El dichoso mes de septiembre es sinónimo de muchas cosas: las primeras brisas primaverales, los rayos cálidos de luz solar, el florecer de innumerables plantas que se convierten en la pesadilla para los alérgicos al polén, etcétera.

Pero por sobre cualquier otra cosa, septiembre trae consigo un irrefrenable deseo de festejar. Las Fiestas Patrias animan tanto a los patriotas que buscan celebrar a la República, como a quienes sólo quieren compartir con sus amigos y familia.

En el contexto de celebrar a Chile, uno de los importantes patrimonios de nuestro país es la cultura etílica. Con una variedad que sólo se explica por nuestro largo y diverso territorio, cada trago, cóctel, destilado, cerveza y combinado es una puerta a nuestra historia y nuestro pasado.

Conversamos con Loreto Gatica, periodista gastronómica de La Tercera y Miguel Larraguibel, más conocido como «Maldito Barman», para que nos cuenten cuáles son, según ellos, los 12 tragos chilenos esenciales que no te puedes perder estas Fiestas Patrias.

Cabe mencionar que, en esta ocasión, nos limitamos a cócteles, es decir, preparaciones que llevan más de tres ingredientes, lo que significa que algunos clásicos como la deliciosa chicha, el curioso licor de oro, la confiable piscola y el tradicional araucano tendrán que ser protagonistas en otra ocasión.

Terremoto

Hay tantas versiones de la historia de este trago que es difícil discernir cuál es la real. Sin embargo, hay algunas cosas que son seguras. El Terremoto es el resultado de una larga tradición en Chile, de mezclar vinos con agregados dulces. Específicamente, expertos consideran que su origen se puede rastrear al Ponche a la Romana, más conocido como: champaña con helado de piña. Esta mezcla, que actualmente es frecuente en las celebraciones de Navidad y Año Nuevo solía ser un bebestible con el que celebraba la clase alta de nuestro país y una vez que llegó a los restaurantes terminó popularizándose.

“El terremoto es la bebida más pintoresca que tenemos en Chile”, comenta Miguel Larraguibel, “la gente encuentra muy raro que tenemos un cóctel con helado y hablan peyorativamente sobre eso. Lo desvalorizan por ser propiamente dieciochero o por asociarse a quienes les guste ir a las fondas, pero es una bebida divertida, algo más juguetón y nace de una cultura mucho más antigua, el ponche la romana, con el que festejaban las grandes alcurnias”, concluye.

A pesar de que las circunstancias no son claras, su nombre se debe a que fue inventado después del terremoto de Chile de 1985. El crédito de su invención se lo pelean dos icónicos bares de la capital, “El Hoyo”, y “La Piojera”. De acuerdo con Loreto Gatica, en este último “el Terremoto se hace con pipeño de Portezuelo dulcesito y se guarda en cámara siempre heladito. Ahí también me gusta el chichón, que es chicha con pipeño”.

terremoto, típico chileno.
Créditos: Miguel Larraguibel (Maldito Barman).

Caliente de chicha

Uno de los tragos más novedosos y desconocidos que encontrarás en esta lista, este brebaje se toma en el sur de nuestro país, mayoritariamente en la isla de Chiloé. Consiste en preparar una ronda de mate, pero en vez de echarle agua se le vierte chicha caliente y azúcar. “Le tiran, de repente, algunas ramitas de canela a la chicha en la tetera y se la van sirviendo”, comenta Larraguibel. “En la preparación evitan que la chicha hierva para evitar que se vaya el alcohol, pero a los 60 grados este empieza a evaporarse. No sabría decir si realmente esta preparación queda con alcohol o no, pero ayuda con la necesidad de mantener tu cuerpo tibio”, finaliza.

caliente de chicha, chiloé
Créditos: Andrea Saldivia.

Mote con huesillo

¿Qué más típico chileno que un mote con huesillo? A pesar de no ser alcohólico, ninguna lista de bebidas chilenas estaría completa sin una aparición de esta gran estrella. De acuerdo con Miguel Larraguibel lo más esencial de este trago es que el mote y el huesillo estén separados hasta el último momento, cuando se juntan en el vaso “El maíz cambia el sabor y la textura”, comenta.

Suele encontrarse en puestos o carritos en las veredas de la zona central de Chile y su historia se remonta, como no es de extrañar, a la Conquista. Los españoles habrían traído el trigo al continente latinoamericano y fue incorporado por los pueblos indígenas.

A pesar de que sea difícil de imaginar que haya un buen ejemplar de este trago en la capital, de acuerdo con Loreto Gatica, los mejores motes con huesillo de Santiago se pueden encontrar en “El Rey del Mote con Huesillo”, un carrito que se ubica en Av. Rondizonni y que tiene un versión XL del brebaje y en el restaurant “Juan y Medio” en José Manuel Infante, Providencia.

mote con huesillo, típico chileno
Créditos: Inacap.

