Mientras la vaca está distraída, un pequeño mamífero da saltos para encaramarse en su bovino cuerpo con envidiable agilidad. Es ahí cuando – con sus filosos incisivos – le hace una pequeña herida que se apresura a lamer. Así obtiene la preciada sangre que es su único alimento. Fue un hecho parecido el descrito por un periódico de Nueva York, que inspiró en parte la profusa creatividad del escritor Bram Stoker, quien publicó su famosa novela “Drácula” en 1897.

Murciélago vampiro común (Desmodus rotundus) ©Sherri y Brock Fenton
Murciélago vampiro común (Desmodus rotundus) ©Sherri y Brock Fenton

Aun así, no deja de ser curioso que este personaje nacido en Europa se asocie con estos animales, ya que de las más de 1.400 especies de murciélagos que existen en el mundo, solo tres son hematófagas, es decir, se alimentan de sangre. Lo interesante es que sería prácticamente imposible encontrar uno en Transilvania, ya que los murciélagos vampiros son 100% latinoamericanos.

“Los murciélagos vampiros pertenecen a la que sería la familia de mamíferos más diversa desde el punto de vista evolutivo, ecológico y morfológico. Dentro de la familia de los filostómidos existen murciélagos con orejotas y orejitas; con trompotas y trompitas; con ojotes y ojitos; y con dientotes y dientitos. Una pregunta que le hago a mis alumnos en la universidad es que, si los murciélagos hematófagos consumen sangre de animales grandes, ¿cómo se explica que no haya murciélagos vampiros en África, con tanto mamífero grande que hay allá? Porque las familias que están en África y Asia no tienen esa plasticidad evolutiva que les ha permitido desarrollar ese tipo de alimentación”, explica Rodrigo Medellín, investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien ha sido denominado como el “Batman de México” por medios como National Geographic y la BBC.

Murciélago vampiro de patas peludas (Diphylla ecaudata) / Gerry Carter vía Wikimedia Commons
Vampiro de patas peludas (Diphylla ecaudata) / Gerry Carter vía Wikimedia Commons

En efecto, las tres especies de quirópteros que se alimentan de sangre son el murciélago vampiro de patas peludas (Diphylla ecaudata), el vampiro de alas blancas (Diaemus youngi) y el vampiro común (Desmodus rotundus).

Murciélago vampiro de alas blancas (Diaemus youngi) ©Gerald Carter
Vampiro de alas blancas (Diaemus youngi) ©Gerald Carter

Es el murciélago vampiro común, precisamente, el más abundante de los tres, encontrándose desde el norte de México, a través de toda Centroamérica y parte de Sudamérica. De esa forma pasa por numerosos países como Colombia, Costa Rica, Ecuador, Brasil, Perú, Chile y Argentina, donde puede habitar en cuevas, acantilados, cavidades de árboles y en lugares artificiales como minas o edificios abandonados.

Dada su amplia presencia en Latinoamérica, la especie está clasificada en “preocupación menor” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Sin embargo, este animal no está libre de problemas.

Murciélago vampiro común o piuchén (Desmodus rotundus) ©Juan Luis Allendes (1)
Vampiro común o piuchén (Desmodus rotundus) ©Juan Luis Allendes

El coordinador nacional del Programa de Conservación de Murciélagos de Chile, Juan Luis Allendes, sostiene que su principal amenaza “es el desconocimiento sobre esta especie y los mitos infundados asociados a que nos atacarán y nos transformaremos en Drácula si nos muerden”.

La mala fama, sumada a los conflictos con la ganadería, son algunos de los problemas que han llevado al ser humano a sostener una complicada relación con el murciélago vampiro.

Las criaturas de la noche y el factor Drácula

Estos mamíferos alados han coexistido con los humanos desde tiempos pretéritos, incluyendo a las antiguas culturas prehispánicas de Latinoamérica. En la cultura maya, por ejemplo, los murciélagos (llamados zotz) se erigieron como símbolos de la noche, la oscuridad y la muerte. Un personaje conocido es Camazotz, el “murciélago de la muerte” que los mayas asociaban con la sangre, la decapitación y los sacrificios, aunque no directamente con la dieta hematófaga. Si bien algunas fuentes vinculan a Camazotz con murciélagos vampiros, otros cuestionan esa hipótesis, señalando que se habría inspirado más bien en el murciélago espectral (Vampyrum spectrum), el cual es carnívoro, no hematófago.

