordes a sus necesidades, prioridades y posibilidades. Además de palabras, se necesitan acciones concretas».
Javier Dávalos Gonzalez, Coordinador del programa de Clima, Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA):
“El documento propuesto para el Balance Global del Acuerdo de París carece de la claridad y ambición necesarias y urgentes para convertirse en un instrumento útil para la próxima ronda de contribuciones nacionalmente determinadas (NDC). Si bien el texto menciona la reducción del consumo y producción de combustibles fósiles en una forma justa y ordenada, las referencias a cero neto y la meta de hacerlo hasta el 2050 evidencian que la COP28 no ha entendido la urgencia de la transformación que se requiere. El hecho de que esta medida sea una posibilidad para las partes y no una obligación, nos impulsa a exigir mayor ambición de las partes al cerrar la COP».
Augusto Duran Duran, coordinador regional, Tratado sobre Combustibles Fósiles, MOCICC:
“El texto final presentado en la COP es una muestra más del desprecio que los líderes de los países más desarrollados y de mayor riqueza, tienen con las naciones del sur. Quienes venimos de países que ya estamos sufriendo la catástrofe climática sabemos que necesitamos medidas ambiciosas y radicales para la eliminación total de la producción y uso de los combustibles fósiles».
“La mención tímida y sin mecanismos claros a una reducción del consumo de combustibles fósiles hoy se plasma en la propuesta de texto final, es totalmente irresponsable, insuficiente y apunta a dejar a libre elección de los países si continúan o no con su dependencia al petróleo, carbón y gas natural».
“El caso de la representación oficial de Perú en las negociaciones deja mucho que desear, siendo uno de los países más vulnerables frente al cambio climático. Esta representación se retira de la COP sin posición, sin propuestas y de espaldas a la población que por décadas ha sufrido la violencia que representa la extracción de petróleo y gas en los territorios».
“Sin embargo, en medio de la incertidumbre se pueden observar propuestas audaces frente a esta crisis, entre ellas la iniciativa para la implementación de un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, liderado por Colombia, Tuvalu, Vanuatu y 9 naciones más, nos muestra que aún es posible terminar con el imperio de los combustibles fósiles, sin embargo esto requiere a la ciudadanía climática movilizada a nivel mundial para sostener la propuesta».
«Esperemos que para la COP29 todavía exista un planeta que salvar«.
Karla Maass Wolfenson, Asesora de Incidencia, Climate Action Network América Latina:
“Fueron dos semanas de intensas negociaciones en Dubai y lo que resulta fundamentalmente son procedimientos. Los tomadores de decisión son capaces de hacer una torta pero incapaces de acordar su sustancia. No son capaces de definir cuáles son los criterios ni los marcos mínimos del trabajo. Vimos eso en el Plan de Acción de Género, en el NCQG y en el JTWP también se huele esa dificultad. Para la COP28, la prueba era clara, acordar el abandono de los combustibles fósiles y definir el apoyo para financiar la transición. No era mucho pedir luego de 200 años de beneficios espurios de la industria y crecientes pérdidas y daños en nuestras comunidades y países. Este proceso ha demostrado de manera clara sus limitaciones. El trabajo queda para la casa».
Friederike Otto, Profesora Titular de Ciencias del Clima, Instituto Grantham para el Cambio Climático y el Medio Ambiente; cofundadora, World Weather Attribution:
«Esta COP tenía una tarea: aprender las lecciones del primer Balance Mundial. Ha enviado señales de que existe una voluntad creciente de hacerlo, pero no ha proporcionado un marco sólido para actuar«.
«Al no eliminar gradualmente los combustibles fósiles, al utilizar un lenguaje que deja voluntariamente la adopción de medidas serias de mitigación y adaptación, no tenemos un marco para encaminar al mundo hacia la consecución del Acuerdo de París».
«El Acuerdo de París es un tratado de derechos humanos. No alcanzar sus objetivos es violar derechos humanos esenciales de una gran parte de la población».
Linda Kalcher, Directora Ejecutiva, Perspectivas Estratégicas:
«Por primera vez, las conversaciones de Naciones Unidas sobre el clima han abordado la necesidad de dejar de quemar combustibles fósiles. La COP28 marca el principio del fin de la era de los combustibles fósiles. Este resultado debe ser aprovechado por los gobiernos y los mercados, pero señala claramente el principio del fin del carbón, el petróleo y el gas en la economía mundial y el crecimiento masivo de las energías renovables».
«Las realidades económicas acabarán con algunas de las falsas soluciones a las que todavía da cabida este texto, como la CCS y los llamados ‘combustibles de transición’, pero no se puede permitir que distraigan del trabajo que tenemos entre manos. Los líderes de la COP28 no pueden afirmar que han salvado 1.5C. Este acuerdo sigue estando plagado de lagunas, carece de plazos y no proporciona el apoyo que la mayoría de la población mundial va a necesitar para financiar la rápida transición que ahora se requiere. La Unión Europea y el resto del G20 pueden liderar la próxima ronda de NDCs e impulsar la reforma de las finanzas mundiales que se necesita desde hace tiempo».
Joab Okanda, Asesor Principal sobre el Clima, Christian Aid:
«Está claro que la era de los combustibles fósiles está llegando a su fin. Puede que no hayamos clavado el clavo en el ataúd aquí en la COP28, pero el fin de la energía sucia está llegando. Pero hay un agujero enorme en la financiación de la lucha contra el cambio climático para financiar realmente la transición de la energía sucia a la energía limpia en los países en desarrollo. Sin eso, corremos el riesgo de que el cambio global sea mucho más lento».
Ruth Davis, Asociada Principal, Smith School of Enterprise and Environment de Oxford:
«Hace tiempo que la alimentación y la naturaleza necesitan más espacio en los textos de negociación de la COP. Por primera vez, la promesa de detener e invertir la deforestación para 2030 se ha convertido en un resultado formal. Y más de 150 países se comprometieron a incluir los alimentos en sus nuevos planes climáticos. El tercio olvidado de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero será objeto de un examen adecuado, siempre que haya financiación sobre la mesa. Lo que necesitamos ahora es dinero».
*Este artículo es parte de COMUNIDAD PLANETA, un proyecto periodístico liderado por Periodistas por el Planeta (PxP) en América Latina. Fue producido en el marco de la iniciativa «Comunidad Planeta en la COP28.