La diversidad de colores y patrones en las plumas de las aves es sorprendente y ha fascinado a científicos y observadores de aves alrededor de todo el mundo. Las aves son el único grupo de animales que posee plumas, las que desempeñan un papel vital en su supervivencia y comportamiento.

Algunas de sus funciones son el vuelo, la comunicación, la aislación térmica, el mimetismo, entre otros. Los colores de estas plumas son esenciales para cumplir diferentes funciones biológicas y ecológicas, incluida la reproducción, la comunicación, y la interacción con su entorno. Asimismo, la diversidad de colores en las aves refleja la adaptación a una variedad de nichos ecológicos y hábitats, pero, ¿de dónde vienen estos colores?

Siete colores (Tachuris rubrigastra). Crédito joao Gava Just
Siete colores (Tachuris rubrigastra). Crédito joao Gava Just

Pablo Gutiérrez, miembro de la Red de Observadores de Aves de Chile (ROC), explica que «el color de las plumas de algunas aves se da por la refracción de la luz en la estructura de las plumas. Estas estructuras varían considerablemente en las distintas especies dependiendo de la cantidad de proteínas estructurales y pigmentos asociados que presenten. Por otro lado, algunas aves obtienen su color a través de pigmentos que están presentes en sus plumas».

Por ejemplo, la melanina es un pigmento que produce colores más bien oscuros como el negro, el café y el gris. Otro pigmento común en las plumas de las aves es la carotenoides, que produce colores rojos, naranjos y amarillos. Estos pigmentos se encuentran en las estructuras de las plumas y son responsables de los colores sólidos que se pueden observar en muchas aves.

Loica (Leystes loyca). Crédito Luke Seitz
Loica (Leystes loyca). Crédito Luke Seitz

Además de los pigmentos, las plumas de algunas aves tienen estructuras microscópicas que modifican la forma en que la luz interactúa con ellas. Estas estructuras pueden incluir capas de células especializadas que reflejan ciertas longitudes de onda de la luz y absorben otras. Esto se conoce como «interferencia constructiva» y puede producir colores iridiscentes y metálicos. «Existen plumajes cuya estructura refleja la luz del sol con una mayor intensidad dependiendo del ángulo del observador, esto se conoce como iridiscencia. Algunos claros ejemplos de este vistoso fenómeno son las plumas de la garganta de los picaflores, que utilizan para realizar cortejos y despliegues en la época reproductiva», explica Gutiérrez.

Picaflor azul (Colibri coruscans). Crédito Drew Weber
Picaflor azul (Colibri coruscans). Crédito Drew Weber

El efecto Tyndall es otro fenómeno que contribuye al color de las plumas de algunas aves, especialmente en las que poseen tonos azules y blancos. Este efecto ocurre cuando la luz se dispersa al pasar a través de partículas muy pequeñas en un medio transparente, como el aire o el agua. Las plumas que contienen microestructuras que dispersan la luz de esta manera pueden parecer azules o blancas dependiendo de la longitud de onda de la luz incidente y el ángulo desde el cual se observan.

Huairavo (Nycticorax nyctirorax). Crédito  Melissa James
Huairavo (Nycticorax nyctirorax). Crédito Melissa James

Algunas plumas de aves, como las de los pavos reales, obtienen su color a través de la llamada «reflexión estructural». Esto significa que la estructura misma de la pluma está diseñada para reflejar ciertas longitudes de onda de la luz, mientras que otras son absorbidas. Esta interacción entre la luz y la estructura de la pluma produce colores intensos y llamativos.

Pavo real (Pavo cristatus).  Crédito Andrew Spencer
Pavo real (Pavo cristatus). Crédito Andrew Spencer

Finalmente, Gutiérrez cierra explicando que «muchas aves poseen tonalidades que se reflejan en el rango ultravioleta, el cual es imperceptible para el ojo humano. Esto implica que entre ellas perciben sus colores de una manera distinta a nosotros».

Dicho todo esto, en muchos casos el color de las plumas de las aves es el resultado de una combinación de pigmentos, estructuras microscópicas y la reflexión estructural. La interacción de estos componentes puede producir una amplia gama de colores y patrones, desde los tonos apagados hasta los colores más brillantes y llamativos.

Tricahue (Cyanoliseus patagonus). Crédito Fermin Zorrilla
Tricahue (Cyanoliseus patagonus). Crédito Fermin Zorrilla

Funciones de los colores de las aves

Pablo Gutiérrez explica que «en general, las aves deben sus colores a múltiples adaptaciones evolutivas en el tiempo, que les han dado una ventaja para sobrevivir en el ambiente que habitan, ya sean los tonos mayormente blancos de las aves marinas para evitar depredadores que las observan desde abajo, los vistosos colores rojizos del pecho de la ave fragata grande para atraer a la hembra, o los tonos arenosos de un sigiloso nuco, que lo hace imperceptible en un pastizal».