Murciélago vampiro común / Wikimedia Commons
Murciélago vampiro común, 1847 / Wikimedia Commons

Similar es la situación en el sur del mundo, ya que en Chile, por ejemplo, el murciélago vampiro común es conocido como “piuchén”, nombre que vendría del mapudungun piwicheñ (“secar a la gente”) y que se inspiraría en una criatura mitológica del pueblo mapuche. De hecho, fue en este mismo país donde el famoso naturalista Charles Darwin tuvo un encuentro cercano con un murciélago vampiro que mordió a su caballo.

De esa forma, los quirópteros han sido asociados por larga data con lo sobrenatural y el misterio, pero fue la aparición de Drácula la que habría cimentado la conexión directa entre los murciélagos y los vampiros del folclore. Así lo asegura Laura Navarro, coordinadora de Educación Ambiental del Programa para la Conservación de los Murciélagos de México, quien realizó su tesis doctoral sobre las representaciones sociales de los quirópteros en dicho país.

“La historia de Bram Stoker es increíble. Enfermizo desde pequeño, su mamá le contaba historias de terror, y para curarlo le hacían sangrías, casualmente. Pasó toda su infancia en cama, y después se convirtió en el representante de Henry Irving, un actor inglés. Siendo representante de este señor se topa con un artículo en un periódico de Nueva York, donde se habla de un ataque de murciélagos hematófagos a unos caballos en las pampas, en los Andes”, relata Navarro.

De ese modo, estos animales fueron parte de la inspiración del escritor irlandés, aunque su imagen se vio perjudicada. Navarro agrega que “la novela de Drácula es una de las joyas de la literatura universal, porque es el momento en el que Bram Stoker logra juntar esta parte profunda de los humanos que tiene que ver con la sangre como fuente de vida eterna, con la historia de los murciélagos hematófagos. En ese momento cambia la historia de los murciélagos para siempre”.

El vampiro que ha salvado vidas

Lo cierto es que muchas de las creencias que existen sobre los murciélagos se alejan de la realidad.

Con sus 30 gramos de peso promedio, estos quirópteros salen de sus refugios cuando cae la noche para alimentarse principalmente de la sangre de mamíferos domésticos (como vacas) y silvestres (como tapires, capibaras o lobos marinos, dependiendo del país). Los humanos no suelen formar parte de su menú, salvo contados casos.

Estos quirópteros tampoco “chupan la sangre” hasta desangrar a su víctima (lo cual sería un pésimo negocio para su propia supervivencia), pues realizan una pequeña incisión para lamer el preciado líquido. Podríamos decir que su mordida se asemeja, de cierto modo, a la picadura de un mosquito. Estos murciélagos corren, brincan e incluso caminan cuadrúpedamente – a diferencia de otras especies – para escabullirse y evitar ser detectados por sus presas.

Murciélago vampiro común Desmodus rotundus caminando cuadrúpedamente por el suelo – Uwe Schmidt vía Wikimedia Commons
Vampiro común caminando cuadrúpedamente / Uwe Schmidt vía Wikimedia Commons

El coordinador del Programa de Conservación de Murciélagos de Chile detalla que “ellos utilizan la ecolocalización para orientarse en la oscuridad y tienen unos sensores de calor en su carita que detecta dónde realizar el corte de la manera más eficiente e inocua en el animal para alimentarse de su sangre”. Inclusive, esta especie tiene la capacidad de reconocer el patrón de respiración de cada individuo, para regresar a alimentarse de la misma presa cada noche.

Pero eso no es todo, ya que este vampiro también ha salvado vidas.

Murciélago vampiro común (Desmodus rotundus) ©Sherri y Brock Fenton
©Sherri y Brock Fenton

Se ha descubierto una proteína anticoagulante en la saliva de esta especie, que ha sido estudiada y aplicada en la medicina para tratar problemas cardiovasculares como la trombosis. Además, se siguen analizando otras propiedades y posibles aplicaciones. El quiropterólogo chileno añade que “la sustancia anticoagulante se estudió y se produjo en masa para obtener hoy en día muchos remedios contra los ataques cerebrovasculares y las varices, por lo que las personas tienen que agradecer mucho al piuchén pues ha salvado incontables vidas. Hoy se está estudiando la sustancia anestésica para ver si es posible utilizarla en procedimientos ambulatorios de humanos”.

La historia de Lilith y BD

Otro aspecto que ha acaparado la atención de la ciencia es el lado social de esta especie gregaria.