Deshuesado

Hablando de huesillo, cabe la coincidencia de que una de las recomendaciones de Loreto Gatica, fue justamente un cóctel creado por Miguel Larraguibel (Maldito Barman). Se trata del Deshuesado, compuesto por pisco, jugo de maracuyá, jugo de limón y por supuesto, jugo de huesillo.

“Se me ocurrió por llevar la contra”, comenta el mixólogo, quien se muestra crítico respecto a la preferencia que los chilenos y chilenas demuestran a licores extranjeros. “Eran productos que no se ocupaban y yo veía que se podía jugar con ellos perfectamente. Una botella de gin es al menos tres veces más barata de producir que una botalle de pisco. Pero por temas de imagen, te la venden cuatro veces más cara. Yo quiero celebrar lo mío, las bebidas nacionales que son el pisco y el huesillo”, concluye.

Ante la pregunta de por qué le agregó maracuyá, si se supone que es una bebida nacional, Larraguibel se muestra tranquilo. “Si fuera por eso entenderíamos que el pisco tampoco es chileno porque en Chile no teníamos uvas hasta la llegada de los españoles. Hoy en día tenemos maracuyá en el norte de Chile, plantaciones gigantes. ¿Por qué no ocupar el producto y darle visibilidad?”, responde.

deshuesado
Deshuesado, cóctel creado por Miguel Larraguibel (Maldito Barman).

Pichuncho

El “Manhattan” es un célebre cóctel neoyorkino que se ha expandido a todo el mundo y que contiene whisky y vermouth. Sin embargo, a pesar de tener casi los mismos ingredientes, el pichuncho no es una réplica de este trago estadounidense.

“Según lo que sé, nace al norte de Chile, en las pisqueras, cuando no alcanzaban a procesar completamente la uva”, comenta Miguel Larraguibel. “Tenían unos vermouth concentrados, con muchas azúcares y como no había posibilidad de acceder a bebidas gaseosas u otros líquidos para combinarlo echaban este vermut con muy poca gradación alcohólica, pero con mucha cantidad de azúcar al pisco”, explica el experto.

“Ahora los barman le dan una vuelta. Algunos le ponían bitter, para cambiarle el nombre a ‘Sanhattan’”, comenta. A pesar de todo, el pichuncho continúa manteniéndose firma a su base de pisco y vermouth y de acuerdo con las preferencias, se le puede agregar un trozo de limón o una cereza.

pichunchu, trago típico chileno
Créditos: Miguel Larraguibel (Maldito Barman).

Navegado

Probablemente no requiere introducción o presentación. Más que ir a buscar qué bar sive el ejemplar perfecto, esta es la clase de trago que pertenece en un ambiente casero, familiar o de amistad y es una bebida imprescindible en el invierno de cualquier chileno.

El calentito brebaje se masificó durante la década de los 60’ y entre numerosas teorías sobre su origen destaca la anécdota de que una vez los europeos negaron la entrada a un barco chileno completamente cargado con vino y lo enviaron de vuelta. Como consecuencia, se intentó vender en Chile como un producto mejorado y sazonado. El resultado fue tan delicioso que habría quedado establecido en el colectivo de la nación.

A grandes rasgos, consiste en vino calentado hasta un poco antes del punto de ebullición y especiado con canela, naranja y azúcar. Un deleite en un día lluvioso y junto con el caliente de chicha es uno de los tragos más invernales de la lista.

navegado, típico chileno.
Créditos: Miguel Larraguibel (Maldito Barman).

Vaina

Este cremoso y dulce trago tendría también una alocada historia relacionada con la Conquista. Al parecer, su nombre le fue concedido por el mismísimo filósofo venezolano Andrés Bello quien durante su residencia en Chile frecuentaba la Confitería Torres, donde le servían un cóctel de vino añejo, pisco, licor de crema, cacao y canela. Al ser venezolano, utilizaba el modismo “vaina” para pedir nuevas rondas del que pronto se convirtió en su trago favorito.

De acuerdo con Miguel Larraguibel, se trata de un producto que refleja un período de tiempo de Chile. “En los 70’ y 80’ la vaina era una bebida que se tomaba como aperitivo”, comenta con asombro, “estás consumiendo básicamente un batido de proteínas previo a almorzar y uno aguantaba eso feliz”, continúa. 

Hay poca claridad respecto a cuál es la receta original y auténtica de este trago. Se han añadido y malinterpretado ingredientes a lo largo de su historia, pero lo que es absolutamente seguro según Larraguibel es que “ocupaban yemas de huevo, de buenas gallinas”. Su versión del trago contiene ron añejo, licor de cacao, oporto y una yema de huevo. “La gente lo prueba y les gusta mucho, aunque la receta ponga el color del trago más rojizo”, comenta.