Los colores de algunas aves les ayudan a camuflarse con su entorno, lo que les permite ocultarse de los depredadores, o acechar a su presa de manera más efectiva, por ejemplo en las aves rapaces. Por ejemplo, las aves que viven en entornos boscosos o en el suelo suelen tener plumajes marrones y moteados que se mezclan con el suelo, las ramas, las sombras y las hojas. Esto es especialmente notorio en el caso de las aves crípticas, las que usan el camuflaje como principal método de defensa.

Perdiz chilena (Nothoprocta perdicaria). Crédito  Eduardo Opazo
Perdiz chilena (Nothoprocta perdicaria). Crédito Eduardo Opazo

En muchas especies de aves, los colores brillantes y llamativos desempeñan un papel importante en la atracción de parejas durante la temporada de reproducción. Los machos a menudo muestran plumajes coloridos y ornamentados durante la temporada de reproducción para impresionar a las hembras y competir con otros machos por territorio y el apareamiento. Este fenómeno se conoce como selección sexual.

Pollito de mar rojizo (Phalaropus fulicarius). Crédito Ian Davies
Pollito de mar rojizo (Phalaropus fulicarius) en plumaje reproductivo. Crédito Ian Davies
Pollito de mar rojizo (Phalaropus fulicarius) en plumaje de reposo. Crédito Connor Cochrane
Pollito de mar rojizo (Phalaropus fulicarius) en plumaje de reposo. Crédito Connor Cochrane

Los colores de las plumas también se utilizan para la comunicación dentro de la misma especie. Por ejemplo, algunas aves tienen plumajes que indican su estado de ánimo o intenciones hacia otros miembros de su especie. Esto puede incluir exhibiciones de plumaje durante interacciones territoriales o sociales.

Algunas aves imitan los colores o patrones de otras especies para obtener ventajas, como el acceso a alimentos o la protección contra depredadores. Por ejemplo, ciertas especies de aves depredadoras pueden tener plumajes que imitan a aves rapaces más grandes, lo que evita los ataques de posibles depredadores. Un ejemplo de esto es el chuncho austral, que en su nuca posee un patrón de colores que se asemejan a los ojos de un ave más grande. Esto hace pensar a otras aves que el chuncho las está observando en todo momento, haciendo más difícil atacarlo por sorpresa.

Chuncho (Glaucidium nana) mostrando sus "ojos falsos". Crédito Daniela Diaz
Chuncho (Glaucidium nana) mostrando sus «ojos falsos». Crédito Daniela Diaz

Algunas aves tienen colores de advertencia brillantes o patrones llamativos que advierten a los depredadores potenciales de su toxicidad o mal sabor. Este fenómeno se conoce como aposematismo y es común en aves que se alimentan de insectos venenosos o plantas tóxicas. Un ejemplo de esto es el pitohui encapuchado, que usa sus colores anaranjados para advertir de su toxicidad.

Pitohui encapuchado (Pitohui dichrous). Crédito Frederic Pelsy
Pitohui encapuchado (Pitohui dichrous), un ave venenosa. Crédito Frederic Pelsy

Funciones de las plumas

Las plumas son esenciales para el vuelo de las aves. Estas le dan a las aves la superficie necesaria para planear y propulsarse en el aire. Las plumas «primarias» (las más largas y de la punta de las alas) y «secundarias» (más cortas y anchas) en las alas son especialmente importantes para el vuelo, mientras que las plumas de la cola ayudan en la estabilidad y a maniobrar durante el vuelo.

Espátula (Platalea ajaja).  Crédito Susan Teefy
Espátula (Platalea ajaja). Crédito Susan Teefy

Las plumas también forman una capa aislante que ayuda a regular la temperatura corporal de las aves. Esta capa de plumas atrapa el aire caliente y lo mantiene cerca del cuerpo, lo que ayuda a conservar el calor en climas fríos. Del mismo modo, en climas cálidos, las plumas pueden ayudar a evitar el sobrecalentamiento al proporcionar sombra y permitir la circulación de aire alrededor del cuerpo.

Tucúquere (Bubo magellanicus). Crédito Michel Gutierrez
Tucúquere (Bubo magellanicus). Crédito Michel Gutierrez

Muchas aves tienen glándulas uropigiales que secretan aceites que las aves usan para acicalarse y recubrir sus plumas. Estos aceites ayudan a impermeabilizar las plumas, protegiendo a las aves del agua y manteniéndolas secas incluso en condiciones húmedas. Un ejemplo de esto son los patos o los cisnes.

Pato real (Mareca sibilatrix). Crédito Mason Maron
Pato real (Mareca sibilatrix). Crédito Mason Maron

Las plumas también se utilizan en la comunicación visual entre aves. Algunas especies pueden levantar, bajar o expandir ciertas plumas como parte de su comportamiento de cortejo, territorialidad o intimidación. Un ejemplo de estos son las cacatúas, que poseen una cresta erectable. Además, los colores y patrones de las plumas pueden transmitir información importante sobre el estado de ánimo, la salud, o el estatus social de un ave.

Cacatua ninfa (Nymphicus hollandicus). Crédito Frank Coman
Cacatua ninfa (Nymphicus hollandicus). Crédito Frank Coman
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