Colonia de murciélago vampiro común (Desmodus rotundus) en un árbol – Uwe Schmidt vía Wikimedia Commons
Colonia de murciélagos en un árbol / Uwe Schmidt vía Wikimedia Commons

Para hacerse una idea, estos vampiros conforman colonias que varían de 20 a 100 individuos, aunque se han registrado algunas compuestas por hasta 1.000 ejemplares. Además, viven en harenes, es decir, un macho dominante con un grupo de hembras. “Son muy sociales y viven machos con hembras donde hay un macho dominante que las defiende. Cuando nos acercamos para hacer un estudio, él es el primero que sale a ‘echar la foca’ [espantar] a los humanos que lo molestan en su siesta diurna”, cuenta Allendes.

Por otro lado, algunos estudios han revelado notables conductas, como el hecho de que estos murciélagos donan sangre (a través de la regurgitación) a sus pares cuando éstos no han podido alimentarse, independiente si están o no emparentados genéticamente. Esto no es menor si consideramos que, dadas las limitaciones de su dieta, estos mamíferos pueden morir de inanición si no se alimentan en tres días, aproximadamente.

Uno de los científicos que ha volcado su carrera en entender la conducta de estos animales es Gerald Carter, profesor asistente del Departamento de Evolución, Ecología y Biología Organismal de la Universidad Estatal de Ohio, quien cuenta a Ladera Sur que estos murciélagos “participan en el intercambio cooperativo de alimentos. Las hembras de vampiro alimentan a sus crías, pero también a los adultos que lo necesitan, incluidos los adultos no emparentados que están fuera de su familia. Como algunos primates, tienen vínculos sociales a largo plazo que involucran comportamientos como el acicalamiento social”.

Según las hipótesis, este comportamiento cooperativo sería una forma de reciprocidad, ya que promueve un acto recíproco de ayuda, yendo en beneficio mutuo.

Además, se han estudiado otras conductas que han causado asombro, como el caso de una murciélago que adoptó a una cría huérfana, luego de haber sostenido un vínculo con la madre del pequeño, antes de que ella muriera. Este caso fue analizado en una investigación publicada en la revista Royal Society Open Science, que fue realizada por Imran Razik, un estudiante de posgrado del laboratorio de Carter.

Todo comenzó en el verano de 2019 cuando realizaban experimentos con una colonia cautiva de murciélagos vampiros en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, en Panamá. Fue en ese contexto donde vieron las interacciones entre dos vampiras, a las que bautizaron como Lilith y BD.

La murciélago BD alimentando a Lilith ©Social Bat Lab
BD alimentando a Lilith ©Social Bat Lab

Carter, quien también es investigador asociado en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, cuenta que “BD formó un vínculo excepcionalmente fuerte con una murciélago en particular llamada Lilith, a quien capturamos a unos 340 km de distancia, al otro lado de Panamá. A medida que avanzó el tiempo, BD acicalaba y alimentaba a Lilith más que cualquier otro murciélago de la colonia, y Lilith también acicalaba a BD casi la misma cantidad. Imran observó cómo se formaba esta relación. Luego, cuando Lilith se enfermó y murió (lo cual fue muy triste para Imran), vio a BD adoptar al cachorro de Lilith y alimentarlo con sangre regurgitada y leche”.

La murciélago BD alimentando a la cría huérfana de Lilith ©Social Bat Lab
BD alimentando a la cría de Lilith ©Social Bat Lab

En ese entonces, BD no estaba preñada ni tenía descendencia, pero aun así cuidó y amamantó con esmero a la cría de su difunta compañera, a diferencia de las 20 hembras restantes que conformaban la colonia.

Hasta hoy, no existe certeza sobre cuán frecuente es este tipo de conductas en la vida silvestre. De lo que no cabe duda es que es el vínculo entre BD y Lilith dio a luz una gran historia.

Ganadería “versus” vampiros

Antes de que llegaran los colonos europeos a América, eran los mamíferos silvestres la principal fuente de alimento de los murciélagos vampiros. Respecto a su rol ecológico, Medellín asegura que “el papel que jugaban los vampiros era precisamente eliminar de la población a los viejos, a los débiles y a los enfermos, a los que de alguna manera resienten la mordida de un vampiro. Un tapir bien formado se va a defender de un vampiro, pero si está medio enfermo o golpeado, no se va a dar ni cuenta de que lo están mordiendo, se va a debilitar más y va a terminar eliminándolo de la población. Es un proceso de selección natural”.