Loreto Gatica comenta que los mejores lugares para beber una vaina siguen siendo las fuentes de soda antiguas, pero destaca restaurantes como el “Lomit’s” en Av. Providencia y “Esperancita”, local donde el bartender del año, Franco Muñoz, hace su propia innovadora versión de la vaina, con coñac y jerez.

Vaina con canela.
Créditos: Inacap.

Té con té

“Es bonito el juego de palabras porque es como que le contara algo a alguien”, comenta sobre este trago Miguel Larraguibel. Se trata de una preparación que se consume mayoritariamente en el altiplano boliviano, pero también en el chileno. En una olla se prepara té de hojas, se aliña de forma similar al té chai y se agrega azúcar y un aguardiente de maíz llamado cocoroco. Este licor es célebre por ser uno de los más alcohólicos del mundo, oscilando entre los 90 y 96 grados, e ingresa en forma de contrabando a Chile.

“El alcohol se evapora mucho más rápido a mayor cantidad de altura, por la presión”, comenta Larraguibel. Este trago es muy utilizado para pasar los fríos de las cumbres de la cordillera.

Té con té, altiplano chileno y boliviano.
Créditos: Wikimedia.

Chupilca

“La encuentro una idea nacional muy importante”, comenta Miguel Larraguibel sobre la chupilca, “explica un poco cómo se alimentaba la gente y cómo tenía que aguantar temporadas en el campo”.

Este simple brebaje consiste en mezclar vino, harina tostada y dependiendo del gusto de cada uno, azúcar y nuevamente se puede encontrar en la tradición histórica de nuestro país.

Además de haber sido un desayuno esencial para muchas generaciones, este trago es célebre por el rol que jugó en la toma del Morro de Arica. Según dicen las anécdotas, una versión más extrema de este brebaje era repartido a los soldados durante la Guerra del Pacífico. Consistía en una mezcla de aguardiente con pólvora, lo que los habría llevado a un estado de euforia y enajenamiento que los habría ayudado a ganar la guerra.

“Miras los informes de peruanos sobre cómo se tomaron este este terreno y describían al soldado chileno como un desquiciado, desaforado matando niños y mujeres arrasando con todo (…) hubo una historia muy romantizada, pero muy bélica y odiosa y hoy en día uno banalmente habla sobre la chupilca del diablo (…) hay que tener ciertos códigos y cuidado al momento de hablar”, comenta Larraguibel.

chupilca con harina tostada.
Chupilca. Créditos: Recetas Chilenas.

Cola de mono

Un cóctel clásico en la cultura etílica chilena, usualmente reaparece alrededor de la Navidad y Año Nuevo, pero nunca es mal momento para tomarse un vasito de colemono.

La teorías sobre el origen de su nombre son muy variadas y abundantes y nuevamente se remontan al pasado histórico de nuestro país. Las hipótesis más aceptadas y difundidas plantean que su nombre se debe al ex presidente Pedro Montt, quien ejerció entre 1906 y 1910.

Al haber sido derrotado por Germán Riesco en la elección presidencial, él y sus seguidores habrían ido a festejar a una heladería cuya especialidad era el helado de café con aguardiente. Ahí habrían bautizado la bebida como “cola de Montt”, ya que así se referían a un candidato que había perdido y el nombre habría mutado hasta llegar a cola de mono.

Otra teoría plantea que el mismo mandatario, apodado como “El Mono Montt” por sus amigos, quería abandonar una fiesta y pidió que le devolvieran su pistola Colt. Para evitar que se fuera y porque llovía torrencialmente, sus amigos argumentaron que no encontraban el revólver y decidieron hacer un trago casero mezclando café con leche y aguardiente. La exitosa bebida habría sido bautizada “Colt de Montt”, lo que habría evolucionado hasta cola de mono.

Para Miguel Larraguibel, el dato más interesante de la cola de mono es que versiones de este bebestible se encuentran en numerosos países del continente, como Venezuela y Estados Unidos. “La cola de mono como bebida autóctona ya es una bebida de mestizaje”, comenta.

Por otra parte, según la experiencia de Loreto Gatica, los mejores colemono de la ciudad se encuentran en “La Milla”y el restaurant “Ciro’s” en calle Bandera.

colemono fiestas patrias
Créditos: Miguel Larraguibel (Maldito Barman).

Clery y Borgoña

Es uno más de esos tragos que simplemente son mejores cuando se hacen con las medidas que a uno le plazcan. Dependiendo de la preferencia, se puede elegir el Borgoña, vino tinto con frutillas picadas, o el más suave y veraniego Clery, ponche de vino blanco y frutillas picadas.

O simplemente, tirar todo por la borda y preparar un Arreglado, cualquier vino con cualquier fruta que haya disponible.

De acuerdo con Loreto Gatica, estos cocteles son el hit de “La Milla”, lugar donde se encuentra al “rey del arreglado”, Juan Guillermo Flores.

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