Murciélago vampiro común (Desmodus rotundus) ©Sherri y Brock Fenton
©Sherri y Brock Fenton

Sin embargo, cuando llegaron los colonos europeos a América, trajeron consigo a animales domésticos como vacas, caballos y cerdos que se destinan a la ganadería. Al convertir ecosistemas nativos como bosques en campos para el pastoreo de animales, aumentó ostensiblemente la disponibilidad de alimento para estos murciélagos, incrementando de paso sus poblaciones en algunas localidades (a veces de forma explosiva). De esa forma, “el piuchén tuvo que adaptarse y cambiar su objetivo de animales silvestres al ganado”, precisa Allendes.

Esto ha desembocado en países como México, Argentina y Perú en un conflicto de los ganaderos en contra de los murciélagos hematófagos, los cuales no solo muerden al ganado, sino que también podrían transmitirles el virus de la rabia paralítica bovina, generando pérdidas económicas.

Murciélago vampiro común (Desmodus rotundus), joven macho en Belize / Gerry Carter vía Wikimedia Commons
Murciélago vampiro en Belize / Gerry Carter vía Wikimedia Commons

Esto ha motivado distintas prácticas a lo largo de los años, como la instalación de luces o redes en corrales; y el uso de humo, fuego, diésel e inclusive de explosivos en cuevas donde se refugian murciélagos. Dado que algunas personas no saben diferenciar a las especies, los murciélagos que se alimentan de insectos, polen, entre otros, también se han visto afectados.

Navarro agrega que una técnica que se emplea actualmente en países latinoamericanos, consiste en “atrapar a un murciélago hematófago, y untarlo con un vampiricida en el cuerpo, entonces cuando él llega a su colonia dispersa ese vampiricida y se muere la colonia entera, sin afectar a otras especies de murciélagos”.

Aunque esta especie impacta sobre todo en la economía de pequeños productores que viven en condiciones de vulnerabilidad, cabe destacar que la prevalencia del virus de la rabia es baja en los murciélagos vampiros.

Medellín aclara que “nosotros hemos realizado estudios de murciélagos hematófagos y no hematófagos, y hemos encontrado en general que menos del 1% de los murciélagos, independiente de la especie, tienen anticuerpos contra el virus rábico. Eso no quiere decir que siempre tengan el virus, quiere decir que tuvieron un contacto o estuvieron expuestos”, señala el investigador de la UNAM, quien agrega que “al meter el ganado, el humano les puso la mesa, y esos murciélagos responden a la disponibilidad de alimento. Nosotros los convertimos en un problema. No es culpa de ellos”.

Murciélago vampiro común Desmodus rotundus ©Gerald Carter
©Gerald Carter

Independiente del tipo de virus, el 99% de las transmisiones de rabia a humanos provienen de los perros, no de murciélagos, y tal como ocurre con los canes, la vacunación es fundamental para prevenir esta enfermedad en el ganado.

“Debemos valorar la existencia de todas las especies vivientes de la Tierra. En muchos lugares, los murciélagos vampiros se matan con veneno porque pueden transmitir la rabia, pero, que yo sepa, no hay evidencia de que matar al azar a los murciélagos vampiro reduzca el riesgo de transmisión de la rabia. En cambio, las vacunas para el ganado y las personas son mucho más efectivas”, remarca Carter.

Piuchén (Desmodus rotundus) ©Juan Luis Allendes (2)
©Juan Luis Allendes 

Todo lo anterior recuerda la necesidad de trabajar en la coexistencia entre humanos y animales silvestres, más aún cuando se trata de despejar creencias, prejuicios y el rechazo que a veces siente nuestra especie hacia la diversidad de animales que habita en el planeta.

Para Navarro, este asunto “tiene que ver con los seres humanos en sus partes más profundas, ya sea con el respeto, diversidad, egoísmo, y principalmente con los valores humanos. Suena muy trillado, pero es la realidad. Si tú aprendes a convivir con lo diferente, la vida es otra. Lo más importante desde el punto de vista educativo es que los murciélagos justamente tienen la oportunidad de trabajar aspectos profundos de los seres humanos, que pueden cambiar desde el interior y reflejarse en las relaciones humanas con el medioambiente”.

Por ello es necesario resguardar los espacios para que la fauna silvestre pueda vivir y seguir su curso, tomando medidas preventivas y paliativas que nos conviertan en buenos vecinos.

Mientras tanto, cada año sale una nueva versión de Drácula, que muta a seres espeluznantes, seductores e inclusive vegetarianos.

Frente a tamaña competencia, la cruzada por los murciélagos se torna en una labor ardua y a veces imposible. Como sea, nunca faltarán aquellos que busquen reivindicar al calumniado vampiro latinoamericano, aquel de saliva beneficiosa y de conductas asombrosas que, cada noche, surca los oscuros cielos en busca de su anhelada sangre.

 

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